Disco Inmortal: UFO – Phenomenon (1974)

Disco Inmortal: UFO – Phenomenon (1974)

Chrysalis, 1974

UFO, OVNI en español, a comienzos de los 70’s era sólo otra banda de rock inglesa; inclinada a una temática espacial de tintes psicodélicos. Pasaron desapercibidas sus primeras dos incursiones —UFO 1 (1970) y UFO 2: Flying (1971), excepto en Alemania donde fueron mejor recibidas. Fue allí, en una pequeña gira en 1973, que contó con unos primarios Scorpions como teloneros; llamándoles de inmediato la atención el guitarrista líder: un joven de 18 años llamado Michael Schenker —hermano menor del fundador, Rudolf. Bernie Marsden, por aquel entonces encargado de las seis cuerdas de UFO y futuro Whitesnake, sin problemas cedió su lugar en caso de que hubiese un cambio en la formación. Y así terminó siendo; Michael sin decir una palabra en inglés, y los demás sin decir una palabra en alemán.

Fue un giro en 180°, con esta encarnación que ya tenía de antemano al vocalista Phil Mogg, al bajista Pete Way y al baterista Andy Parker. La nueva adición, que hizo clic desde el primer momento, cambió por completo el sonido; que fue puesto a prueba con el adelanto de Give Her the Gun, sencillo promocional flotante, que sólo se dio a conocer en Alemania —sin figurar en ningún larga duración, y que recién asomó en remasterizaciones post 2000.

Pero ya embarcados en un nuevo sello, el hace poco inaugurado Chrysalis; donde por estilo se sintieron como en casa —junto a otros artistas de la talla de Jethro Tull, o Rory Gallagher. Fueron las mismas personas de la casa discográfica, que sugirieron a alguien perteneciente a su parrilla para la labor de productor: Leo Lyons, bajista de Ten Years After, quien dejó fluir las ideas. Y tras un periodo de grabación que no fue más allá de los diez días, en los Estudios Morgan de Londres, para mayo de 1974 Phenomenon llegó a estanterías. Al que se le da el vamos con un medio tiempo, Too Young to Know, pero que da muestras de una refrescante vibra acercada a lo radial; y que decanta hacia otra vereda con la balada acústica Crystal Light.

En tanto la delicada apertura, a continuación, termina estallando en la archi conocida Doctor Doctor; el mejor legado de UFO. En nuestras latitudes la única que se conoce en dimensiones masivas; gracias al aporte de Iron Maiden, que de manera sagrada la ocupa a modo de aviso antes de salir al escenario —y que también grabaron, a mediados de los 90’s, durante la etapa con el cantante Blaze Bayley; como Lado B del single de Lord of the Flies. Aunque en su respectivo momento de aparición no bulló como debió; fue gracias a la versión en vivo, del indispensable Strangers in the Night (1979), que tomó el sitial que le correspondía. El mejor ejemplo de la dupla compositiva de Mogg y Schenker, la que “no es situación para un chico nervioso”, y que a posterior ganó sonoridad extra; debido a la inconfundible introducción en teclado de Paul Raymond —fallecido en abril de 2019.

Se vuelven a bajar las revoluciones para otra lenta estelar del repertorio, esta vez sin abandonar la guitarra eléctrica: Space Child, en donde las seis cuerdas a la larga eclipsan al micrófono; con letras las cuales, como las demás de la entrega, fueron escritas a último minuto —“A menudo sólo teníamos los títulos de las canciones, era como producir instrumentales; cruzando los dedos para que se ajustasen bien las voces cuando fueran agregadas”, rememoraría Lyons.

Rock Bottom, pieza angular, punzante desde el primer instante con la Flying-V que golpea con dureza. Pese a la fuerza que de por sí cuenta la versión de estudio, tuvo el mismo destino de Doctor Doctor: se alzó como el gran éxito que es por el corte del ya mencionado Strangers in the Night, que de hecho la dobló en duración —alcanzando casi los doce minutos. Fue una, si es que no la última, en ser compuesta; según en palabras de Schenker —y pese a que Mogg afirma que tomó inspiración en películas de terror, allí está el verso de la tradicional canción británica The Unquiet Grave (1400): “One [sweet] kiss on your clay cold lips”.

Un gancho de derecha con la fugaz Oh My, que en algunas ediciones venideras figuró como tema inicial, le da lugar a la ligera Time on My Hands —que trae de vuelta el sonido acústico. Built for Comfort, prestada de Willie Dixon, se desmarca del tono festivo original; llegando a lo cuasi monolítico. Lipstick Traces, de poco más de dos minutos, es una desentendida instrumental que se debate entre lo dulzón y melancólico; ya para bajar el telón con Queen of the Deep, y sus ásperos cambios de ritmo.

Phenomenon, muchas veces en directo referido por el vocalista como “nuestro primer álbum” —dando por omitidos los dos anteriores; los terminó perfilando como el puente natural de la primera camada de rock pesado —Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath; y la Nueva ola de heavy metal británico —con nombres como Judas Priest, Motörhead, Saxon, entre otros. Fue el trabajo que los hizo aparecer en el mapa, y con creces; esa es la importancia de la placa de bordes amarillos, donde aparece una mujer con cámara fotográfica dejando pasar un platillo volador —diseñada por el destacable colectivo Hipgnosis; cuyas obras iban desde Bad Company, Nazareth, T. Rex, como el catálogo de Pink Floyd. En lo que se refiere a UFO, lo que restó de década fue su indiscutible época dorada; plagada de lanzamientos que los mantuvieron en el tope —antes de que Schenker dejara de ser parte de la ecuación. Haciéndole honor al título, verdaderos fenómenos.

Nacion Rock

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