Disco Inmortal: Soda Stereo – Signos (1986)
CBS Discos / Sony Music Entertainment, 1986
Eran los años ’80 y había una banda argentina que estaba sonando en toda Latinoamérica, tenían varios hits y su estilo musical que mezclaba rock y pop con una voz extraordinaria por parte de Gustavo Cerati tenía a un continente completo a sus pies. Esa banda era Soda Stereo y con el lanzamiento de su tercer disco llamado «Signos», la banda argentina se consolidó, demostrando que era sólo el comienzo en la aventura Soda.
Cerati no pasaba por un buen momento personal el año ’86, hace poco había terminado una relación amorosa y eso lo tenía envuelto en una depresión. Con el corazón destrozado el vocalista se unió a Zeta Bossio y Charly Alberti en el proceso de grabar su tercer disco, anteriormente Soda Stereo del ’84 y Nada Personal del ’85 habían lanzado al grupo trasandino al reconocimiento tanto en Argentina, como alrededor del continente, pero «Signos» fue ese paso, ese empujón que le faltaba a este grupo de tres chicos de Buenos Aires que iban a quedar en la memoria colectiva de todos los que amamos el rock por siempre.
El álbum comienza con la canción ‘Sin sobresaltos’, un tema lleno de fuerza que mantiene una potencia y un estado de ánimo positivo de principio a fin. Es un buen comienzo el de «Signos», pero da la sensación que esto está recién empezando y que se vienen grandes cosas. A continuación viene una balada, una canción que se cuela como una de las mejores por lejos de Soda Stereo, ‘El rito’ empieza a sonar y te envuelve para no soltarte jamás, esta gran canción que habla sobre esas relaciones donde pareciera ser que simplemente necesitamos a esa otra persona siempre. Una batería fuerte con un ritmo que apuesta a la melancolía, sumado a la hermosa voz de Gustavo Cerati, convierte a esta pieza musical en un clásico imborrable de Soda.
Llega la tercera canción llamada ‘Prófugos’ y nuevamente tenemos un tema lleno de fuerza con un gran toque de romanticismo. ‘Prófugos’ tiene una esencia rockera y su ritmo provoca querer cantar el coro a todo pulmón y no parar de gozar con tan prendido tema.
La nostalgia y un tono más oscuro se apoderan del álbum con la tremenda ‘No existes’. Bajo un ritmo pausado que nos remonta a un lugar lejano y triste, ‘No existes’ habla de una relación tormentosa, donde se hace imposible olvidar los remordimientos causados por un amor intenso y largo, la voz de Cerati nos hipnotiza y de gran forma culmina la primera parte del disco.
‘Persiana americana’ es quizás el mayor éxito de toda la historia de Soda Stereo, con una guitarra que apenas se escucha uno sabe que estamos ante un clásico inolvidable del rock latino. Este clásico fue compuesto por Cerati, pero también por un joven argentino de la época llamado Jorge Antonio Daffunchio, participante de un concurso que se realizó en el programa radial argentino «Submarino amarillo», jamás debe haber pensado este chico argentino que la canción se transformaría en un ícono, logrando trascender generaciones y consolidando a Soda como banda imprescindible de nuestro continente. Nunca va a pasar de moda una composición tan perfecta, con una letra atrapante y con un sonido y un ritmo que nos dejó en claro que había grupos musicales en este lado de América que nada tenían que envidiarle a bandas estadounidenses y europeas.
El álbum culmina con tres canciones, ‘En camino’, ‘Signos’ y ‘Final caja negra’. ‘En camino’ es un tema relajante que tiene el sonido característico de la banda, con esos de toques de new wave que tanto le gustaba incluir a Soda, mientras que ‘Signos’ es otro de los clásicos eternos de la banda argentina, con un piano muy notorio acompañado de una batería sutil, pero al mismo fuerte por parte de Alberti. Cerati canta acerca del amor y su dulce voz nos acompaña en una tonada mágica que nos transporta a esos tiempos nostálgicos que nunca volverán. ‘Final caja negra’ es un excelente final para el disco, con una letra que refleja en cierto modo lo triste y oscuro que fue vivir en Argentina en los años ’80 debido a las dictaduras que debieron enfrentar, un ritmo pausado acompaña a la canción que nos va llevando al final de este viaje llamado «Signos».
Por Juan Esteban Rojas A.