«Spreading the Disease»: la fuerza naciente del thrash clásico de Anthrax

«Spreading the Disease»: la fuerza naciente del thrash clásico de Anthrax

Megaforce / Island Records, 1985

Tras el fantástico EP “Armed and Dangerous”, los jóvenes Anthrax entraron al estudio con el recién llegado Joey Belladonna, para empezar a escribir una rica historia con la formación “clásica” de la banda.

Y resaltamos lo de “clásica” porque sería muy difícil reseñar “Spreading the Disease” sin destacar la labor imponente de Belladonna. Tras un más que decente debut y la posterior salida de Neil Turbin, la banda había encontrado la voz que le daría ese sello versátil y lleno de fuerza. Y así, como una imparable máquina creativa de riffs, todos los integrantes facturaron este trabajo con un gran equilibrio de thrash y speed, emulando el tono que en un principio tenía RAVEN, por ejemplo; aunque también dejaron espacio para sus influencias NWOBHM. Y nuevamente refrendamos el valor de esta formación, porque el trabajo rítmico de Benante y Bello es de un nivel superior, y eso que eran muy jóvenes. Los riffs de Ian, por su parte, son sublimes y los solos alcanzaron relevancia. Todos estos elementos, más una cuidada variedad, le dieron status de fundacional a esta placa.

“A.I.R.” es pura velocidad y peso en las medidas exactas, mientras que “Lone Justice” se oía como un auténtico ejercicio de maestría en thrash.; el bajo está muy presente y llevó la pista a desembocar en un riff rápido, intenso, pero que no renunció a su envolvente melodía. Belladonna descolló como el más grande, brillante y agudo. «Madhouse” es una pieza espectacular, un heavy clásico, mientras que “Aftershock” destaca por su producción, la que le dio ese tono apocalíptico y hardcore. El medio tiempo de “The Enemy” hace recordar al Black Sabbath de Dio y Dan Spitz logra uno de sus mejores momentos. “Medusa” y “Gung-Ho” hicieron brillar aún más al álbum, sobre todo la primera, con ese toque power metal que se vuelve oro gracias a la labor de Belladonna. Y qué decir de “Armed and Dangerous”, favorita de muchos y seguro top 5 del cancionero de Anthrax. Guitarra limpia, luego la batería a medio tiempo y la magia que le pone Belladona. Momento que definió a la banda, en los primeros pasos que daba el thrash.

La portada del disco no es de las mejores, pero refiere a la propagación de esa enfermedad llamada Anthrax. Si bien intentas resistir, ante tal descarga de thrash variado y poderoso, de un grupo joven y talentoso, era difícil negarse a subirse al carro de una carrera hacia el estrellato, para convertirse en uno de los big 4.

“Spreading the Disease” era solo el segundo disco y aunque no llegó muy arriba en los charts, recibió la atención de toda la crítica al mostrar a una banda lista para devorar el mundo. Las líneas cohesionadas en todo el conjunto nos dieron temas que pasarían al ideario del metalero, porque varias están por sobre la media y tratan adecuadamente esas influencias thrash, power y NWOBHM. Junto a “Master of Puppets”, «Peace Sells” y “Reign in Blood”, este “Spreading the Disease” se cuela dentro de lo mejor en esta gloriosa época del thrash, cuando el género recién nacía para definir a toda una generación.

Macarena Polanco

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *