Disco Inmortal: R.E.M. – Automatic for the People (1992)

Disco Inmortal: R.E.M. – Automatic for the People (1992)

Warner Bros., 1992

Era 1992 y R.E.M., para muchos, se había convertido en una banda “mainstream”, dejando atrás su pasado” indie”. Los trabajos pasados eran tan excepcionales que “Document” (1987), “Green” (1988) y “Out of Time” (1991), entre los cuales destacaban sencillos tan esplendorosos como “The One I Love” o “Losing My Religion” eran muy difíciles de superar.

No obstante, la crítica y los fans no estaban preparados para ver a un Michael Stipe haciendo valer letras hecha de los fracasos amorosos, el dolor y la muerte. «La mortalidad habla de la fragilidad y la belleza de la vida, y de vivir la vida al máximo en el presente«, dijo el vocalista en una entrevista acerca de la inspiración que tuvo a la hora de elaborar la temática principal de “Automatic for the People”.

«Creo que es nuestra grabación más coherente. Es la más sólida de principio a fin«, explicó el bajista Mike Mills en un comunicado de prensa publicado el 2017 cuando el LP cumplió 25 años. La reflexión y dar gran énfasis a la soledad deslumbró a sus seguidores que vieron en este trabajo el mayor logro global de la banda oriunda de Georgia. El nombre del disco viene del lema utilizado en un restaurante de la ciudad natal de la banda, Athens y la portada fue creada por el célebre fotógrafo Anton Corbijn que a través de esta instantánea manifestaba lo que vendría en este LP que comienza con “Drive”. El single realizado con suma majestuosidad en versión acústica nos daba las señales suficientes que lo sombrío sería el presagio mayor de este recorrido musical – sin coros- decorado por la lúgubre orquesta realizada por el Led Zeppelin John Paul Jones.

Sometimes everything is wrong. Now it’s time to sing along / When your day is night alone, (hold on, hold on) / if you feel like letting go, (hold on) / when you think you’ve had too much of this life, well hang on” (“A veces todo está mal. Ahora es hora de cantar tambien / Cuando tu día es noche solitaria / Si te sientes como dejándote ir, (espera) / Cuando piensas que has tenido mucho de esta vida, pues espera”), dice parte de la letra más esperanzadora y directa del LP: “Everybody Hurts”. Este éxito fue escrito por un Michael Stipe en completa desolación y que rápidamente se convirtió en una canción generacional, sin fecha de vencimiento y que es acorde aún a nuestros tiempos. Probablemente, la composición más conocida de este grupo que apeló a los tintes sureños para plasmar esta placa.

Muerte. Esa palabra tan manoseada por muchos fue la gran inspiración para el cuarteto para narrar la historia de un hombre que aguarda por su final en “Try Not to Breathe” en el épilogo de su vida. Sin embargo, Stipe y compañía no abandonan la fe y como un acto de redención en “Sweetness Follow” nos entregan una pequeña luz de esperanza.

“Man on the Moon” va en directa alusión al comediante Andy Kaufman y fue lanzada como sencillo en 1993. Este éxito fue ocupado, años más tarde, en la película del mismo nombre dirigida por el ganador del Oscar Miloš Forman en 1999 y protagonizada por Jim Carrey, Courtney Love, Danny DeVito y Paul Giamatti. “Nightswimmin” debe ser el triunfo melancólico de esta placa que significó ser reconocida ampliamente por la crítica de todo el orbe: “para nosotros, era un disco absolutamente internacional”, aseguró Peter Buck en 1992.

Las libertades que tuvieron para hacer este disco la forjaron en “New Orleans Instrumental Number 1”, pues ocuparon una forma de trabajar que luego harían una costumbre: grabar en varios estudios de todo el país. En un poco más de dos minutos, este corte, resume la calidad artística y sombría de lo que calzó perfectamente en un sello que solo pareció ser de ellos y nadie más (en ese tiempo).

La paleta de colores de este octavo álbum de estudio rayó en lo tenue, a pesar de tener momentos esperanzadores. Lo luctuoso y las metáforas inexplicables del trabajo de Michael Stipe, Peter Buck, Mike Mills y Bill Berry significó la banda sonora perfecta para el epílogo del líder de Nirvana, Kurt Cobain para aquel 5 de abril de 1994.

Bastián Cifuentes Araya

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