Cancionero Rock: «Welcome Home (Sanitarium)» – Metallica (1986)

Cancionero Rock: «Welcome Home (Sanitarium)» – Metallica (1986)

El Master of Puppets es un disco muy variado, y quizá eso lo hace tan rico y contundente, pero aparte de variar musicalmente, usar escalas progresivas y mezclarlo con un thrash potentísimo, las temáticas que se abarcan son bien disímiles también y muy interesantes. Obras de horror, el cuestionamiento religioso y la sicología humana desfilan a través de riffs y secciones sublimes de un metal absolutamente bien construido.

«Welcome Home» está casi al final  y es la poderosa balada del disco, un tema que habla de la soledad y aislamiento y que James Hetfield se encarga de contarlo con desesperanza bajo melódicas notas que explotan en energía en su clímax final.

Un sanatorio no es un asilo ni una prisión psiquiátrica, es una institución mental en que un preso puede dejar por su propia voluntad. La canción está escrita desde la perspectiva de uno de estos internos: tiene miedo de irse por lo que hay ahí fuera, y no todo lo contrario que sería lo lógico, de alguien que quiere escapar de él.

Como es tendencia, el cine y esta vez la notable película de 1975 Flew Over the Cuckoo’s Nest (Atrapado sin salida en español) protagonizada soberbiamente por Jack Nicholson influyó a la banda, en que su papel consta de un tipo que revoluciona a los internos y se los lleva de paseo, pero sin embargo muchos de ellos no querían escapar. Se habla de las propias experiencias de Hetfield metafóricamente, el hecho de vivir en una familia con padres hipnotizados con la ciencia cristiana, alcohólicos y  disfuncionales, que se entendería completamente cómo el hogar es como un sanatorio. Un lugar donde los enfermos emocionales y mentales se mantienen sin esperanza de escapar.

«Veo nuestra libertad ante mis ojos.
Sin puertas cerradas, sin ventanas cerradas
No hay cosas para hacer que mi cerebro parezca cicatrizado».

Sobre el tema, en una entrevista con Flemming Rasmussen, quien era ingeniero y coproductor, explicó: «Utilizamos seis micrófonos para cada guitarra, por lo que teníamos una configuración estéreo completa. Para el primer sonido de ritmo, lo grabamos en estéreo – eso sería lo principal. Y luego comenzaríamos a mezclarlos en una pista mono, entonces es cuando empezamos a duplicarnos. Porque nuevamente, en esta época, solo harías más pistas, pero estábamos limitados a 24 pistas dos veces, porque teníamos sincronizadores. Lo cambiaría constantemente para adaptarlo a la canción. Combinaría cualquiera de estos en la forma en que pensé que la canción debía sonar».

Y así es, el sonido en general es bastante acertado y hasta hoy suena fresco. Sin duda la marca de un álbum que no tiene síntomas de expiración:

Por Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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