«Earthling»: la autoaceptación de Eddie Vedder

«Earthling»: la autoaceptación de Eddie Vedder

Seattle Surf / Republic Records, 2022

La foto con la que de inmediato identificamos a Eddie Vedder, es esa del escalador loco, colgado de los armazones del escenario a quince metros de altura, o con el enfurecido que miraba a la cámara con cara desencajada, o con aquel Eddie que se lanzaba, sin ápice de sensatez, sobre 60.000 personas en el Pinkpop ‘92. Eddie siempre ha sido el abanderado del ‘carpe diem’, de vivir el momento, acompañado de una música rica en texturas…con explosión y entrega, sí, pero también con introspección y mirada hacia el interior. Es por estas cosas que Pearl Jam y Eddie Vedder resultan tan atrayentes: viven la música en la actualidad, combinándola con la eterna contradicción humana.

El tiempo ha pasado y el chico de Ten ha madurado. Y hoy trae Earthling, su cuarto disco solista, pero el primero que escuchamos bajo un formato de banda completa (a diferencia de Ukulele Songs) y que no es el soundtrack para una película (Into the Wild y Flag Day). Como un artista excepcional que se toma muy en serio cada proyecto, armó lo que consideramos una super banda, y llamó a la cita a Josh Klinghoffer (Gnarls Barkley, RHCP); Andrew Watt (Justin Bieber, Post Malone, Ozzy Osbourne); Chad Smith (RHCP); y como invitados especiales, a Stevie Wonder, Elton John, Ringo Starr y Glen Hansard. Brutal alineación para el disco de un músico que ha escrito los últimos 30 años del rock.

Earthling fue producido por el ganador del Grammys, Andrew Watt, y es un álbum con todas las de la ley; se nota que le puso muchas ganas. Hartos teclados y grandes coros que nos invitan a imaginar una posible gira, donde él sea el sol que brille, alejado, musicalmente, de lo que es Pearl Jam. ‘Invincible’ abre como un himno de estadio de los ’80 y que para enganchar, funciona. La primera mitad se pasea entre tracks rockeros, como ‘Power Of Right’, ‘Brother The Cloud’ (dedicada a su hermano fallecido en 2018) y la ochentera ‘The Dark’, y medios tiempos muy sinuosos como ‘Fallout Today’, en las que definitivamente lo acústico fue el mejor aliado.

‘Good And Evil’ y ‘Rose of Jericho’ es lo más cercano que escuchamos a Pearl Jam. La diferencia es que suenan menos forzadas, incluso la desfachatada ‘Try’ nos sorprende gracias a una alegre harmónica de Stevie Wonder. Y que no se quede afuera ‘Long Way’, como un claro homenaje a Tom Petty. Hay otras más sensibles donde se justifica este proyecto como solista, sumadas a ‘Picture’, con Elton John, y ‘The Haves’, donde la voz de Eddie es rasposa y luce una canción sobre el amor incondicional, la conexión personal y la creciente división entre ricos y pobres.

Al ser uno de los letristas más directos del rock, las canciones de Earthling refrendan la importancia de la lírica y la música las sigue en paralelo. Curiosamente, las canciones más rockeras son las menos convincentes y puede ser que en ellas se note la ausencia del proyecto llamado Pearl Jam. Las que se asoman en Earthling no son malas, pero les falta magnitud. Dicho esto, Earthling, entonces, ilumina el lado más reposado de Vedder, el lado que observa la realidad y que es traducida a canción. Si a eso le sumamos colaboraciones con algunas de las leyendas más icónicas de la música, esto da como resultado un álbum refrescante, actual, que motiva su escucha, y que aunque medio inconexo, logra destacar la individualidad de Vedder y lo deja a él de protagonista, resultando mucho más interesante que Lightning Bolt o Gigaton.

Macarena Polanco

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