“Van Halen III”: el paso en falso del catálogo

“Van Halen III”: el paso en falso del catálogo

Warner Bros., 1998

El segundo ciclo se cerró con los ánimos caldeados, a mediados de los 90’s, dejando atrás la época melódica y multi platino que alcanzó Van Halen con Sammy Hagar tras el micrófono. Se trató de una superbanda encubierta, con el otrora cantante de Montrose, que facturó cuatro exitosos álbumes entre 1986-95; pero para ese punto ya no se soportaban entre sí, cerrando transmisiones con el tema Humans Being —hecho para la película Twister (1996). Y tal como dictaba la tradición, tras el reemplazo de David Lee Roth a mediados de los 80’s, no hubo mucha demora en fichar un nuevo candidato: Gary Cherone, aprovechando el hiato por el que por entonces pasaba Extreme. Era una fórmula que podía resultar, cobijándose en la ya mencionada lógica de la superbanda.

Pero en lo estricto; este título que hace referencia a la tercera encarnación de los oriundos de Pasadena, pareciera ser más un disco solista de Eddie que otra cosa. Por primera vez tomó las riendas detrás de las perillas, en compañía de Mike Post —quien aportó el piano para la apertura instrumental de Neworld. Relegó casi por completo a Michael Anthony, tensando las sesiones, y él mismo grabó la mayoría del bajo —además de la guitarra, sitar eléctrico, teclados, coros y hasta debutó en la voz principal con How Many Say I. Grabado como de costumbre, desde 1983, en los Estudios 5150 —propiedad del encargado de las seis cuerdas; este Van Halen III, el 11° dentro de la discografía, llegó a estanterías el 17 de marzo de 1998. Como portada se valió de la famosa fotografía de Frank “Cannonball” Richards —oficio de fenómeno que rescató Los Simpsons, en el episodio Homerpalooza (1996).

Pero la colección no contiene nada demasiado memorable, pese a haber tomado casi un año el proceso compositivo. Without You, el primero de los singles promocionales y que contó con un gélido videoclip, ya mostraba a Cherone en plan de seguir la misma línea vocal de su antecesor. Otras se extendieron más de la cuenta sin tener un norte claro, como es el caso de Once o Year to the Day; en contraposición a la fugaz instrumental Primary, que sirve de puente natural para Ballot or the Bullet. Josephina, por su parte en clave de balada, quedando como un refrito de lo que alcanzó Gary con More Than Words (1990). Fire in the Hole pudiendo quedar como eslabón fuerte, de vibra tradicional que creció además dentro del soundtrack de Lethal Weapon 4; seguida de cerca por One I Want, From Afar y la monolítica Dirty Water Dog.

De todas las facturas, reflejando debilidad en los números: siendo la única que no alcanzó el millón de copias vendidas, pese a haberse colado #4 en el ranking Billboard 200. La gira tampoco resultó como debió, cancelándose a la mitad —de donde se rescató como registro, por ejemplo, un fragmento de presentación transmitida a nivel global desde Sídney (1998). Años después fue consultado el mismísimo David Lee Roth, sobre aquel proceso, siendo tajante: “Ellos dejaron a la venta el papel de vocalista de Van Halen para cualquiera que quisiese entrar. Aquello no llegó a ser un error; no fue nada, literalmente”. Que se remarcó con un posterior aislamiento como nunca lo tuvieron antes, exceptuando un desinflado tour en compañía de Sammy Hagar (2004); ya para, en 2007, cimentar la reunión de la década con Diamond Dave —cuya consumación fue la publicación de A Different Kind of Truth (2012). Pero para llegar a ello, debió pasar mucha agua bajo el puente, incluido el infame Van Halen III.

Nacion Rock

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *