Disco Inmortal: Rush – Moving Pictures (1981)

Disco Inmortal: Rush – Moving Pictures (1981)

Anthem Records, 1981

“En el verano de 1979, nos fuimos de vacaciones y trabajamos en la música. Nos quedamos en una casa en el campo y fue muy alegre. Nos encantó trabajar juntos, la dedicación fue absoluta, sin responsabilidades, lo único que teníamos que hacer era escribir”, dijo el retirado baterista de Rush Neil Peart acerca del trabajo que realizó en conjunto con la banda para sacar uno de los discos más alabados y prolíficos: «Moving Pictures».

El trabajo que le dedicaron a esta obra fue muy significativo y técnico, pues el octavo disco de estudio de los canadienses es la pieza más popular  y multitudinaria de la banda. No obstante, no es que todo fue estrictamente hecha con rigor, sino que se resume en la armonía que ostentaron Alex Lifeson (guitarra), Geddy Lee (bajo, voz y teclista) y el ya mencionado Neil Peart (batería) para que la placa, que vio la luz un 12 de febrero de 1981, dejara un legado que se reflejaría en casi 40 minutos de habilidad y destreza.

Rápidamente la crítica avaló Moving Pictures y sus seguidores tampoco lo dudaron, dejando al disco en el tercer lugar del Billboard 200 en 1981.

Los sintetizadores Taurus, Oberheim y Mini-Moog, más sonidos reggae, pop y metal acompañan las historias, independientes, que Peart narraría en la obra de  principios de los ochenta a través de temáticas universales. La producción  estuvo a cargo del canadiense Terry Brown junto a la misma banda, dividiéndose los créditos. En tanto,  en el arte de lo gráfico siguieron confiando en un viejo conocido de nombre Hugh Syme, que es conocido por crear el logotipo de los canadienses, además de participar en sus canciones y tener trabajos con Megadeth, Stone Sour e Iron Maiden, entre otros.

Rápidamente la crítica avaló Moving Pictures y sus seguidores tampoco lo dudaron, dejando al disco en el tercer lugar del Billboard 200 en 1981. Para muchos, el sonido característico de este trabajo se encuentra en la canción que abre los fuegos, “Tom Sawyer”. En el comienzo del track se percibe el uso del Oberheim que lo hace convertirse en uno de los distintivos por los cuales los norteamericanos serían reconocidos mundialmente.

Junto a la experimentación de diferentes voces de Geddy Lee, acompañado con los sintetizadores, “Tom Sawyer” nos exhibe que aquellos instrumentos jugarían un rol fundamental en esta canción además de crear atmósferas precisas para frases célebres como «No his mind is not for rent / To any god or government» («No, su mente no está a la venta / a ningún Dios o gobierno»). Neil, a través de sus improvisaciones en percusión y que serían guiadas por Lee y Lifeson para complementarse en un todo, nos daría una lección de maestría en los más de cuatro minutos que dura la pieza. La frase “The world is, the world is / Love and life are deep / Maybe as his skies are wide” (“El mundo es, el mundo es / el amor y la vida son profundos / Quizás como sus cielos serán gigantes”), nos demuestra los individualismos mundanos que ostenta la letra y la oposición a sectores religiosos y conservadores de una generación plagada de LSD y la búsqueda de Dios.

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“Fantaseaba con vivir en una época donde no se permitieran los coches. Contamos esta historia, esta fábula sobre ganar al auto de policía”, mencionó Geddy Lee en una entrevista sobre lo que esconde una de las canciones más populares de Rush: “Red Barchetta”. El Barchetta de color rojo proporciona todo lo que se puede pedir de una reliquia que adorne un viaje a toda prisa por una carretera prohibida. Lee y Alex Lifeson conceden un compendio que introduce al oyente, por momentos, por túneles inhóspitos que solo a través de su música puedes dar con el coraje para atravesarlos. La decoración se  hace mediante de adagios complementarios entre los integrantes de la banda para crear una pieza de un nivel de talento musical sustantivo y, por sobre todo, técnico. Todo ello se tradujo en un éxito que hasta nuestros días da para hablar. «I spin around with shrieking tires / To run the deadly race / Go screaming through the valley / As another joins the chase» («Con un rugido de las llantas / me doy vuelta para correr la carrera mortal / y atravieso el valle gritando / mientras otro más se une a la diversión»), reza un extracto de la sinfonía que compone Moving Pictures.

Los habitantes de Toronto pueden sentirse orgullosos de que una pieza del nivel de “YYZ” ostente ese nombre. La designación hace referencia al código del aeropuerto de la ciudad y para muchos expresa la vuelta a casa de Rush. En palabras del propio baterista, Neil Peart, explicó que el track nació luego de que “volábamos en avión hacia Toronto, cuando escuchamos el código morse del aeropuerto, que es ‘YYZ’ y el ritmo se grabó inmediatamente en mi mente”.

Moving Pictures iluminó a cada integrante de Rush a sacar lo mejor de sí, experimentando con sonidos que darían con un distintivo único y que perduraría hasta nuestros días.

La canción tiene un inicio explosivo a través de la batería y el bajo. Incluso, a los músicos, se les pasó por la mente no incluir la guitarra, pues, en los ensayos que tuvieron, la pieza parecía no necesitar del instrumento de Alex. No obstante, todos sabemos qué significa y el peso ecuánime que ostenta la guitarra de Lifeson en los oriundos de Ontario. Una de las canciones que formula lo mejor de Rush, según muchos expertos, ya que gran parte de las melodías se encuentran escritas en las máximas instrumentales. “El solo de Alex era como un viaje exótico, tocaba con un estilo oriental que le daba la potencia para que fuese exótico”, agregó Peart acerca del virtuosismo de su compañero con las cuerdas.

“Limelight” y “Vital Singns” son canciones salidas de un futurismo que solo la banda podría avizorar, una especie de Julios Vernes o Aldous Huxley del rock. Sin embargo, “The Camera Eye” nos devuelve a aquellos tópicos de sus raíces más puras y urbanas que nos refleja que por nada dejarán aquellos arpegios sonoros que los mostraron al mundo en sus primeras composiciones.

Moving Pictures iluminó a cada integrante de Rush a sacar lo mejor de sí, experimentando con sonidos que darían con un distintivo único y que perduraría hasta nuestros días.  El cuádruple platino, luego de más de 30 años en las vitrinas de las disquerías, es una de las obras más enriquecedoras y eximias que ostenta la música progresiva y por sobre todo el rock. Lee, Peart y  Lifeson crearon un trabajo único y que aborda tantos sonidos de metal, pop y reggae que las letras sencillas pero directas elevaron a los canadienses a un sitial celestial de las técnicas musicales.

Bastián Cifuentes Araya

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