Chappell Roan: Una Supernova encandilada por sus propias luces
Aunque no queramos usar el término —fenómeno— para describir todo lo que está sucediendo con Chappell Roan, no hay otra palabra que describa con precisión el éxito que ha obtenido este último año. La canción con la que parte su disco The Rise And Fall Of A Midwest Princess se llama “Femininomenon” y su mera existencia me impide poder usar el término porque ya transformó la palabra en otra cosa. En un abrir y cerrar de ojos pasó de tener 1 millón de oyentes en Spotify a 21 millones. Y aunque su fama fue un segundo acto de combustión lenta —luego de una década de altibajos en la industria—, su participación en Lollapalooza Chicago donde convocó a más de 110 mil personas hizo que su ascenso fuera prácticamente de la noche a la mañana. —El verano pasado era monitora de campamento. Ahora, una estrella pop—. Pero también ese ascenso fugaz se produce como resultado de la capacidad de Roan para operar en tantos espacios diferentes, desde servir a su audiencia principal en TikTok, hasta encontrar nuevos fanáticos en la gira Guts de Olivia Rodrigo donde fue como artista invitada para abrir sus shows, también en sus actuaciones en los Tiny Desk de NPR, The Tonight Show Starring Jimmy Fallon, Coachella, MTV VMAs y en los mismos escenarios de festivales de música. Chappell Roan ha estado construyendo su presencia en todas estas esferas diferentes luego de —básicamente— trabajar toda su vida para conseguirlo. Pero ahora que está sucediendo, parece sorprendida y abrumada. Su veloz y repentina popularidad ha provocado que denuncie acoso por parte de sus fans. A ella, a su familia y amigos. En dos videos publicados en su cuenta de TikTok durante esta semana, la cantante interpeló a sus seguidores: “Si ves a una mujer random en la calle, ¿le gritarías desde la ventana del auto? ¿La acosarías en público? ¿Irías donde una chica random para decirle si puede sacarse una foto contigo?”; y para probar su punto, agrega: “Soy una perra random, tú eres una perra random. Solo piensa en eso por un segundo”.
Chappell Roan —cuyo nombre es Kayleigh Rose— nació en Missouri, en un parque de casas rodantes. Su entorno era cristiano conservador, pero se enamoró del destello expresivo de la música pop y salió de allí lo más rápido que pudo, firmando con Atlantic a los 17 años gracias a «Die Young«, una cancion escrita por ella misma que publicó en YouTube. Adoptó su nombre artístico en honor a su difunto abuelo, Dennis Chappell, y su canción favorita, “The Strawberry Roan”, de Marty Robbins. El tiempo en Atlantic resultó en un EP fallido de 2017 y un par de actuaciones como artista invitada. Luego de eso Roan comenzó a trabajar con el productor Dan Nigro en 2020 —antes de que su otra colaboradora Olivia Rodrigo explotara repentinamente— con quien escribió y grabó «Pink Pony Club«. Una fantástica canción semiautobiográfica que habla sobre su experiencia formativa en un bar de drag y que la ayudó a alcanzar mayor reconocimiento. La canción no despegó de inmediato cuando la lanzó en 2020, pero desbloqueó un nuevo sonido y personalidad, comenzando a cosechar una pequeña base de seguidores. Lanzó varios sencillos de forma independiente, mientras se desenvolvía en distintos empleos diarios, a veces en Los Ángeles, a veces en su casa de Missouri, hasta que finalmente firmó con Island a través del sello Amusement y pudo sacar su primer disco, The Rise And Fall Of A Midwest Princess. Que es una —iniciativa maximalista—, como define Roan, que da vida a su inclinación por la teatralidad y la reverencia por la cultura drag. No posee un sonido único, sino que serpentea entre la explosión del synth pop con un sonido más bien ochentero, pero despreocupado, pasando por el country y las baladas románticas confesionarias. Hay tanto en The Rise and Fall of a Midwest Princess que no puedo entender cómo pasó tan desapercibido como lo hizo. Acá la voz de Chappel emerge maravillosa como un rayo en medio de la noche. Demuestra un rango exquisito y su personalidad brilla de una manera que hace que estas canciones sean demasiado atractivas. Incluso la llaman la Madonna o Lady Gaga de la Generación Z. Las letras de este disco son magnificas. Irónicas pero profundas al mismo tiempo, sexualmente francas y emocionalmente elaboradas, donde obtenemos una mirada a la mente de Chappell Roan, con ella abriéndose en este disco, pero también manteniéndolo cómico. Navegando por el amor y el desamor, los deseos, los fracasos y las frustraciones.
A pesar de toda su energía supermoderna, Roan también es una artista profundamente anticuada con influencias claras a Kate Bush, Cyndi Lauper, Stevie Nicks y David Bowie. El drag queen y el queer son también una clara influencia en su música y en su apariencia. En escenarios e incluso en entrevistas, Roan se ha caracterizado por usar vestuarios extravagantes, maquillajes y peinados exagerados. “Me encanta la comunidad queer. Cuando las personas queer están juntas, es la sensación más feliz y vibrante”, dijo Roan a Variety. “Para mí, los espectáculos son una forma de brindar un espacio seguro a las personas queer, de divertirse y disfrazarse. Se siente como magia en el escenario. Literalmente se me saltan las lágrimas porque es todo lo que siempre quise”. Su compromiso con la comunidad LGBT se puede ver a través de sus acciones: Chappell se involucra y se preocupa en la experiencia que viven sus fans en sus conciertos, participando en la elección de los recintos y las ciudades donde se llevan a cabo, facilitando baños de género neutro y asegurándose de crear un espacio seguro para ellos, así como también abogando por que los precios de las entradas y del merchandising sean accesibles. Parte de esa retribución para devolverles a sus seguidores todo el apoyo que le han dado incluye invitar a artistas drag locales a abrir los shows en todas las fechas de su gira y donar parte de las ganancias de sus espectáculos para apoyar organizaciones benéficas como For The Gworls y The Trevor Project.
En la última edición de Coachella se presentó ante el mundo como “la artista favorita de tu artista favorito”, no sólo como guiño al reality televisivo RuPaul’s Drag Race, sino también como una especie de profecía que ya se estaba cumpliendo. Nadie había logrado un gran éxito a esta escala desde Olivia Rodrigo en enero de 2021. Pero este año ha estado dominado por una nueva cohorte del pop: la mente maestra de Brat Charli XCX, la cantante de Espresso Sabrina Carpenter y Roan. Mientras que las primeras llevan una década desarrollándose, Roan es esencialmente nueva. Su historia es como una película coming of age de crecimiento, transición y madurez tanto personal como creativa. La autodenominada Super Graphic Ultra Modern Girl está recibiendo lo que se merece —porque merece todo y más, honrando a su yo de 10 años, esa versión de sí misma que nunca se le permitió ser— pero tiene razón en preocuparse por el agotamiento y la terrible salud mental que hay en su industria. Su reacción a su éxito meteórico ha sido una mezcla de alegría y escepticismo saludable. Tenía previsto actuar en la nueva edición neoyorquina del All Things Go Festival el sábado 28 de septiembre y en la edición de Columbia el día siguiente, pero finalmente decidió cancelar ambas actuaciones para centrarse en su salud y publicó un comunicado en el que explicaba los motivos y pedía disculpas a sus fans:
«Pido disculpas a la gente que ha estado esperando para verme en NYC y DC este fin de semana en All Things Go, pero no voy a poder actuar. Las cosas se han vuelto abrumadoras en las últimas semanas y realmente lo estoy sintiendo. Me siento presionada a priorizar muchas cosas ahora mismo y necesito unos días para centrarme en mi salud. Quiero estar presente cuando actúe y dar los mejores espectáculos posibles. Gracias por comprenderme. Volveré pronto».
Por su parte, la dirección del festival, en el que compartía cartel con artistas como Bleachers, Hozier o Conan Gray, se vio en la obligación de compartir otro comunicado dando la triste noticia y mostrando todo su apoyo a la decisión de la cantante, dejando claro que «la salud y el bienestar es lo más importante». “Nos entristece anunciar que Chappell Roan ya no actuará en los festivales de este año. Aunque sabemos lo mucho que esperabas las actuaciones, es importante recordar que la salud y el bienestar son siempre lo primero. All Things Go apoya firmemente a los artistas que dan prioridad a su bienestar y pedimos a nuestra comunidad que se una en torno a Chappell Roan con amor y comprensión. Sigamos demostrando al mundo que los aficionados a la música no sólo apoyan el arte, sino también a los propios artistas”.
Esperemos que Chappell pueda sobrellevar este proceso de su carrera, su salud mental y que pueda más temprano que tarde retomar su gira para poder tenerla próximamente en los escenarios de este lado del continente, porque de verdad, su sonido y su propuesta es uno de los proyectos más interesantes y fresco que han salido últimamente. A sus 26 años, Chappell Roan es una estrella en ascenso cuyo nombre está escrito en los libros antiguos de la música como la elegida que viene a reinar e iluminarnos con su personalidad auténtica y su gran presencia escénica.