Novedades para los amantes de ver en vivo a sus bandas de forma independiente, ya…
Jane’s Addiction en Lollapalooza Chile: El ritual continúa
Jane’s Addiction ha sido una banda que no ha sido o tenido una carrera tan regular como algunos pares de su generación, pero siempre está ahí, en el corazón. Por ser una de las gigantes del rock alternativo cuando recién estaba emergiendo a fines de los ochenta y sembrar el camino para cientos de bandas más, por el carisma de su líder, por el poder de su guitarra y porque cosecharon algunas canciones que aún están en el memorial de cualquier fan del rock bien hecho: con jams, funky y mucha, pero mucha pasión y potencia cuando así lo requieren.
Un poco pasadas las 18.30 la banda sale a acción, incluso antes de lo pronosticado en los horarios oficiales que se anduvieron modificando el día domingo, por ende aún el sol pegaba en el escenario Axe del Bicentenario. Sin mucha parafernalia, ahi estaba el gran Perry Farrell, líder de una de las bandas más importantes del estilo y creador de toda esta fiesta llamada Lollapalooza, para arrancar con un par de temazos de «Nothing Shocking», ‘Up The beach’ y ‘Ocean Size’. Qué buen punto de partida, Sonó muy bien y nostálgico.
Con el histórico Eric Avery tocando el bajo y con la presencia requerida del instrumento en Jane’s, y Josh Klinghoffer, (el ex- Red Hot en guitarra y músico de sesión siempre listo para la ocasión), más otro emblema como Stephen Perkins en batería, la banda apabullaba con la nostalgia de aquel disco de 1988 (un poco el cartel de su presentación y sideshow nos lo anticipaba), mientras que Perry ya empezaba a interactuar con cosas de libro para «ganarse al público». Sus constantes saludos a la audiencia, una referencia a Boric y a las protestas del estallido que «hicieron que se una la gente por la causa» y más adelante el destape de una botella de buen vino chileno que la gente pidió que se la tomara «al seco» (y que al parecer hizo o al menos se tomó un buen trago), o el Chi-Chi-Chi, que le sopló Josh que dijera, fueron solo algunos de momentos de conexión que siempre caen bien para mejorar el ambiente del show.
Las chicas del strip tease no podían faltar y tal como ese show ya legendario del primer Lolla en Chile, aparecieron haciendo bailes y mostrando la parte erótica que Jane’s al parecer lleva en su adn: ‘Whores’, ‘Pig in Zen’ y luego el momento siempre cautivante de ‘Jane’s Says’ con Avery en la guitarra. La banda, pese a que estuvo debutando un tema nuevo en sus últimos shows, parece que solo estaba apelando al recuerdo de sus clásicos: la gigantesca ‘Ted…Just Admit It’, ‘Mountain Song’ (haciendo referencias a las montañas chilenas y a los bonitos lugares de nuestro país) y la chamánica ‘Three Days’ elegida para un cierre monumental.
El show estuvo plagado de fuerza, pero se hizo algo corto. Temas como ‘Stop’ o ‘Just Because’ nos hubiese encantado escuchar, pero para los que abrazamos el sonido de sus inicios, era un más que buen regalo. La banda está diciendo presente, han planeado nuevas cosas y están vivos, parece, más que nunca después de todo este tiempo y con una leyenda de rock inscrita con más que buen derecho en los libros de la materia.