100 Gecs- «10,000 Gecs» (2023): Dos cabezas rubias y un trillón de flujos sónicos de información por segundo

100 Gecs- «10,000 Gecs» (2023): Dos cabezas rubias y un trillón de flujos sónicos de información por segundo

Dog Show, Atlantic, 2023

Uno de los dúos más explosivos mediáticamente y convertidos en un fenómeno. Así es como nos encontramos cara a cara con el segundo trabajo de Laura Les y Dylan Brad, quienes lanzaron música por primera vez como 100 Gecs en 2019, en un trazo recorrido en que verdaderamente han sido elevados a las alturas sagradas del Hyperpop (incluso inmaculados como creadores del género), y bastante de acierto hay en el endiosado de Discord y redes sociales acerca de las inventivas fórmulas de dos freaks que simplemente, la supieron hacer. Y que sí, suenan distinto a todo lo que hemos escuchado antes. 

El sonido de 100 Gecs se equipara a una matrix o a una bomba de tiempo de un trillón de flujos de información que llegan desde las profundidades de sus cabezas rubias, que nos taladran el cerebro con música electrónica supersónica, guitarras heavy disonantes representando con bandera de lucha a adolescentes depresivos, de clase media, blancos y disidentes sexuales alienados en sus pequeños pueblos por ser catalogados de «monstruos» o algo así. 

Con 10.000 gecs, Les y Brady (son contraparte, se fusionan y explotan musicalmente) tienen la poco envidiable tarea de traducir su caótico hyperpop a un sello importante, todo mientras conservan sus alocados experimentos sonoros lo suficiente como para evolucionar. Detrás de esto está el hecho de que son grandes nerds de la música, incluso virtuosos, donde han fomentado su interés en las guitarras thrash, el renacimiento del ska y el pop-punk, pero que generalmente suena como todo como procesado por física cuántica. 

La canción de apertura «Dumbest Girl Alive» llega cargada con riffs de thrash metal y subwoofers, y nos sumerge en lo que nos espera. Les, gruñendo desde una posición depresiva, como una amenaza mortal («¡Sí, te enviaré un jodido mensaje de texto!») pero también llegan con una declaración de principios: «Soy más inteligente de lo que parezco/Soy la chica más tonta del mundo». Es un himno. «757» y su fluidez nos bombea la sangre rápido y furiosamente, mientras que «Hollywood Baby» demuestra la brutal capacidad de la banda de dejar canciones que pueden funcionar inmensamente bien en un concierto (y así lo han demostrado pese ala artificialidad de todo). 

Volvemos un poco a piso: «Frog On The Floor» suena a algo más civilizado, y su alegría y ritmos reggae/ska hacen que el disco nos muestre sus absolutas vertientes diversas, en tanto «Doritos & fritos» insiste con el ya reconocido abuso del autotune, que saben bien como jugarlo a su favor. Pero un bajo glorioso y solos magníficos y alocados insisten en que estamos ante algo más novedoso de lo que pensamos. «One Milion Dolars» es un electroheadbanging desatado y «I Got My Tooth Removed», llega como una balada engañosa transformada en ritmos ska después de tanto shock sónico. El final con «Mememe» deja todo arriba y lo único que queda es darle play a todo nuevamente para saber que sonido filtrado es el qué nos faltó descubrir, entre tanta originalidad donde no hay espacio para la fomedad ni el aburrimiento. 

Pasa rápido, es entretenido y su sonido es totalmente extraño, experimental, desquiciado, pero abrasivo. No hay comparación con nada porque 100 Gecs ha sabido encontrar su sonido propio y desatarlo al mundo. Y probablemente sea lo mejor que hemos escuchado en años, es solo que no lo sabíamos. 

Patricio Avendaño

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