EMI Music, 1990 Tormentoso, por decir lo menos, fue el camino que cimentó a Corazones,…
Disco Inmortal: Extreme – Pornograffitti (1990)
A&M Records, 1990
Tratando de seguirles la pista a Aerosmith, los héroes locales de Boston, unos jóvenes Extreme se dieron a conocer con una sobria entrega —la placa homónima de 1989. Pero tenían algo importante por decir, que llegó el 7 de agosto del año siguiente: el conceptual Pornograffitti, en un ocurrente cruce de palabras que se lanza a bucear en la trivialidad de la cultura estadounidense —a ratos asomando tres personajes: el pequeño Kid Ego, rescatado del anterior trabajo, la curvilínea Suzi y el fortachón He-Man; que se enseñan al interior del booklet. Y así lo señala el inmejorable inicio a cargo de Decadence Dance; single promocional punta de lanza de vibra fiestera, cuyo clip muy cargado de humor apunta a los excesos entregados por la todavía dominante cultura glam rock —cuyo epicentro era California. Un sonido muy pulido a cargo de Michael Wagener tras las perillas, conocido por labores junto a Accept y Dokken.
Relucientes bronces para Li’l Jack Horny, Gary Cherone llegando al rapeo en When I’m President —aunque cerca del final ataca en las seis cuerdas Nuno Bettencourt, ya consagrándose como un héroe de la guitarra. Uno de los números mayores que es Get the Funk Out, otro cruce de palabras hecho a la medida, le da lugar para resaltar el bajo de Pat Badger —y que de hecho el video enseña a los ya nombrados tres personajes, en su versión de carne y hueso. Muy condimentada, haciendo gala una vez más de los bronces, y que en las segundas voces contó con Pat Travers.
En contraposición, llegando al minimalismo, está la delicada balada acústica More Than Words; que quedó ligada de forma vitalicia a la agrupación —muchas veces tachándoseles con una etiqueta endulzada que no les correspondía del todo, en un caso similar a los ya mencionados Dokken y Alone Again. De textura suave, en su mayoría cantada a dúo entre Gary y Nuno, en que el interlocutor espera de regreso un gesto más allá que un te amo —“Sólo queríamos decir que no se trata realmente de decirlo […] Realmente se trata de mostrarlo constante y continuamente en una relación; sabíamos que ese era el mensaje”, diría el guitarrista de una que por sí sola escaló a la primera posición del ranking Billboard Hot 100. El clip, identificable por sus tomas en blanco y negro, incluso fue parodiado en la sitcom How I Met Your Mother (2009) —que incluyó la participación especial de Bettencourt.
De regreso al tópico central, con los decibeles altos, se le da una repasada a Money (In God We Trust) —con algunos aleluyas de por medio; It (’s a Monster) seguido del pesado y sexualizado tema homónimo, Pornograffitti. Se marca un medio tiempo con When I First Kissed You, otra balada esta en clave jazz que se apoya de una voz crooner. Suzi (Wants Her All Day What?) que le da el paso a lo lascivo, y He-Man Woman Hater —antecedido por la reinterpretación del preludio Flight of the Bumblebee; teniendo relación ambas por los ya expuestos personajes.
La arremetida final es cortesía de las bajas revoluciones Song for Love y Hole Hearted —esta última omitiéndose en la versión en vinilo, quien el portugués comentó que salió durante un momento en el tocador: “¡La escribí en el baño! Me emocioné por tener mi primera guitarra de doce cuerdas, justo cuando tenía que ir para allá; me senté, me tomé mi tiempo y me atrevo a decir que las ideas simplemente salieron”. A su vez adjudicándole influencia zeppeliana, en un tiempo en que se la pasó escuchando Led Zeppelin III (1970).
Se trató del vuelo a mayor altura de Extreme —al que luego se le añadió, a ese exitoso arco, III Sides to Every Story (1992). En el caso de Pornograffitti; fue una batería de éxitos que se trató de su mejor carta de presentación, y al que le supieron sacar partido —sin ir más lejos vistiéndolo de gala para el 25° aniversario, con una potentísima gira que llegó hasta Sudamérica. Pasó el débil Waiting for the Punchline (1995), un hiato de once años y el poco bullado Saudades de Rock (2008); siempre regresando, de modo principal, al disco del niño en medio de los carteles de neón.