Amistad, reinvención y experiencias: los lazos que marcan la nueva etapa de Frank’s White Canvas

Amistad, reinvención y experiencias: los lazos que marcan la nueva etapa de Frank’s White Canvas

Luego de un año complejo, lleno de obstáculos y que trajo consigo diversas experiencias de reestructuración y análisis; respecto del modo en que nos enfrentamos a la vida en medio de una crisis sanitaria que nos tuvo en su mayoría en estricto confinamiento, es que para las integrantes de Frank’s White Canvas también fue un proceso de profunda introspección, pero al mismo tiempo de toda una nueva etapa y de un nuevo lanzamiento: My Life, My Canvas.

Ante esto conversamos largo y tendido con Francisca y Karin, con quienes en compañía de su perrita, logramos habitar la disidencia desde la experiencia de ambas; también conversamos del significado emocional de la música y cómo esta les salvó la vida, y además tratamos de conectarnos con sus historias de infancia e influencias artísticas, las que motivaron a dar inicio a una de las bandas más importantes en la escena nacional actual.

Pese a que la cuarentena ha reestructurado el modo en el que interactuamos, y también ha resignificado la noción de cuidado por medio de la premisa del distanciamiento físico, la banda logró lanza —manteniendo estrictos protocolos sanitarios— su primer LP en vivo, sobre esto Karin nos comenta que “fue como una inyección de energía después de tanto tiempo en encierro, después de tanto tiempo por pantalla —acostumbrándonos a la pantalla— volvimos al show, así que bien. Tuvimos un respiro, y ahora volvemos al encierro”.

Sobre esta misma arista, es que resulta casi imposible pensar en presenciar un show en vivo tal como lo vivíamos hace más de 13 meses atrás, es por esto que para Francisca la experiencia de realizar un show en vivo en este contexto se transformó en algo más que interpretar su música, sino que también la conecta con los sentimientos más profundos que la motivaron a dedicar su vida a la música, a lo que reconoce que “lo más sorprendente es que recordamos la ansiedad de salir, esa ansiedad de que uno toca la primera nota y después de esa primera nota no hay vuelta atrás, no hay un ‘espérame un poco’, es ese compromiso que hay de que uno queda como atrapado esa hora, de que no hay nada más y que no existe nada más que ese momento; porque obviamente hemos estado tocando harto durante el año, dentro de lo posible, pero todo ha sido grabado, ha sido todo dentro del streaming, entonces esa sensación del en vivo, esa sensación de que tenemos a la gente con su cara ahí, la extrañábamos mucho”.

Ligado a estos sentimientos, es que emerge una sensación de profunda conexión, respeto y admiración a quienes las siguen y disfrutan en su proyecto artístico, sobre esto Francisca nos comenta con más detalle que la complicidad entre Frank’s White Canvas y su público trasciende los esquemas tradicionales de las relaciones entre artistas-fans, sino que transformaron esto en una comunidad de recíproca admiración y respeto, agregando que “Ese show fue muy bonito. Definitivamente todo ha cambiado mucho, para nosotras el tema de la pandemia ha sido obviamente un período muy difícil, pero también ha sido un período donde hemos aprendido mucho, pero hemos ganado un montón”.

“Al final, para ser súper honesta, se crearon espacios que quizás no se hubieran hecho, no se hubieran dado si no hubiese estado el tema de la pandemia, el tema de comunicarnos de esta forma —online—, al final se ha dado una relación muy bonita con la gente que sigue a la banda, que al final ha tenido mucho que ver con acompañarnos (…) Entonces, en estos espacios se ha dado una oportunidad de conocernos, de que ellos nos conozcan a nosotras, y nosotras conocerlos a ellos, saber en el fondo que cosas tenemos en común (…) Entonces se ha dado algo súper bonito, que obviamente nace desde la música y que es lo que nos une, pero nos hemos dado cuenta de que la música hace sentido porque tenemos muchas cosas en común, experiencias en común, ideales en común, entonces el mantener esta relación en la pandemia, hizo que esto creciera un millón de veces más”.

Experiencias, emocionalidad, conversión de sentimientos retroactivos en la reivindicación y visibilización de las diversas formas de disidencia

Durante años las afecciones psicológicas y enfermedades de compromiso mental han sido tan problemáticas que como sociedad no hemos logrado hacernos cargo, transformando estas divergencias en reales tabús y secretos de público conocimiento. Es por esto que, habitar desde esta variable es una experiencia que transforma, y la visibilización de esto se reconfigura como una forma reivindicatoria de carácter político, proponiendo la concientización de estas, como verdaderas banderas de lucha, y es esto lo que da vida a este proyecto artístico, que visibiliza y concientiza sobre la psicodivergencia, disidencia y liberación animal desde la honestidad más pura, sobre este escenario es que Karin nos comenta que esta articulación artística y experiencial se fusiona como acción política y catarsis, agregando: “Siempre tuvimos esa idea de desafiarnos no sólo en lo musical o algo como ser mejores intérpretes y hacer mejores canciones desde ese sentido del virtuosismo, sino que siempre quisimos hacer canciones muy honestas, como que nuestro trabajo hasta el momento, si bien siempre fue honesto aunque mucho más metafórico (…) Todas estas canciones, en especial temas como «One by One» y «Nobody Come» son dos canciones muy personales, en las que cada frase me hace sentir súper expuesta al momento de cantar”.

“En cuanto a la salud mental es algo que para nosotras es esencial, siempre hemos dicho de alguna forma que la música nos salvó la vida, entonces uno de nuestros motivadores o motores más importantes de ser una banda y pararnos frente a la gente y decir algo”.

A su vez, ligado a la experiencia de la politización de la experiencia por medio de la visibilidad y exteriorización de estas por medio de la narrativa artística, Francisca y Karin nos comentan que habitar la disidencia sexual también impacta en la acción compositiva y creativa: “La verdad es que siempre hemos partido todo lo que hacemos desde nosotras mismas. Al final, es más que quizás analizar mucho lo que está pasando hacia fuera —que obviamente lo hacemos y tratamos de informarnos todo el tiempo— todo parte de nuestra experiencia, entonces como hemos dicho con este disco sacamos muchos temas a la mesa que siempre habían sido parte de nosotras como el ser vegana, como el ser lesbianas, como el tema de la salud mental”.

Por otra parte nuestra querida Pancha agrega que “desde aquí, volvimos un poco a —y es una conversación de un par de años por lo menos con la Karin— de que quizás nosotras ya no vivimos esto diariamente, ya no tenemos este cuestionamiento diario, pero sigue siendo algo importante para nosotras y mucha gente que está viviendo este proceso ahora —en el sentido más general, en el sentido de ser quienes somos—. Y a partir de eso, siempre nuestro ideal ha sido compartir lo que hemos vivido nosotras, porque en ese compartir historias uno puede encontrar cierta compañía, nosotras lo hemos hecho con otras personas, que han sido —no referentes— pero un alguien que ha vivido lo mismo que yo. Entonces, siempre hemos partido desde esa motivación”.

La amistad: el sublenguaje que construye la dinámica de Frank’s White Canvas

No hay dudas que el ejercicio de escucha y disfrute de los tracks de la banda implica reconocer, e identificar, un nivel de compenetración que da forma y carácter a la sonoridad y arquitectura de Frank’s White Canvas y también de su nuevo lanzamiento, es por esto que la complicidad recientemente descrita es reconocida por ambas como la potencia del factor de amistad en el proceso creativo y compositivo. Sobre esto Karin afirma que ser músicas y amigas “Es algo único, es algo importante y esencial de lo que hacemos —y que bonito que se note además—. (…) Al principio estábamos muy adivinando y un poco nos tropezábamos o una avanzaba muy rápido, otra quedaba atrás. Entonces al momento de hacer el disco nos conocíamos muy bien, sabíamos que se le daba más a cada una, a mí se me da mucho hacer letras, componer con la guitarra con el piano, y la Pancha hace más la parte instrumental, de arreglos, la producción, sabe muy bien cómo desarrollar una canción (…) Y eso también implica entendernos muy bien hacia donde iba la canción muy rápido, entonces como que eso fue súper mágico en este proceso. Yo creo que eso fue súper especial, porque muchas de las canciones las empezábamos un pedacito y ya entendíamos ‘Ah, ya… Estamos hablando de esto’ y lo dejábamos como en un círculo ‘esta es la temática de esta canción, porque sabemos perfectamente ambas de qué estamos hablando’, o abrimos el tema y comenzamos a conversar sobre qué queremos decir de este tema”.

A lo que Francisca agrega que “Yo creo que es algo muy distinto que tiene quizás la historia de cómo se formó esta banda a diferencia de, quizás, todas las otras que conocemos, es que nosotras fuimos amigas como cinco años antes de partir esto, y en esos cinco años lo que hicimos fue conversar sobre hacer esta banda, porqué queríamos hacer esta banda, qué queríamos decir, y al final dentro de todas esas conversaciones, de hacer canciones en la plaza (…) Pasaron muchos años donde ambas estudiamos nuestros instrumentos hasta que dijimos aquí partimos y esta es la banda de nuestra vida”.

Otro factor que se suma al carácter de la banda, que emerge también de una amistad de larga data es el conocimiento mutuo. Resulta preciso recalcar que la amistad de Karin y Francisca se remonta a su adolescencia, entre los 13 y 17 años respectivamente. Es por esta razón que el transitar juntas tantos años, implica construir gustos y conocimiento artístico en conjunto. Es por esta razón, que desde la humildad máxima, FWC nos invitan a conocer su adolescencia por medio de las influencias musicales más importantes, es por esto que Karin nos comparte “Yo creo que ambas tenemos muchas influencias repartidas por todas partes y es algo muy nutritivo. Yo creo a mí me influenciaron mucho mis hermanos, yo tengo dos hermanos mayores que siempre tuvieron bandas, siempre tuvieron tributos a Metallica y después tenían sus bandas originales componiendo, por otro lado estaba toda la música que escuchaba con mis papás. Pero yo creo que las bandas que me marcaron para siempre y que siempre las nombramos como influencia que yo creo que se nota por todos lados es Placebo, My Chemical Romance, que son una de las influencias más grandes, porque cuando dijimos que queríamos hacer una banda era pensando en My Chemical Romance”.

My Life, My Canvas: la nueva era de Frank’s White Canvas

Siendo este su primer LP, el éxito y difusión de este último disco ha sido una sorpresa que no deja indiferente a nadie. Es por esto resulta casi imperativo no consultar sobre sus apreciaciones emocionales y proyectivas de este lanzamiento, ante esto Pancha nos responde “En este nuevo disco logramos y podemos decir nosotras mismas que esto es Frank’s White Canvas, así suena Frank’s White Canvas. Obviamente los dos primeros EP son súper distintos entre ellos, y son súper distintos con lo que hicimos ahora y estamos descubriendo que es lo que éramos. Pero yo creo que en términos de influencias, tenemos la fortuna de que nos gusta todo, nos gustan bandas de rock, nos gusta el metal, pero también nos gusta mucho el pop, entonces sacamos de ambos mundos lo que más nos gusta y ahí está la mezcla en verdad”.

Por otra parte, un detalle que no ha pasado desapercibido por la prensa ni por los fanáticos, es que la producción de este último disco estuvo en manos de Dimitri Tikovoi, cabeza productora en Meds de Placebo (2006). Bajo este escenario, es que la influencia sonora y compositiva fue guiada por el mismo productor de una de las bandas que más ha influenciado su sonido y armonía, es por esto que esta experiencia es doblemente significativa para las chicas, a lo que Francisca enfatiza que “Creo que todo el tiempo que estuvimos con Dimitri pasaba un poco que mi cabeza se dividía en la Pancha profesional, la Pancha que pensaba ‘Tenemos que hacer esto lo mejor posible’ y estamos dentro de un desafío y todo; y la otra Pancha que le estallaba la cabeza todo el rato. No sé si pude asimilar mucho lo que estaba pasando mientras estaban pasando las cosas. Con Dimitri pasaban conversaciones súper random, como ‘Pásame el bajo que está colgado en el mueble para que grabemos algo, y ese es el bajo que se le quedó a Stefan (Olsdal) el otro día’, o también nos pasó que había una guitarra que estaba hecha pebre, estaba súper vieja y nos prestó la guitarra como ‘Probemos algo en la guitarra acústica… ¡Ah, esa es la guitarra con la que grabamos el Meds!’”.

Por otra parte, Karin afirma que “Yo creo que para mí, pensando hace un año atrás, en la distancia fue la unión perfecta entre estar viviendo el sueño de entrar al estudio y estaban los discos de Placebo y firmados, enmarcados, y estar trabajando en tu primer disco. Entonces como que igual, fue muy cumplir un sueño en total. Además estar en Londres, el sólo pisar el lugar es súper emocionante y la unión con disfrutar en totalidad este sueño de muy pequeña escuchando los discos de Placebo, con la parte profesional y el “tengo que exigirme para que este disco que viene saliendo tenga sentido y sea lo que tenga que ser”.

Karin Ramirez Raunigg

De música, libros y otras cosas.

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