Anton Fest: El metal chileno celebró a Caupolicán lleno el cumpleaños 50 de Anton Reisenegger

Anton Fest: El metal chileno celebró a Caupolicán lleno el cumpleaños 50 de Anton Reisenegger

Una noche para no olvidar dejó la celebración de los 50 años del gran Anton Reisenegger

«Esto no es una celebración mía, sino que de todos ustedes, hueón!», una frase que repitió más de una vez el gran celebrado de la noche y que refleja de punta a cabo lo que pasó.  Fue un gran motivo para celebrar, los 50 años de toda una figura del metal nacional sí, pero además para celebrar a grandes bandas de metal nacionales y una convocatoria tremenda para un acierto de la productora Chargola al reunir un selecto espectro de música metal variada y de excelencia de la parte más extrema de nuestro sonido.  La respuesta del público llegó en masa y eso es a lo que apuntaba Anton Reisenegger con sus emocionadas palabras.

Desde temprano ya había cierta convocatoria, con bandas de grueso calibre como Metal Command, Cabrío, Bonebreaker y Electrozombies, un poco marcando la pauta de cómo llegaría a llenarse esa cancha y partes de las plateas avanzada la noche para este festival. Éstos últimos, el doom sludge power trío mostrándose como uno de los más interesantes de la jornada. Un poder inmenso bajo un death cannibalesco de tiempos ralentizados sucumbía el Caupolicán llevándose grandes aplausos de la gente y dejando un saludo para el rey de la fiesta y sus 50 años.

Poema Arcanvs llegaba para demostrar los años de cancha y que aún tiene muchos devotos fieles que estuvieron ahí para sacudir sus chascas al son de ese doom poderoso e hipnotizante escuela Paradise Lost. El fuego eterno de una de las bandas más importantes del estilo sacó cosas nuevas y extractos del «Arcane XIII», su gran debut de 1998.

Pero las cosas se acentuarían en técnica y velocidad avanzada la tarde: Recrucide a estas alturas ya solidifica un trabajo de brutalidad sonora tanto en estudio como en vivo, algo concretado con Premios Pulsar y una posición en los podios de honor de webs especializadas gracias a su devastadora placa «The Cycle».  Los guturales de Rodrigo Zepeda parece que crecen cada vez más con el tiempo y este ímpetu Meshuggiano de la banda impactó tanto que los primeros moshs más violentos en masa se empezaron a desatar en una cancha que se convertiría en un verdadero campo de batalla. Por su parte, Nuclear hacía lo mismo, la banda de Matías Leonicio lanzaba dardo tras dardo de su thrash anti-político más visceral para dejar todo en bandeja con llamas al rey de la fiesta, a quien también saludaron y no dejaron de  mencionar lo hermoso que es ver un Caupolicán lleno por bandas nacionales.

Hay que decir que los tiempos estuvieron uniformes y bien trabajados, entre banda y banda no hubo mucha espera, tan solo minutos de pequeñas pruebas de sonido y cambio de equipos. El ambiente ya a esas alturas estaba muy prendido, tanto por las cervezas que abundaban en mano de muchos metaleros de vieja y nueva escuela como de lo que se respiraba, ese aire de que lo que venía sería en grande.

La ilustración de «The Malefice» en pantalla adornaba la bienvenida al gran Anton y Pentagram, quien hizo mención de ello con orgullo por cierto y a su ilustrador Santiago Caruso, donde todo se volvía infernal: las canciones, la estética, el sonido. El concepto del averno recreado para marcar esa diferencia que es este proyecto casi de culto de Reisenegger, que nos aturdió con bellezas como «Death of Satan», material nuevo (demos recuperados de 1985, «cuando ustedes no habían ni nacido seguramente», decía) y la infaltable «Demoniac Posession».

Pero faltaba el gran cierre, Criminal hizo gala de sus años de circo con un set bastante correcto que se paseó por clásicos de «Victimized», «Dead Soul», temas de «Sicario», «Akelarre» hasta su nuevo material con el brutalísimo «Fear Itself». Anton y ese impactante sonido dio una marcha sin tregua a hordas de metaleros a guata pelada que insistían pese al cansancio en el mosh pit, solo para tener un momento de descanso para cantarle el cumpleaños -con torta incluida y saludos de sus amigos e integrantes de las demás bandas- muy merecido, por cierto, a un personaje que pareciera que a sus 50 sigue más activo y productivo que nunca, con varios proyectos y participaciones en carpeta como nos contó en nuestra reciente entrevista.

«Collide», «Slave Master», «New Disorder», «El azote», «Animals to Gods», «Hijos de la miseria» fueron verdaderos bombazos de energía que lanzaba la banda una noche soñada para cualquier metalero que goza de la buena factura del metal chileno que hay por estos días. «Vivimos tiempos difíciles» decía Anton, quien hasta dedicó canción a su hija,  antes de lanzar el poderoso último dardo «Por la Fuerza de la Razón», cerca de las 2.00 AM.

Nos colgamos de la propia frase que reclamaba Anton, «esto hay que repetirlo». El arranque de 2019 nos brindó un festival que dijo que el metal chileno está presente, goza de una demanda a la altura de parte de fans y dejó casi un símbolo patriótico de que acá tenemos bandas de excelencia para mostrar a Chile y al mundo. Tremendo. Sólo esperar que durante el año se realicen más shows de esta envergadura.

Por Patricio Avendaño R.

Fotos: Jerrol Salas

Patricio Avendaño

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