Dream Theater en Chile: En la variedad no está el gusto

Dream Theater en Chile: En la variedad no está el gusto

Y llegó el día en que recibíamos a Dream Theater nuevamente en Chile. La segunda desde que su nuevo baterista se integró, algo que ocurrió para desazón de muchos, que vieron como era desplazado de su puesto al gran artífice de esta banda que ya lleva más de 25 años en el circuito: hablamos del gran Mike Portnoy. Ese 2012 llegaron para hacer debutar en nuestras tierras a su nuevo integrante en las batacas Mike Mangini, y tras una tibia visita anterior el 2010, un poco después del terremoto que nos sacudió en febrero de ese año, recordando que en esa oportunidad ni banda ni público se encontraron muy conectados. El disco nuevo, el homónimo, que cayó bastante bien en muchos sectores de fans era la excusa perfecta para el nuevo encuentro.

A las 20:30 puntual arrancaba la enorme puesta visual que tenían preparada para esta gira, un poco de ‘publicidad engañosa’ se podría decir, ya que nos mostraba todos los artes de sus discos entrecruzándose de fondo mediante espectaculares y emocionantes animaciones, algo que nos podría dar a entender que iban a jugársela por tocar canciones de sus más aclamados álbumes, pero no, la verdad que no fue así.

Con polera de la taquillera serie Sons of Anarchy entraba en acción el aclamado James Labrie, por su parte con barbas bastante prominentes hacia lo propio el sólido John Petrucci instalándose en el sector derecho del escenario, a la izquierda el fenómeno de John Myung al bajo y al fondo el tecladista Jordan Rudess junto a la verdadera fortaleza que es el puesto de batería de Mike Mangini, un cubículo de metal plagado de tambores de todo tipo, platillos para regalar y efectos para que luzca más su sonido.

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‘The Enemy Inside’ tras la intro del nuevo disco arranca, con algunos problemas de sonido saturado que se pudieron escuchar en varios tramos del concierto eso sí, tanto en la parte delantera de la cancha, como atrás y en las plateas, hubo canciones que sonaron mejor que otras, curiosamente cuando el grandilocuente teclado de Rudess entraba iba mejorando la cosa.

‘The Shattered Fortress’ es una canción a la que la banda le ha agarrado cariño, y se ha quedado pegada en sus conciertos desde el lanzamiento del “Black Cloud and Silver Linings”, épica total para deleite de todos en esos primeros minutos de ‘calentamiento’. Tras ‘On the Back Angels’ llegan los saludos de LaBrie con su fanaticada que de verdad los extrañaba, aunque por otro lado no fue tan multitudinaria como para copar un Movistar Arena.

La rushera ‘The Looking Glass’ del nuevo disco llegaba, bien coreada y el solo de Petrucci siguiente fue algo que hizo vibrar a todos los que estábamos más cerca del capo hombre de la guitarra de los neoyorkinos, que luego nos deleitaban con la potencia emocional de ‘Trial of Tears’ y ‘Enigma machine’, que llegaba con el espectacular (era que no) solo de Mike Mangini en batería.

Empieza a aparecer la banderita chilena que no podía faltar y suena ‘Along for the Ride’ para después llegar el momento en que la banda anunciaba un break de 15 minutos (al mejor estilo Rush), un break que de verdad se hizo entretenido por cuando veíamos que a través de las pantallas aparecían situaciones humorísticas en torno al conjunto, como figuritas de acción de ellos mismos o niños de todas partes del mundo tocando en los más inverosímiles instrumentos canciones del repertorio de Dream.

El regreso fue un dedicado de amor casi al “Awake” (1994) con CINCO canciones del disco: ‘The Mirror’, ‘Lie’, ‘Lifting Shadows Off a Dream’, ‘Scarred’,  y ‘Space-Dye Vest’ , algo que la verdad, para lo que consideramos el vasto repertorio de la banda, fue algo excesivo. Acá es donde debieron haber entrado algunas del “Systematic Chaos”, “Train of Thought” o el gran “Octavarium”, discos que brillaron por ausencias. Los animé atrás seguían esta onda cinematográfica que fue su show, protagonizados por un taxi amarillo onda escarabajo que iba recorriendolo todo, un gran plus del concierto.

El final se acerca con lo que sí que no podía faltar: el bloque “Metropolis Pt.2: Scenes from a Memory”, que nos dice cuán encariñados están los miembros de la banda históricamente tanto como sus fans por este disco conceptual de 1999, una de las más grandes obras del metal progresivo sin lugar a dudas.

Es parecido a lo que pasó en sus anteriores pasadas, y claro que fue el mejor momento del concierto, cuando la marcha implacable de ‘Overture 1928’ sonaba y una cuenta regresiva hacia ese año se mostraba en la pantalla gigante, agregándole joyas que resaltaban nuestra emoción como ‘Dance of Eternity’, ‘Strange Deja Vu’ y la grandiosa oda en síntomas de broche de oro como lo fue ‘Finally Free’.

Dream Theater se nos cayó algo en el repertorio, pudo habernos ofrecido más variedad, el gran pecado del concierto, pero con ese bloque final no nos pudimos ir disconformes para nada, claro quedaba. Por otra parte, es brutal que no toquen ‘Burning My Soul’ o la gran ‘Pull Me Under’, temas que son himnos para los legionarios Theater de los que hay bastantes por acá, un público que se divide entre los amantes del progresivo y del metal más groovie.

A las 23:20 sellaba un show que al parecer prometía más tiempo, con los créditos de la banda avanzando por las pantallas cual película hollywoodense. Respetable paso de la banda, aunque, sin ser majadero, pudo haber sido mucho más espectacular, con tan solo un poco más de variedad.

Por Patricio Avendaño R.

Fotos: Alejandra Briones G.

Álbum de fotos

Setlist:

The Enemy Inside
The Shattered Fortress
On the Backs of Angels
The Looking Glass
Trial of Tears
Enigma Machine
(solo Mike Mangini)
Along for the Ride
Break
The Mirror
Lie
Lifting Shadows Off a Dream
Scarred
Space-Dye Vest
Illumination Theory
Encore:
Overture 1928
Strange Déjà Vu
The Dance of Eternity
Finally Free

Patricio Avendaño

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