25 años de Conspiracy of One- The Offspring: «Malditos pop-punk, mataron el punk»
Lanzar un disco dos años después de su avalancha de éxitos Americana (1998) y ganar en el intento era misión imposible. Y por consiguiente ya se vislumbraba un giro hacia un sonido más accesible y orientado al pop-punk. Su sucesor confirmaría ese camino: un álbum más melódico, pulido y claramente enfocado en la radio y MTV, decisión que dividió tanto a la crítica como a los fans del punk californiano más duro. Pese a los alegatos de esa ala enfervorizada de fans, hay que convenir que The Offspring nunca jugó a ser una propuesta muy underground. Y por eso y más muchos los queremos hasta hoy. Aunque este disco estuviera muy distanciado de sus primeros trabajos.
En su momento, varios críticos resaltaron la falta de riesgo y la homogeneidad del sonido, señalando que el disco entregaba “todo lo que se espera, y nada más”. Aun así, Conspiracy of One logró posicionarse globalmente, impulsado por singles que se convirtieron en parte del ADN pop-punk de inicios de los 2000. Temas como “Original Prankster”, con la colaboración de Redman, y “Want You Bad”, sumando otro himno a su catálogo, mostraron a una banda que buscaba expandir su alcance, incluso a costa de alejarse de su raíz punk más cruda.
Sin embargo, el álbum también contiene algunas de las composiciones más sólidas de The Offspring en esa etapa. “Million Miles Away”, para muchos la mejor del disco, mezcla velocidad, un riff contundente y letras más inspiradas. “Come Out Swinging” sigue siendo un arranque enérgico y efectivo, mientras que “One Fine Day” conserva el espíritu festivo que marcó su época dorada. En el extremo opuesto, “Denial, Revisited” destaca como una balada emocional y honesta, convirtiéndose con los años en una de las joyas ocultas del álbum. Otros cortes como “Vultures”, “All Along” y “Special Delivery” muestran la amplitud estilística del disco, aunque no todos recibieron la misma acogida crítica.
El resultado final fue un álbum desigual, con momentos altos y otros más prescindibles, que alterna entre el punk acelerado y una apuesta pop que no siempre convenció. Aun así, Conspiracy of One representa un punto clave en la historia de The Offspring: un intento explícito de expansión comercial, pero también un retrato muy fiel de su tiempo, cuando el pop-punk dominaba MTV y moldeaba una nueva generación de oyentes. Dos décadas y media después, es imposible no tenerlo cierto aprecio, el revelado de un momento fotográfico en su historia, que nos hace entender la evolución —y las tensiones— que definieron a la banda en pleno cambio de siglo.
