Guns N’ Roses en Chile: El peso de la historia a través de los clásicos de una vida

Guns N’ Roses en Chile: El peso de la historia a través de los clásicos de una vida

FOTOS: GNR

En una cita que reunió a distintas generaciones de rockeros, Guns N’ Roses se presentó en nuestro país derrochando actitud y energía, en un extenso concierto en el que se lucieron con joyas que son parte de la historia del rock

Desde muy temprano se dejaron caer los fanáticos a las inmediaciones del Parque Estadio Nacional, para obtener la mejor ubicación posible, en un concierto que siempre genera grandes expectativas. La banda liderada por el icónico Axl Rose, se presentaba por séptima vez en nuestro país, y como siempre la respuesta del público fue en grande. Para cuando había empezado el concierto, ya se podía ver un mar de gente que repletó el parque, y que a pesar de lo fresca de la jornada, saltó y vibró con cada nota de la guitarra del mítico Slash.

Con una ya considerable cantidad de gente en el recinto ñuñoíno, y cuando el reloj marcaba las 19.30, subieron al escenario los nacionales de La Mala Senda para abrir los fuegos. La agrupación nacional ya posee experiencia iniciando los shows para otros grandes grupos como Smashing Pumpkins, Candlebox y Stone Temple Pilots, y la verdad es que ese recorrido se notó. En media hora mostraron lo mejor de su repertorio que encontró una gran acogida por parte de un público que ya llegaba de forma masiva. Agradeciendo por la oportunidad, y manifestando su profunda admiración por Guns n’ Roses, los chilenos se bajaron entre aplausos del escenario, y se llevó el cariño de un público que disfrutó de un show que dejó un buen gusto en la boca, desde lo sonoro y también por la carismática propuesta de La Mala Senda.

Para las 20.00 horas la noche ya se empezaba a extender por el Parque Estadio Nacional, y con ello también la baja en la temperatura, lo que se veía exacerbado por la ansiedad generalizada que empezaba a apoderarse de los asistentes que ya tenían repleto el recinto. Familias completas, grupos de amigos, padres e hijas, en fin, todos querían estar presentes y nadie quería perderse la gira Because what you want & what you get are two completely different things. Por eso, cuando sonó el riff de “Welcome to the Jungle”, cerca de las 20.44, la gente explotó en júbilo. La guitarra de Slash se mostró tan clara y cálida, pero con la misma fuerza de siempre. Arrollador. “You know where you are? You’re in the jungle baby” épico comienzo.

“Chinese Democracy” destacó. El hard rock equilibrado, con guitarras rozando lo industrial y la atmósfera tensa de la canción, sacó a relucir el sonido espectacular del concierto. Punto alto la calidad y claridad del sonido durante toda la jornada. Los instrumentos se escuchaban con exquisita claridad, y con la medida de potencia correcta. La guitarra de Slash y la de Richard Fortus se complementaban de manera tal, que cada uno tuviera momentos donde mostrar todo su talento. Respecto a la voz de Axl, a ratos se lució, y por momentos dejó entrever el inexorable paso del tiempo. Totalmente destacable fue su actitud sobre el escenario eso sí, tratando en todo momento de ser enérgico y de dar un espectáculo de acuerdo a la ocasión.

No faltaron los covers, algo usual, y que parece ser ya un tributo en cada concierto de los Gunners. “Live and Let Die” en una ya clásica versión de Guns, y “Sabbath Bloddy Sabbath” sacaron aplausos entre la fanaticada, sobre todo cuando esta última fue dedicada al Príncipe de las Tinieblas. “You Could Be Mine” fue realmente una pasada, en la que fue imposible no sentirse en medio de la acción de Terminator 2, la voz de Axl aquí estuvo más que a la altura. “Rocket Queen” fue un momento de lujo para Slash, el solo en conjunto con el Talk Box, fue uno de los puntos altos del querido guitarrista. Destacada también fue la participación del baterista debutante Isaac Carpenter, quien en conjunto con Duff McKagan con las segundas voces, sostuvieron el groove toda la noche.

Antes de la parte final del concierto, quizás sea justo tener en consideración algunas cosas que podrían haber beneficiado el espectáculo. Personalmente, eché de menos la pirotecnia. En una banda tan masiva, gigante y estrambótica como Guns, venía como anillo al dedo una que otra llamarada o fuego artificial, en esos momentos álgidos como en “November Rain” que fue un momento bastante especial. Una interpretación y ejecución impecables para un clásico que fue coreado por todos los presentes. Quizás una duración menor del show ayudaría en distintos aspectos, como el no sobreexplotar la voz de Axl, o no dejar afuera uno que otro clásico (a ti te hablo “Patience”).

Pero “Paradise City” transformó esa emoción, en el la última entrega masiva de energía que dio el punto final a una noche extensa, pero que bien lo vale cuando se trata de una banda que marcó a distintas generaciones, las mismas que se fueron con una sonrisa de satisfacción en la cara, de vuelta al hogar.

Nicolas Diaz

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