Disco Inmortal: Yeah Yeah Yeahs – Fever to Tell (2003)

Disco Inmortal:  Yeah Yeah Yeahs – Fever to Tell (2003)

Interscope Records, 2003

“Nuestro único objetivo al crear una banda fue provocar locura”, desglosaba Karen O por allá por el 2003 cuando la crítica especializada alababa el debut de Yeah Yeah Yeahs con «Fever To Tell». David Andrew Sitek estuvo a cargo de la producción de la placa y le salió a la perfección a esos casi 40 minutos la solidez de una banda consagrada y a la vez el toque que siempre ha sido el sello de la banda neoyorquina: el garaje.

El álbum eso sí, contó con una realización bastante especializada, al ya mencionado Sitek se sumó Alan Moulder como ingeniero, y los estadounidenses no dudaron en contar con los servicios probados del inglés, pues los trabajos realizados con Nine Inch Nails o My Bloody Valentine eran currículo suficiente para contar con él. El disco fue grabado en los estudios de la ciudad de Brooklyn llamados Headgear para luego ser mezclado minuciosamente en Londres y llegar a salir a la luz oficialmente el 29 de abril del 2003.

Sin embargo, el disco tuvo sus momentos álgidos, pues cuando eran tentados por bandas como The White Stripes, a la cual telonearon en más de una ocasión, sintieron que la presión del medio los estaba sobreexigiendo debido a que como agrupación no tenían las canciones suficientes para dar un show que fuese digno, para un público más bien underground pero con un paladar riguroso.

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Karen O y compañía dan el inicio al disco con “Rich” que contiene una introducción digna de aquellos sonidos que solo escuchamos en aquellos bares de mala muerte donde bandas tan auspiciosas como los YYY dan cátedra de una música independiente y que es fácil de digerir para una masa que puede liberar tensiones con sus letras.

“Date With The Night”, siendo el primer single del disco, nos hace explotar y saltar por doquier con la batería de Brian Chase, la voz de una Debbie Harry actual pero más punk y con una estética más sugerente por no decir sexual de Karen y el guitarreo excepcional de Nick Zinner. ¿Ausencia de bajo? Por supuesto, pero un trío completo donde no se extraña aquel instrumento y si existiera no lo percibiríamos, pues cada integrante entrega lo suyo en la canción que tiene una letra cargada a lo erótico y autodestructivo que puede derivar una noche de juerga. No por nada, el track termina con un aullido orgásmico de la nacida en Corea del Sur.

‘I got a date with the night / Burning down my finger / Gonna catch the kids dry / Gonna walk on water’ (‘Tengo una cita con la noche / Ardiendo bajo mi dedo / Atraparé a los chicos sobrios / Caminaré sobre el agua’).

En la pista 06, nos encontramos con “Pin” que ostenta un sonido más pop en un principio, pero sabemos que los norteamericanos nos sorprenden en cada minuto y el sonido va decreciendo para explotar con una batería con ciertos toques thrash pero que nos recuerda mucho aquellas bandas garage de fines de los ochenta y principios de los 90’.

En el video de “Maps”, dirigido por Patrick Daughters, nos muestra muy en esencia lo que son estos tres estudiantes de arte que rechazaron promocionar su placa debido a que su música y bien claro lo tenían, ya que hablaría por si sola. Una audición de escuela secundaria, donde existen diferentes luces que van iluminando a una emocionada Karen Lee Orzolek que va derramando lágrimas (reales, tal cual leyó) hacia su novio de ese entonces Angus Andrews vocalista de la banda post punk Liars. Incluso una teoría dice que el nombre de la canción tiene como significado My Angus Please Stay (Mi Angus por favor quédate).


‘Wait, they don’t love you like I love you / Wait, they don’t love you like I love you / Maps / Wait / They don’t love you like I love you’ (‘Espera, ellos no te aman como yo te amo / Espera, ellos no te aman como yo te amo / Mapas / Espera / Ellos no te aman como yo te amo’).

“Y control” tiene el nombre sugerente al cromosoma sexual Y que ostentan todos los mamíferos machos, dándole un guiño elocuente a lo que podría ser la pérdida de la inocencia de una niña frente a un hombre. Sin embargo, la letra que nos va repitiendo los lamentos de esta fémina se refuerzan con imágenes polémicas en el video dirigido por el director Spike Jonze, donde muestra en varias escenas a niños llevando el cadáver de un perro, rectificando que la banda estaba hecha para la polémica en su arte.

‘And I believe them all / Well I’m just one poor baby / Cause well I believe them all’ (‘Y yo creo en todos ellos / Bueno, solo soy una pobre pequeña niña / Porque creo en todos ellos’).

El disco es una muestra genial de la creatividad de la banda en su global, dando una buena lección de un rock que no es para nada de sobrio y que es fundamental disfrutarlo con una cerveza en algún sitio donde el ambiente sea acorde para que Karen y sus secuaces rebosen con espuma aquel elixir que los llevó a crear una de las mejores placas del 2003. El hechicero dominio de su frontman nos lleva a recorrer el Nueva York de una manera indie y sin tapujos, reflejado en un disco que desde principio a fin nos hace imaginar todos los pormenores en los cuales se debate la bohemia de la ‘Gran Manzana’ durante sus noches de alcohol desenfrenado, arte, conversaciones y prostitución. Una obra popular teñida de imperfecciones rock ‘n’ roll hechas a la perfección.

Por Bastián Cifuentes A. 

Nacion Rock

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