«In the End»: Adiós Chester Bennington, voz de toda una generación

«In the End»:  Adiós Chester Bennington, voz de toda una generación

Pocas veces podemos entender a ciencia cierta lo que hay tras la mente de nuestros ídolos. El caso reciente con Chris Cornell puede ser el antecedente más brutal, en un suicidio que hasta el día de hoy tanto por sus fans como su propia familia resultó ser inexplicable, debido a que no había mayores indicios de una depresión crónica o ganas de morir abiertamente. Hasta el día de hoy lo cuestionamos, porque es difícil aceptarlo.

Del caso de Chester Bennington podríamos decir algo parecido: el vocalista de Linkin Park se suicidó casi dos meses después que el ídolo de Soundgarden, y en el mismo día del cumpleaños de quien fue amigo incluso, pues compartieron escena muchas veces y hasta una emotiva carta le dedicó tras su deceso, donde expresaba su admiración, pero la verdad es que Chester en más de una oportunidad habló de sus trancas emocionales, sostenidas en gran parte por el fuerte impacto que tuvo en él ser abusado sexualmente cuando niño por un «amigo» mayor.

En diversas entrevistas contaba abiertamente el tema que fue tabú para él por mucho tiempo, porque se guardó en su interior esta aberrante situación que vivió entre los 7 y 13. Él describió los abusos como «algo menor, sin importancia». Chester tenía miedo de que la gente pensara que era gay, que estaba mintiendo, y eso fue el autoengaño de un silencio que necesitaba explotar en algún momento.

Dos años antes del final de los abusos, Chester habló, sus padres se separaron, y su padre y un detective, obtuvieron su custodia. Su hermano mayor y una de sus hermanas ya se habían trasladado a tiempo, y la otra hermana no estaba cerca en aquel momento.

Según Chester, lo único que quería hacer era matar a todos y luego huir. En cambio, él tornaba sus fantasmas del abuso artísticamente, dibujando y escribiendo poesía. Todo fue catalizado en forma de música, todos esos versos y esos gritos desgarradores como forma de ahuyentar sus demonios, pues pese a que Linkin Park es una banda que nos ha hecho vibrar a headbangings y ritmos con síntomas de fuerza, saltos y mosh, siempre ha estado ese lado depresivo en sus canciones: «In the End», «From the Inside», «Crawling» «Leave Out All the Rest».

La carrera e impronta evolutiva de la banda fue acrecentándose, incluso llegando a traicionar a sus fans de nicho rockero de los grandes discos como «Hybrid Theory» o «Meteora», cosa que no pudo haber sido patentada de forma más clara en su reciente álbum entregado como nunca al pop como «One More Light», pero aún así, siempre hubo una valentía en cuanto a no hacer lo que la fanaticada quería de ellos, sino lo que simplemente les nació como banda. Y en discos como ‘Living Things» o “The Hunting Party» encontramos una vuelta bastante interesante a su sonido ocupando los matices y versatilidad del vocalista junto con la ingeniería sónica del otro gran baluarte del grupo como Mike Shinoda

Chester incursionó con Stone Temple Pilots, muy criticado, pero se atrevió y pese a todo, tuvo una aceptación moderada en esta jugada más del lado «grunge» de la fuerza que sin duda lo identificó. Le gustaba ese entorno, letras de temáticas existencialistas y que hablaban de lo que realmente nos pasaba.

Chester se ha ido- por un terrible suicidio-un gran vocalista y del que no entenderemos quizá nunca el porqué, como uno más de muchos que no entendimos en el pasado y que quizá nunca entenderemos en el futuro. Cuando es el fin, quizá ni siquiera importa. Que en paz descanses, Chester.

Lo intenté con fuerza,
y llegué tan lejos,
pero al final,
ni siquiera importa.
Tenía que caer,
para perderlo todo,
pero al final,
ni siquiera importa.

Por Patricio Avendaño R.

Nacion Rock

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