Soen en Concepción. Una noche de conexión y maestría musical

La actuación de Soen en Concepción reafirmó su estatus como una de las bandas más destacadas del prog metal contemporáneo. Tocaron el 2 de marzo en el Espacio Marina —por segunda vez— después de completar dos jornadas tremendas en Santiago en el Teatro Coliseo. Fue una noche intensa y memorable. La conexión con su fanaticada chilena se ha ido fortaleciendo con el paso de los años a nivel de que ya deben pedir la nacionalidad. Son de la casa y se nota.
El Memorial Tour es una demostración de maestría músical. La voz de Joel Ekelöf, tan suave como la penumbra antes del amanecer, guió a la audiencia a través de los paisajes sonoros de “Sincere”, “Martyrs”, “Savia” como un latido. Su voz suena idéntica a como lo hace en sus álbumes: clara, controlada y profundamente emocional. Las armonías, especialmente durante canciones como “Lotus” y “Unbreakable”, elevaron la actuación, agregando capas de riqueza al sonido ya atmosférico. Soen combina delicadeza con brutalidad en una alquimia perfecta. Hay algo en ellos que nos llega muy profundo, tirando de esos lugares de nuestro corazón que nadie más conoce.
El repertorio incluyó temas del reciente Memorial pero con clásicos de sus discos Imperial, Lykaia y Lotus. Hubieron muy pocos cambios con respecto a los shows previos en Santiago. Mantuvieron casi la mayoría de las transiciones. En un momento te perdías en “Monarch” y, antes de que te dieras cuenta, “Illusion” te arrastraba a su ritmo. La intensidad del show de Soen se sintió como un signo de exclamación al final de un largo poema. Hay poder. Hay un sonido atmosférico. Una energía palpable . “Los recuerdos nos duelen a todos, pero nunca nos rendiremos/ La botella se convierte en tu hogar y el arma es todo lo que puedes oír/ Y si pretendes salvarnos de nuestras intenciones/ Las cicatrices recordarán que el dolor es un pasaje que tendremos que cruzar”.
Las bandas teloneras también estuvieron a la altura, preparando el ambiente con propuestas sólidas y bien ejecutadas. Lapsus Dei aportó un toque de doom progresivo que conectó bien con el público, muy parecido a los comienzos de Anathema. Mientras que Nebulos, la banda local, ofreció una mezcla interesante de brutalidad y melodía, un progresivo con toques death más oscuros.
Lo que Soen entregó en Concepción no fue simplemente una lista de canciones ni un concierto más, sino un momento vivo y compartido que profundizó nuestra conexión tanto con las canciones como entre nosotros mismos. La música de Soen es tan poderosa que puede permanecer contigo mucho tiempo después de que las luces del escenario se apaguen.