Coldplay en Chile: La belleza inmarcesible de una trayectoria multicolor

Coldplay en Chile: La belleza inmarcesible de una trayectoria multicolor

El cambio conceptual de la crisis climática al giro activista de proponer la noción de un caos, deja de ser una mera propuesta semántica antojadiza cuando nos volvemos testigos claves del detrimento de los glaciares, el aumento del nivel del mar, el alto índice de especies en extinción, la profundización de condiciones meteorológicas extremas o la desertización de nuestros suelos. Ante el permanente daño a nuestros ecosistemas, y también la amenaza que significa este caos climático en la preservación de nuestra especie, es que para Coldplay la defensa del medioambiente se transforma en el centro de una propuesta performática y artística.

Cerca de tres años debieron pasar para que pudiésemos volver a encontrarnos con la banda que decide tomar una pausa de los shows en vivo para “resolver cómo nuestra gira no solo puede ser sostenible, sino cómo puede ser activamente beneficiosa y carbono neutral”, cómo lo indicaba Chris Martin durante el transcurso del 2019. Por lo mismo es que para el pueblo chileno, esta tercera visita de la banda británica no solo marca una huella histórica en la memoria colectiva, sino que también propone un nuevo modelo de levantar shows de alto impacto a nivel mundial en clave carbono neutralidad.

En compañía de Princesa Alba, quién luego de una sólida presentación en la reciente versión Lollapalooza Chile y un consagratorio “Caupolicanazo”, la artista nos deslumbra con tal naturalidad llevándose el corazón de las, les y los primeros asistentes que en ansiedad esperában a los ideólogos de Parachutes. Le secunda Camila Cabello, quién con profunda ternura y autenticidad fulgura con particular energía al regalar éxitos como “Bam Bam” y “Havana”.

Cerca de las 21:00 horas es que comienza la ansiada espera que tendría como protagonista a los históricos Coldplay, quienes luego de extensos seis años se reencuentran con su público chileno, el que es capaz de llenar cuatro veces el Estadio Nacional. Llegadas las 21:30 horas, es desde el lado izquierdo del escenario A se asoma una integrante del staff, quién solicita al público dispersarse por el lado “izquierdo”, de lo contrario el show seguiría con retraso. Ante la confusión y falta de precisión en la instrucción, es que el público atónito se queda casi en sus mismos puestos, por lo que llegadas las 21:40, se da por iniciada la primera fecha de la tercera visita de Coldplay en territorio nacional.

Entre anuncios que impugnan la necesidad de concientizar sobre la importancia del cuidado del medio ambiente, Rodrigo y Carmen irrumpen con peculiar energía el escenario central para presentar un cortometraje que contextualiza la performance, puesta en escena y materialidad del show que se caracteriza por ser uno de los más sustentables y sostenibles a nivel global.

Con Flying Theme de fondo, el clásico sountrack del film E.T. (1982), el cual es dirigido por Steven Spielberg, llega el momento en que las pantallas se iluminan en un tenue blanco y negro para mostrarnos la ruta de la agrupación hacia el escenario. Los gritos y aplausos no se hacen esperar, por lo que en cosa de segundos, las más de 35 mil pulseras disponibles se activan por todo el Estadio Nacional, por lo que la explosión del cotillón biodegradable marca el inicio del tour Music of the Spheres de la mano de “Higher Power”.

Continuamos con “Adventures of a Life Time”, clásico del álbum A Head Full of Dreams, track que pone a todo un estadio a sacar sus mejores pasos de baile mientras se corea al unísono “Like I’m Alive Again”, algo así como la metáfora de la belleza de la vida en contextos de tempestad en el falso desarrollo. Bajo esta arista, se plasma el primer contacto de Chris Martin con su público chileno. Con un carácter humilde y siempre atento a su alrededor fue que en medio de agradecimientos, nos ponemos a sus pies desde los primeros acordes de “The Scientist”, histórica pieza del álbum A Rush of Blood to the Head, por lo que nadie escatimó en emociones.

Seguimos con “Viva la Vida”, track en el que Will Champions se toma las pulsaciones y eriza la piel de quienes se reconocen en cada estrofa. Le secunda “Hymn Fort he Weekend”, tema que abre espacio a la versión simplificada de “Coloratura”, canción que desde la voz del propio Chris Martin es descrita como un tema exclusivo para “fans de verdad”.

Un cielo impetuoso se mezcla con la genialidad estética de la enérgica de la banda que nunca ha negado la fuerte influencia de Radiohead en sus incipientes trabajos, razón por la que este cielo impetuoso se transforma así en un guiño a ese miércoles 11 de abril del pasado 2018, donde fuimos testigos también de la segunda visita de la banda comandada por Thom Yorke. En este marco y casi sin percatarnos, la lluvia comienza a caer y entre gorros y parkas, “Paradise” se intensifica en performance, volviéndose una alegoría de un país en extrema sequía.

Llegamos a “Yellow”, otro de los puntos más álgidos del show en el cual la performance es colectiva. Diversas pulseras se encienden, y la verdad, es que el color amarillo nunca se había visto tan hermoso en la historia de Chile. Corazones y gargantas se unifican en la intensidad de “Your skin, oh yeah, your skin and bones. Turn into something beautiful. And you know, you know I love you so”.

Con el falso inicio de “Sunrise”, es que nos permitimos sorprendernos con “Human Heart”, track que es protagonizado por una colorida marioneta que se roba las miradas de un Estadio Nacional que conecta con la diversidad de infancias presentes y nuestro niña, niñe y niño interior. En esta misma línea “People of the Pride” abre paso al hit que marca el sonido del 2000, razón por la que en los primeros acordes de “Clocks”, espontáneos signos de gratitud emergen de un colectivo que no te mirar con amor una trayectoria. Los celulares se multiplican, todas, todes y todos deseamos inmortalizar este track que nos acompañó una vida entera.

“Infinity Sign”, “Something Just Like This” y “Midnight” ponen de manifiesto la amplitud y profundidad en el trayecto de la diversificación de su propio sonido y marca en la esfera artística, por lo mismo es que “My Universe”, convoca y deja en evidencia a toda una fanaticada ARMY del K-pop, la que también se siente parte de la comunidad que congrega la banda británica, haciendo de este espacio uno de profundo respeto y admiración.

“A Sky Full of Stars” es el punto de inflexión a lo largo del show, ya que con un averiado inicio y abrupto corte, es que Chris Martin y compañía nos solicitan disfrutar esta canción sin smartphones. Una vez guardados los aparatos móviles, se vuelve a iniciar el tema pero con una fuerza implacable. Las miles de pulseras que dan vida al Estadio Nacional Julio Martines Prádanos, se encienden formando hermosos corazones entre el público. La invitación a dejar los celulares en un contexto de hiperconectividad, se transforma en una verdadera jugada de reconexión con nuestro contexto, y también con quienes nos acompañaron y dotaron de energía el colorido viaje, en el que la sólida trayectoria de la banda deja de manifiesto que no hay que temer al incursionar en nuevos sonidos.

Luego de una alternación constante entre el escenario A y B, es que el encore de este show se realizó finalmente en el escenario C, el cual para nuestra sorpresa, ha sido una de las instalaciones más cercanas al memorial que captura el dolor que vivieron muchas, muches y muchos durante la sanguinaria dictadura de Augusto Pinochet desde 1973. De frente a la histórica frase “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”, es que se entonan “Sparks” y “Don’t Panic”, siendo ésta última protagonizada por el mismo Will Champion, quien deja las baquetas para armarse frente a un público sólo con una guitarra acústica. Antes este escenario, es que estos tracks se transformaron en las verdaderas sorpresas al setlist que venían presentando en su estancia por Latinoamérica.

El cuarteto decidido regresa al escenario principal para sentenciar el final de este show en que la emotividad, conciencia, activismo y energía se tomaron por casi dos horas las almas de un pueblo herido, razón por la que “Fix You” también toma un sentido aún más profundo y geolocalizado. “Humankind” y “Biutyful” marcan el fin de la primera cita de la histórica vuelta de Coldplay a suelo nacional. Nos despedimos de la banda en compañía de la marioneta integrante de “The Weirdos”, nos despedimos también entre nosotras, nosotres y nosotros, porque el tour Music of the Spheres pone en el centro las conexiones emotivas como construcción dialógica entre la música y su contexto social.

El viaje comandado por Martin, Champion, Berryman y Buckland trasciende por la amplitud y diversificación sonora que posee la banda, puesto que la agrupación no teme en hacer un recorrido completo por cada trabajo discográfico realizado, abrazando con orgullo su propia trayectoria, pero también abrazando de igual manera a todas, todes y todos quienes les han seguido durante estos casi 25 años de historia. Por este motivo, es el que el cuarteto británico destaca profundamente al dejar en el centro la necesidad imperiosa de la inclusión desde la música hacia el tejido social, puesto que Coldplay se caracteriza por convocar comunidades tan complejas como diversas. Por lo mismo, es que la experiencia Music of the Spheres es capaz de propagarse y concientizar a miles y millones de personas a lo largo del globo mundial en favor de cambios sustanciales que pongan en el centro al medioambiente, los cuidados y el respeto.

Setlist

Higher Power

Adventure of a Lifetime

The Scientist

Viva la Vida

Hymn for the Weekend

Coloratura

Paradise

Yellow

Human Heart

People of the Pride

Clocks

Infinity Sign

Something Just Like This

Midnight

My Universe

A Sky Full of Stars

Sunrise

Encore

Sparks

Don’t Panic

Fix You

Humankind

Biutyful

Fotos: Jerrol Salas

 

Karin Ramirez Raunigg

De música, libros y otras cosas.

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