Charli XCX: Cuando la necesidad de crear excede todo medio de expresión

Muchos podrán pensar que Charli XCX es una simple artista pop contemporánea. Si a grandes rasgos lo es, es de todas formas una artista pop que está imponiendo nuevos cimientos en la innovación de la música y en lo que se entiende por el género —y desde el inicio de su carrera—. Sólo referirse a ella como artista queda corto. Hablamos de alguien que es cantante, letrista, compositora, productora, dj, estudiante de artes visuales, emprendedora, directora de videos musicales y documentales, CEO de ‘Vroom Vroom Recordings’: su propio sello discográfico, y próximamente, actriz y productora de cine. En palabras de Zane Lowe, “trabajadora, visionaria, creativa e icónica”. En su tiempo libre, melómana y “party girl”.
Su más reciente entrega —Brat— catapultó exacerbadamente su popularidad, pero Charlotte Aitchison lleva más de 15 años cambiando la escena. Incluso antes de lanzar su primer álbum de estudio el 2013 —True Romance— o ser reconocida por su nombre siquiera, estaba dejando entrever su exitosa carrera. «I Love It» de Icona Pop (2012), «Fancy» de Iggy Azalea (2013), «Same Old Love» de Selena Gomez (2015), «Tonight» de Blondie (2017) y «Señorita» de Camila Cabello y Shawn Mendez (2019) fueron éxitos de inmediato pero es probable que hasta el día de hoy no muchos sepan —u olvidaron— que quien escribió aquellas canciones fue la mismísima Charli XCX. A pesar de que de hecho, en las primeras dos se le menciona como artista invitada.
La evolución que la británica construyó en los años condenó su etiqueta de estrella de pop —y exponente del hyperpop—. Te da las vibras de que lo es y ella misma cuando firmó su primer contrato pensaba que la única realidad era ser una estrella de pop y ser [como] Britney Spears. Pero para sorpresa de algunos, luego te das cuenta que primero es amante y muy conocedora de la música y escena punk. ‘Snuffed by The Yakuza’, ‘Bow Wow Wow’ y ‘The Vibrators’ liderando entre los referentes que más la marcaron en su adolescencia, su aporte al catálogo de Blondie, su segundo álbum de estudio ‘Sucker’ (2014) o sus interpretaciones de «Shake It Off» de Taylor Swift —para BBC Radio 1— y de «Allergic to Love» de ‘Snuffed…’ ya lo indicaban.
Tener ese lado punketa y ser dj en raves por ahí por el 2006 con tan sólo 14 años, incorporando en esa área inspiraciones de la música electrónica, el electro-dance, del sello ED Banger y bandas como Justice o Uffie, de alguna u otra manera esbozó desde el comienzo su alma ecléctica y de que aferrarse a un sólo color no sería opción. Hoy en día autoproclamada agnóstica de los géneros musicales, la fuerza creativa ha explorado a lo largo de aproximadamente 13 lanzamientos, asimismo y entre otros, música electrónica, techno, electro-dance, dance-pop, hyperpop, pop, synth-pop, new wave, dark wave, pop-punk, indie-pop, avant-garde pop, trap, rap y synth-funk, ensamblado todo de una manera que es difícil de categorizar más allá de su persona. Sólo en el transcurso de «Pink Diamond» —track perteneciente a ‘How I’m Feeling Now’ (2020)— enfrentándose —y enfrentándonos— a diálogos que van desde trap a arreglos industriales al estilo de Nine Inch Nails y uso exagerado de Auto-Tune como si nada. El Auto-Tune, usado como un instrumento y un material de experimentación más que una manera de arreglar su voz.
La variación de estilos, sin embargo, no siempre estuvo de la mano de su zona de confort. Por mucho tiempo priorizó hacer la música que creía que el resto quería oír y no la que ella quería oír. También consideró dedicarse a tiempo completo a escribir música para otros porque ahí era donde su imaginario tenía mayor alcance. Su EP ‘Vroom Vroom’ de 2016 fue el primer trabajo sólido que hizo un click para ella, donde su colaboración con artistas y productores de PC Music para el mismo, entre ellos A.G. Cook y Sophie, le entregaron por primera vez a Charli la seguridad que necesitaba para decidir qué dirección esencial tomaría de ahí en adelante.
Su extenso catálogo fue paulatinamente dejando una huella en la escena y su innovación, pero su álbum ‘Crash’ (2022) fue aquel que asumió la primera parte de la elevada grandeza que se avecinaba, en el que la mezcla de new-wave y pop de los 80s desde una visión contemporánea le permitió a su nombre alcanzar eco como nunca antes. Lo ambiguo fue que el álbum posicionó a la compositora en lo alto mediante una propuesta y estética que si bien completaba el puzzle de Charli XCX como una estrella de pop –y la culminación de su contrato de 5 álbumes–, le hacía preguntarse ¿qué ahora?. En efecto, ya se planteaba la muerte de todo para volver a comenzar mientras rondaba en su cabeza la idea de si ser aquella estrella de pop es lo que realmente la complacía. Un par de años más tarde, Brat (2024) además de transformarse en el trabajo más exitoso de su propio catálogo, en un fenómeno, un manifiesto, una campaña política —el impacto de decir ‘Kamala IS brat’—, un color, un concepto, un trend de TikTok, y en consecuencia, un clásico instantáneo en la música, en el arte, el marketing, la moda y la cultura contemporánea global, vino de hecho, a romper con todo lo anterior, traduciéndose en el renacimiento y reconexión con los inicios de la artista en la música de clubs. —A propósito de su statement de que su carrera comenzó en los clubs y que ahí yace su corazón.
Charli te diría que las mejores obras de arte son las que rompen las reglas, que lo mejor de crear es tener la libertad de expresar algo que sólo tú puedes expresar, desde tu honestidad, tu corazón, tu instinto. Brat se transformó en la cúspide de la unión de su mentalidad y su reconocimiento, alcanzando aquel efervescente éxito —más que cualquier otro contemporáneo a ella— mientras se permitía trabajar de la forma que le diera la gana como siempre lo había deseado y sin tener que darle explicaciones a nadie. Los logros ya estaban profetizados y su personalidad de directora ejecutiva cumplió un rol importante. Todo lo que rodeaba al proyecto lo había planificando por casi dos años —desde la dirección musical a como sería su difusión, la portada, sus Dj set previos en Boiler Room, la experiencia de Brat Summer y su álbum Remix lanzado un par de meses después—, conduciendo a la «party girl» a ser nominada a cinco Brit Awards y ganadora de tres Grammys.

Se hace pertinente, ahora, mencionar que la necesidad de crear siempre ha invadido a la autora de «Club classics». Antes de terminar un proyecto ya está pensando en el siguiente, y los medios de expresión no son su límite. Si bien no terminó, que haya estudiado artes visuales ya indica algo: su afinidad por las imágenes. El 2015 tomó la iniciativa de dirigir ‘The F Word and Me’, un documental para BBC en torno a la mujer en la industria de la música y si aún son subestimadas. El 2017 dirigió su primer y único videoclip para una pieza de su autoría, «Boys». En plena pandemia se produjo ‘Alone Together’, un documental para registrar el proceso de su álbum ‘How I’m Feeling Now’, en su mayoría filmado por ella misma. Luego, en la práctica, no hay mucho más material, pero a propósito de su pronta incursión en la actuación y producción de cine, además de trabajar en nada más y nada menos que una película en base a una idea de su pluma —The Moment—, en asociación a A24 estrenará su propia compañía de producción cinematográfica: Studio365.
Mientras tanto, Charli lleva consigo una particularidad: la condición de sinestesia y la capacidad de ver la música en colores. Como si después de todo, hasta en su labor de músico estuviera haciendo obras visuales. —Full circle—
Solo le queda ser una diva, y lo es – además de ser su propia jefa en todo lo que explora–, pero la humildad siempre ha estado por sobre ella. Siempre preocupada por exaltar lo importante que es en su proceso los distintos colaboradores, amigos y fans que cruzan su camino y, en definitiva, construyen quién es ella. Ella podría hacerlo todo sola, pero qué sería de su imaginario sin el trabajo colectivo, el intercambio de ideas entre sus pares, lo social y las fiestas. Luego te diría que quien es Charli XCX en el mundo no sería como la conocemos sin sus fans y la comunidad LGBTQ+. Todo es por esas personas, los ángeles de Charli. Quienes creyeron en ella desde el comienzo.

Charlotte Aitchison no solo vino a redefinir la música popular, sino que a ser un pilar en el arte contemporáneo, su cultura y sus métodos. Un referente de originalidad.

- En la portada de este artículo: Charli XCX fotografiada por Joelle Grace Taylor para Billboard (2024) ↩︎