Ciclo grandes biografías del rock: Dave Mustaine: «A Heavy Metal Memoir» (2011)

Ciclo grandes biografías del rock: Dave Mustaine: «A Heavy Metal Memoir» (2011)

La mejor manera de empezar el comentario de este libro que se me ocurrió fue el buscar una encrucijada de algún gran músico del que todos probablemente sepamos, para así dar un paralelo sobre la importancia del contexto con el que este libro empieza: año 2002, Texas, en una especie de entorno campestre, en la más o menos decimoséptima rehabilitación que a esa fecha el autor ha comenzado, en instituciones de mayor o menor lujo. Por el otro lado quería tomar de Beethoven, aquel tiempo en el que supuestamente queda sordo, detenerse en el impacto que seguramente tuvo aquello en el músico y saber que se mandó la buenísima VIII Sinfonía en ese estado después.

En el caso de Dave Mustaine, volviendo a aquél 2002 en Texas, pasa que se toma una siesta de veinte minutos, echado hacia atrás en una silla pequeña, con la cabeza apoyada en su brazo izquierdo; al despertar su mano izquierda no le responde nunca más. La siente dormida, sin sensibilidad y no obedeciéndole en lo más mínimo. El tipo entra en pánico, como puede esperarse de alguien que se gana la vida tocando la guitarra, es derecho y la mano izquierda (la de las posturas y acrobacias solistas tan propias de él) parece muerta.

La rehabilitación posterior, junto al reencuentro esta vez feliz con el cristianismo (que se describe en capítulos posteriores), son el contexto completo del punto de partida de esta autobiografía, contada en primera persona; muy, pero muy entretenida y que sería lo que marcó, según el mismísimo Mustaine, el claro antes y después de una vida con resentimientos muy dañinos, hasta la felicidad que dice incluso hoy vivir en la fe religiosa (y la música por supuesto). Que haya escrito una de las mejores composiciones de su carrera después del 2002, como le ocurriera a Beethoven, creo que eso no es claro hoy en el 2014. Pero lo de la sordera con la mano paralizada y el éxito musical  posterior del alemán (contra todo pronóstico) con el encuentro de la felicidad vía fe cristiana del guitarrista (algo que era tan poco probable también), me parecieron comparables en la vida de dos indiscutiblemente muy buenos músicos.

Luego de esa instantánea del 2002, el relato se va al inicio de la vida de Dave Mustaine, su singular familia, la llegada de la guitarra (que lo aleja de una hasta ese momento exitosa carrera como traficante), el inicio de Metallica y lo que desencadena su salida, destinando su vida exclusivamente y  por un largo tiempo a intentar junto a Megadeth dar sombra a lo que James Hetfield y Lars Ulrich lograban con la banda de San Francisco. Pero en mi opinión él mismo era quien minimizaba sus propios logros y hacía siderales los de su autoimpuesto némesis, siendo así irrevocablemente infeliz durante ese artísticamente impecable tiempo.

Me fue inevitable volver a escuchar los discos viejos de Megadeth mientras recorría los párrafos de la segunda mitad de los ochentas. Con mucha más panorámica de lo que pasaba cuando sacaban estos discos, también me encontré yo más viejo escuchándolos. La música es de otro planeta definitivamente, Mustaine es un genio y me declaro incompetente para criticarlo negativamente por lo que haya producido después del año 1990: porque en verdad no he escuchado con tiempo ni exclusividad los discos que sacara Megadeth posteriormente a aquél año y también por lo que afirmaba hacia el final de la primera estrofa de este comentario: que el tiempo tiene siempre mucho que decir, tanto en la distancia que se da dentro de nuestro propio envejecimiento en la apreciación de un álbum, como lo que terminará finalmente en las reseñas históricas sobre música en el futuro lejano, cuando ya sea indiscutible la influencia de las obras que se editan mientras estamos vivos.

La ruta termina en el 2009, luego de muchas idas y vueltas, todas muy bien contadas, con anécdotas geniales, con un estilo de humor muy contagioso (si tiene la suerte de saber y poder leerlo en inglés, le aseguro que pocas veces el comenzar una frase con Holy shit! da tanta risa como cuando lo hace Mustaine) y que creo es uno de los grandes trucos para tener la sensación de estar leyendo en gran complicidad con el narrador. ¡Ojalá pueda leerla!

Por Sebastián Wrighton

Con respecto al libro, les recomendamos buscarlo en Google Books, aunque también en Amazon se puede adquirir y por ahí en algunos blogs de internet hay varios PDF donde pueden encontralo, sino completo, grandes partes de esta vital obra escrita de puño y letra de su protagonista. Próximamente estaremos comentando más biografías en esto que será una especie de ciclo literario dentro de nuestro sitio.

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