«One by One»: Foo Fighters encontrando nuevos rumbos

«One by One»: Foo Fighters encontrando nuevos rumbos

Roswell Records / RCA Records, 2002

Un poco antes de convertirse en la gran banda de rock que todos conocemos, capaces de llenar estadios en cualquier lugar del mundo, con un catálogo de hits extenso y un lugar privilegiado en la industria; Dave Grohl y los suyos, sacaban a la luz en 2002 su cuarto trabajo discográfico, “One by One”, el disco que cosechó un par de éxitos más y que ayudó a solidificar la nueva etapa de la banda.

Con la reciente incorporación del guitarrista Chris Shiflett, quien llegaría para quedarse y la colaboración de artistas de la talla de Brian May y el mismísimo Krist Novoselic, que aporta con algunos coros en lo que sería un primer acercamiento con su ex compañero en Nirvana. El disco suena contundente y cabe aclarar que el material tuvo dos versiones, la primera solo CD, con las once canciones que componen el álbum, más la versión en DVD, con nueve temas más en formato 5.1 y en vivo.

De este material extra se destacan “The One” y “Walking a Line”. Gran parte de estas canciones se pueden ver en vivo en el DVD que editaron en el año 2003 “Everywhere But Home”, que se filmó durante la gira de este disco. De la primera versión se destacan dos canciones que hasta el día de hoy tienen un lugar asegurado en todos sus setlist. Se trata de “All My Life”, una canción poderosa donde Grohl le canta a la insatisfacción de una búsqueda incansable, y la otra “Times Like These”, dueña de un riff exquisito y una métrica muy particular de 7/4. Estos fueron los dos primeros cortes del álbum. El resto del disco se mueve por los lugares comunes a los que nos tiene acostumbrada la banda.

Hay cierto grado de experimentación, tanto en los sonidos de la guitarra con más efectos, como los que se escuchan en las canciones “Low” y “Have It All” (este primero consta de un video muy interesante con la participación de Jack Black, otro amigo de la casa) como también algunas progresiones compositivas más rebuscadas, como en “Halo” y “Disenchanted Lullaby”. También hay lugar para las rarezas como “Tired of You”, con la participación del mencionado Brian May que aporta los arreglos a una base de guitarra en solitario que sorprende por su impronta. “Lonely of You” y “Overdrive” son las que más recuerdan a la etapa de “The Colour and the Shape”, por el sonido y por la búsqueda de ese equilibrio entre canción pop con guitarras estridentes.

Finalmente cierran con “Burn Away”, en tono rockero de medio tiempo y el clásico final de los discos de los Foo; un tema largo de casi 8 minutos, “Come Back”, que más allá de su extensión, no tiene mucho más que aportar. Como conclusión, salvando las excepciones de las canciones primeramente mencionadas, no estamos frente a un clásico de la discografía de una gran banda, ni mucho menos. Más bien es un álbum que no termina de conformar, pero que suena bien y sirvió de disco puente a una maduración absoluta. Se ven vestigios de lo que más adelante se desarrollaría mejor, como los aportes de las guitarras de Shiflett, o esa búsqueda incansable de la melodiosa canción pop rockera. Tal es así que ni siquiera al propio Grohl se mostró muy conforme con resultado final de este material. “Solo cuatro canciones son realmente buenas, el resto no las volví a tocar nunca más en mi vida”, con esa declaración se resume un poco la sensación que nos deja este «uno por uno», aunque en definitiva no deja de tener un par de tracks para atesorar en su discografía.

Patricio Avendaño

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