La segunda pista del disco debut, el multi platino homónimo de 1978, le correspondió ser…
Cancionero Rock: “Humans Being” – Van Halen (1996)
Una década llevaba, sumando cuatro discos de estudio, la segunda encarnación de Van Halen; aquella que multiplicó el gran éxito que siempre los acompañó —gracias al estatus de supergrupo que conllevó la adición de Sammy Hagar, otrora voz de Montrose. Pero ya para mediados de los 90’s, los roces estaban a la orden del día; a rastras completando Balance (1995), y su respectiva gira. Aun así les quedaba algo por decir: Humans Being, que figuró en el soundtrack de la cinta Twister (1996). Protagonizada por Helen Hunt y Bill Paxton; quienes comandan un grupo de temerarios meteorólogos, que con fines científicos persiguen tornados. Pero en lo que atañe a los apodados Van Hagar, fue lo último que llegaron a hacer juntos —descontando los tres desabridos nuevos cortes que presentaron en el compilado The Best of Both Worlds (2004), junto a un no muy largo recorrido promocional.
En un comienzo no mostrando mayor interés en este nuevo proyecto, pero fue el mánager de la banda quien insistió; aduciendo lo prometedora que era la película. El tema, en un comienzo nombrado The Silent Extreme, terminó de fundir las relaciones internas —cada uno de los integrantes teniendo que regresar al estudio, algunos saliendo de situaciones médicas y otros de obligaciones familiares; lo más dificultoso siendo que el cantante aceptase tomar un avión desde Maui hasta Los Ángeles —en lo que estaba previsto como una corta sesión para que él balbucease algo como “Bla, bla, bla, odio esto, odio eso; tú, sucia rata”.
El resultado final fue una filosa, dura y áspera entrega —para el estándar de la agrupación por aquel entonces, acostumbrada a un sonido endulzado que llegaba a lo AOR. La letra, rozando lo existencialista, irónicamente no tiene ninguna relación con tornados —más allá del tempestuoso set del videoclip; puesto que consultaron por la trama, para tener una noción, y fue el director quien contestó que no deseaba que siguiesen esa línea. La canción se trató de un cierre de ciclo brillante, como fue la dinámica durante esos años, que alcanzó el #1 del ranking Billboard Mainstream Rock Tracks —en donde repitió la labor, luego de encargarse del ya citado Balance, el productor Bruce Fairbairn.