Disco Inmortal: Happy Mondays – Pills ‘n’ Thrills and Bellyaches (1990)

Disco Inmortal: Happy Mondays – Pills ‘n’ Thrills and Bellyaches (1990)

Factory Records, 1990

Disco fundamental para entender el sonido brit venidero en el primer lustro de los 90’s. Cuando a finales de los 80’s ya se instauraban estas batallas de bandas en el más que mítico club Hacienda en Manchester surge este colectivo llamado Happy Mondays, que vendría a liderar esta nueva ola plagada de rave, ritmos pop indie bailables y empapada de una especie de reversión de la primavera del amor.

Si bien en su antecesor Bummed (1988), lo que imperaba eran las guitarras ácidas , su gran obra fue este Pills ‘n’ Thrills and Bellyaches , donde toda esa sicodelia se fusionaba con sonidos discotequeros e incursiones estilísticas que lo engrandecieron cada vez más con el paso de los años gracias a su variedad.

Partiendo desde la mágica ‘Kinky Afro’, con un genial coro, un estribillo que hace guiños a ‘Lady Marmalade’ y un sonido totalmente envolvente auspiciado por las guitarras de Mark «Cow» Day y que no hacían más que invitar a la fiesta. Con ‘God’s Cop’ sucede lo mismo, incluso más seductora, una guitarra de slide infecciosa te somete totalmente a esta especie de mundo surrealista que propuso Happy Mondays. Justamente estas guitarras más adelante son las que bandas como Blur harían tan novedosas, sobre todo en este tema la influencia de los Mondays para con la banda de Essex es completamente detectable. Si Oasis nunca renegó de su gran influencia de The Stone Roses (banda que surgió a la par en Manchester, por cierto), en Blur es clara la influencia de los autores de esta gran placa.

La voz inestable muchas veces De Shaun Ryder otorgando ese factor lisérgico que envuelve toda la onda de los Happy Mondays aparece con más frecuencia en ‘Grand Bag’s Funeral’, una de las más rockeras del disco. Los panderos, las bases bailables y la sicodelia que está por todas partes hacen de ‘Loose Fit’ un gran momento complementado muy bien con esos coros soul donde arremete Rowetta, la cantante femenina de la banda que cumple un buen rol en toda esta aventura.

En ‘Dennis and Lois’ los elementos de cosas que estaba haciendo el U2 germinal por esos entonces es notable, pero llevado a algo más fiestero incluso. A medida que va pasando el disco va sorprendiendo cada vez más y esto debido a elementos incluidos que lo van alimentando de una creatividad única. Es el ejemplo de ‘Bob’s Yer Uncle’ donde los sonidos de flautas son las invitadas de honor, un ritmo casi afro en las percusiones y una oscura interpretación vocal de Ryder que se complementa con un gospel orgásmico en varias pasadas de parte de Rowetta.

Este disco además incluiría su hit ‘Step On’, su versión para un tema grabado por John Kongos en 1972 llamado ‘He’s Gonna Step on You Again’ originalmente. Un tema que tiene prácticamente de todo lo que pudieran meterle los Happy Mondays, los teclados, muy alegres, las bases y las ácidas guitarras sumadas a las interpretaciones exquisitas, silbidos y gospel nuevamente hacen de ella una gran canción, con la cual merecidamente se les recuerda, aunque ojo que Happy Mondays está muy lejos de ser una banda «one hit wonder».

La bella ‘Harmony’ cierra todo, donde la influencia de The Velvet Underground salta a la vista, el trabajo de mezcla comandado por el trabajólico DJ Paul Oakenfold es digno de destacar. Los  armónicos coros sobre unas guitarras que suben y bajan su distorsión y que se van intensificando con el pasar del tiempo de la canción son la media de este cierre que termina abruptamente, dejándote la única sensación de volver a escucharlo simplemente.

Lamentablemente después de esto las drogas harían su trabajo para desmantelar el colectivo, que si bien volvió discográficamente ya nada fue lo mismo y nunca lograron superar esta valla tan alta que dejó esta placa. Por estos tiempos en que las reuniones han estado a la orden del día es muy probable que los Happy Mondays se reúnan a deleitarnos con este sonido en vivo. Pero lo vivido en esas exhaustivas jornadas en el club Hacienda a principios de los 90’s donde se maquinó toda esta esencia difícilmente se podrá volver a repetir. Lo mejor es este registro de aquello que queda como inolvidable, muy influyente e inmortal.

Patricio Avendaño

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