Tool en Lollapalooza Chile: Una experiencia superior

Tool en Lollapalooza Chile: Una experiencia superior

Fotos: Jerrol Salas

Cuando en Chile, que hace rato es epicentro de los más grandes conciertos del mundo, creíamos que lo habíamos visto prácticamente todo, aún había un capricho que no se nos concedía, un eslabón perdido en la cadena de tantas formas distintas de presenciar rock y metal en vivo: Tool, la banda que se venía pidiendo a gritos desde hace décadas, y que finalmente logró silenciar y poner en modo trance a miles de almas que se conectaron en una fría noche en Cerrillos, más allá de la música, con toda una experiencia. 

A las 22.30 daba la impresión que algunos seres extraterrestres bajaban de su nave para proponer algo como si viniera de una inteligencia superior: un sonido perfecto, visuales inmersivas y ufológicas, una obra de arte en su conjunto. «Jambi» le dio el arranque a punta de riffs trepidantes y bien tocados con la exquisitez del sonido de la guitarra de Adam Jones. Y la euforia y emoción se desató. Ya no había frío. Solo una sensación que el tiempo y el espacio se detuvieron por una hora y media con actos de surrealismo, progresiones y jams hipnóticas y un fuego de poder que nos sacudió una y otra vez. 

Versiones extendidas e inclusión de imágenes de aquellos Claymation bizarros noventeros clásicos de MTV como los videos de Stinkfist o Aenima, pero evolucionados con variaciones para que la experiencia lograra tal nivel de densidad que en realidad resultaba algo incomprensible que se llegara a tanto. «Rosetta Stoned» emprendió un viaje que mezcla catarsis con una épica psicodélica y progresiva, en tanto la espiritualidad de «Pneuma» o la furia de «The Grudge» contrastaban en un show en que cada segundo (y con momentos tan aletargados pero precisos) se disfrutara a concho. 

La inmensidad de canciones de Tool que faltaron fue un hecho: pero la elección fue perfecta. Ahí estaban los venerados momentos de Lateralus, Aenima, o 10.000 Days y Fear Inoculum tratando de ser condensados lo mejor posible ante un público que lo dio todo. Tal fue así que quizá no se vio tanto en esta gira en que los cuatro músicos en la despedida dejaron un afectuoso saludo de agradecimiento (incluso reverencias del propio Maynard) en una postal para la historia. 

Los músicos de Tool ya han llegado a los 60 o los bordean, pero eso no es impedimento para que se despachen un show con clase como si fueran los mismísimos 90’s. A veces, realmente queda la duda: ¿Son realmente músicos o vienen de una raza superior? Con toda esta marea de mecánica de precisión milimétrica, invasión sonora y cognitiva a veces dejan la duda sobre la mesa. Lolla tuvo un headliner de peso, en todo el sentido de la palabra, y fuimos parte del eslabón que faltaba, la piedra filosofal de shows en vivo de rock y metal. En fin, gracias por tanto, Tool. 

Patricio Avendaño

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