Disco Inmortal: Nirvana – Bleach (1989)

Disco Inmortal: Nirvana – Bleach (1989)

Sub Pop, 1989

La semilla de lo que estaba por venir se puede encontrar en los acordes dispersos, pero salvajes, elaborados por un muchacho de mirada perdida y pelo desordenado, por ese 1987 y dos años antes de su grabación. Eran tiempos a medio camino de todo; no se vislumbraba el nacimiento ni el final de nada, salvo la leve esperanza de que el rock volviera a regalarnos otro mito.

Nirvana ya tenía marcadas influencias de Black Sabbath, The Doors, The Smithereens, Led Zeppelin, The Beatles, por nombrar algunos. Y en base a esos gustos es que fueron comprendiendo, paso a paso, lo que querían expresar (antes de explotar al mundo en 1991) en su primer trabajo, cargado con guitarras distorsionadas muy años ‘70 y un poco de sicodelia de los ‘60. La banda estaba bajo presión de la discográfica para hacer grunge, pues ese era el movimiento que estaba empezando a dominar Seattle y los de Sub Pop la estaban promoviendo. Por eso los acordes desquiciados de “Blew”, los que mezclan el metal de los ‘70 con la psicodelia garage de los ‘60, con mucha voz mortificada. Estos elementos fueron el primer trazo de un pedazo de tiempo, que cuajaba un compás furibundo expresado en los gruñidos de un Cobain distante, con su fraseo arrastrado como marca y un carisma poderoso.

Mientras Dave Grohl todavía estaba en la banda Scream, “Floyd the Barber” percute en la misma dirección pero con más peso. Un tambaleo de thrash, con un desarrollo de rítmicas y percusiones muy evidentes pero cargadas de impronta, conduciendo la canción al ahogado grito de su estribillo. Y entonces llega “About a Girl”. El primer atisbo, para los más atentos, del potencial inestimable de Nirvana. Una canción que erotiza desde su primera respiración, que seduce a todo el que la escucha. Ese delicado medio tiempo sólo demuestra el peso innegable de un tema diferente y que mostraría una faceta mucho más artística de la banda. “Love Buzz” demuestra la cultura musical que poseían los miembros al versionar esta canción a través de un Krist Novoselic soberbio, el cual se robó el show con el bajo, siendo una de las mejores líneas de la discografía de Nirvana. “Negative Creep” y esa rabia cien por ciento pura.

Las letras, en general, son negativas, angustiosas y distorsionadas, escritas camino a la grabación sobre cosas que los molestaban. La voz de Kurt es impresionante, muy rasgada, sufrida, pero muy melódica también; hay varias líneas de bajo increíbles y la batería soporta su clara influencia metal.

“Bleach” afloró en la escena gracias a 606,17 dólares y sin que Cobain o Novoselic tuvieran la intención de inventar nada, solo de tirar los hilos de un ruido que sentían por dentro. Otros dirán que fue la manifestación del alma torturada de Kurt, que se rompía a cada estrofa o cambio de ritmo, mientras Novoselic intentaba sonar parecido a los Melvins o Mudhoney, sacándose poco a poco la carga de la discográfica y dejando volar su esencia. El resultado de “Bleach” acabó por tener mayor trascendencia sonora de lo que cualquiera había previsto porque el disco sabe a metal y punk, sí, pero también utiliza con inteligencia los acordes de sus influencias setenteras y marca pautas que terminaron marcando a fuego a toda una generación y a todo un estilo musical, el que no logró sobrevivir a la posterior partida de su líder.

Macarena Polanco

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