Chicarica: «Arde Lento» (2021)

Chicarica: «Arde Lento» (2021)

Quemasucabeza, 2021 

Altas eran las expectativas con las que añorábamos el inicio de este 2021, algo así como una falsa esperanza de olvidar el aislamiento y disociación colectiva que nos trajo el pasado año. No obstante, lo que llegaba como una esperanza al hastío pandémico, esta nueva época se ha transformado en un eterno loop del maldito 2020, algo así como un contexto, una realidad suspendida en la eternidad. Sin embargo, ante esta circularidad temporal y a esta repetitiva eterna, es que la música se transforma en nuestro relato más personal, una especie de banda sonora que da sentido y diferenciación a esa perpetua cotidianidad ausente.

Bajo este marco interpretativo es que el disco debut Chicarica llega como una experiencia sonoramente sintética. Un viaje introspectivo de nueve tracks y tres interludios en los que por medio de lo abstracto de la articulación narrativa con la variable armónica, nos llevan a conversar con esa realidad dormida, una sensualidad contenida en el pulso de cada tema que se extrapola a lo sensitivo. Arde Lento es el resultado perfecto de la armonía sintética, lo sensitivo, lo personal y lo nuevo de la escena indie nacional.

Arde lento es probablemente uno de los discos más esperados del año en lo que respecta a la industria musical nacional; esto porque la banda liderada por la carismática Lorena Pulgar, ha trabajado desde el 2015 en sencillos, EPs, videoclips y más, que los han llevado a realizar shows como verdaderos conciertos de electrónica. Chicarica es la clase de banda nacida en la era del streaming que reconocen en los mecanismos de difusión y divulgación musical, una dinámica muchísimo más directa, una experiencia de escucha más unitaria que rimbombante, privilegiando los procesos de creación artística como verdaderos espacios de catarsis, y no de reproductibilidad técnica. Es por esto que Arde Lento de Chicarica es la consolidación de la banda en la industria musical nacional.

La carta de presentación de este LP es “Diamantes ✧✧”, un track en donde la atmósfera sensitiva está en manos de la sensualidad, algo así como una acción y efecto del pulso en relación al minimalismo de la guitarra rítmica; lo que sumado a la línea narrativa, se construye una placentera articulación musical en un lenguaje cercano, conocido, común como lo es “Jugar a la escondida”. Lo que en nuestra infancia fueron tardes eternas de juegos, ansiedad, y entretención, hoy Chicarica resignifica este juego en el más puro símbolo de deseo y atracción.

Continuamos con «Arde lento», track que le da el nombre a este disco debut. Una prosa poética al bajo perfil, una alegoría a la modestia que se estructura como una personalidad taciturna que no busca ni quiere llamar la atención. Quizás puede interpretarse de modo transversal como esa expresión impávida que tenemos en contextos complejos, pero que pese a consolidar la impavidez como un mood, la beligerancia se transforma en un punto de inflexión en el que se esboza: “Y si caigo ojalá que explote. Quema todo y ponle mi nombre”.

Abrimos paso a “Ay tentación”, un tema que desde su lanzamiento, se transformado en ese hit que invita a escucharlo repetidas veces, como si dos o tres no fuesen suficientes. Un track al que puedes personificar, un tema vibrante que mezcla formas, colores y sensaciones enamoradizas, idealizadas, nuestro corazón de niña, niño, niñe hablando en código pop.

Desde el primer interludio “aa” llegamos a “No pide rescate”, un tema el cual irrumpe en la dinámica estructural que propone la experiencia de escucha, puesto que agrega una variable más sólida y seria que se contrasta con la sensualidad que ha profundizado este disco. Narrativamente puede apostar a ambivalencias y bifurcaciones interpretativas que dejan a la semántica en tierra de nadie. La atmósfera creada en el espacio instrumental de este track, parece ser un viaje en el cual los paisajes sonoros son cálidos en un manto de seriedad propio de la animadversión sensitivo que apuesta este álbum.

Rompiendo ese manto introspectivo, escuchamos un conocido “te escribo querida, tu pelo me fascina. Me acuerdo del día que te vi dormida. Mataste a mi hermano, yo no cobro tanto. Él solo quería dos motas al día”. Un coro sumamente pegajoso vislumbra que estaremos en los momentos más inesperados tarareando este incauto track.

“Sé que me invitaste ayer. Ya tenía planes. Yo te pido por favor, que no hagas maldades. Si pudiera regresar te traigo para acá y me cuentas otra vez un hermoso final”.

Entramos a “xx”, el segundo interludio de este viaje experiencial titulado “Arde lento”, interludio que abre paso a “Piensa en mí”. Este tema es uno de los puntos más álgidos a nivel argumental, puesto que fluye entre las sensaciones y emociones más profundas de la atracción y tensión. No es una carta de amor, es una declaración de principios. No es amor romántico, es respeto. No es un cálculo simplista en los que el romanticismo y las relaciones deban medirse como mercancía o transacción, es la sencillez de la expresión más profunda del afecto como “ese sueño que vuelve a ti sin avisar”, es atracción y afectos sin miedo “en son de paz”.

Llegamos a “Invierno en mi vaso”. Una canción mucho más personal, un tema unívoco que se construye como una orgánica entre la dulce voz que conduce este viaje, y la propuesta casi mitológica que dan forma y sentido los sintetizadores e instrumentos utilizados por la banda. A este punto es inevitable no ser testigos de la potente versatilidad de la banda, puesto que no solamente construyen ritmos y armonías, sino que apuestan por paisajes sonoros, texturas, imágenes que puedes escuchar, relatos que son transversales. Una experiencia artística que describe de forma abstracta, la emocionalidad de una generación que no tiene miedo en probar y escuchar nuevas propuestas.

Casi como la jugada de Kevin Parker en «Borderline» para el lanzamiento de «The Slow Rush», Chicarica también apuesta por el factor sorpresa de las nuevas versiones de sencillos previamente lanzados. El track “Té” en este disco debut pasa a ser ese tema decisivo al momento de comenzar la carrera la banda, puesto que desestructura la clásica interpretación de pop-folk que muchas, muches y muchos escuchamos en eternas noches de insomnio. Esta nueva versión tiene una vuelta mucho más urbana, puesto que, con la colaboración de Catana, esta re-versión quiebra la esencia clave que conocimos hace un tiempo atrás y la transforma en otro tema completamente novedoso.

Siendo “bb” y “Mirada bella ♠” los tracks responsables de dar fin a esta experiencia sonora que marca la consolidación de Chicarica. “bb” es el tercer y último interludio que compone este álbum. Voces lejanas y distorsionadas son la estampa que hacen de este interludio uno de los más intrépidos, puesto que nos remonta a los segundos finales de “Daydreaming” de Radiohead… ¿Será que “bb” también guarda un mensaje profundo y personal pero imperceptible? Las dudas siempre quedarán, pero lo que no se puede poner en tela de juicio es que «bb» es el perfecto interludio para dar inicio al final de este viaje Arde lento.

Sin más preámbulo, “Mirada bella ♠” crea un contexto perfecto de misticidad. Sonoridades que nos transportan a la intriga de paisajes etéreos, que en articulación con la prolífica voz, se crea una mixtura de sensaciones propias del misterio. De lo etéreo y lo abstracto es que se construye este complejo track. Es preciso reconocer que “Mirada bella ♠” es la clase de track que lejos de cerrar un disco, abre expectativas sobre la banda, casi como el último capítulo de una serie con final abierto.

El álbum debut de Chicarica, “Arde lento”, es el completo registro de la versatilidad de la banda que desestructura sin miedo las bases del pop y el indie. Este disco muestra facetas que sutilmente se dejaron ver en temas como “Papayas”, “Dale mami”, “Wepa” o “Santiago” pero que en este lanzamiento las podemos disfrutar en todo su esplendor. En cuanto al ala creativa es imperativo dejar en evidencia la capacidad del cuarteto nacional de simplificar la complejidad de la desestructuración de lo común en la escena alternativa, logrando hacer aún más alterno el indie nacional. Las influencias e inspiración que la banda puso en jaque dentro de la experiencia sonora de “Arde lento” construyen al bagaje cultural como otro instrumento dentro de la catarsis creativa, en otras palabras, las diversas influencias a las que la banda hace alusión, se transforman en un potente insumo de irrupción de lo musicalmente “predecible”, consolidando a Chicarica como un concepto musical en sí mismo.

Karin Ramirez Raunigg

De música, libros y otras cosas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *