Disco Inmortal: Faith No More – Angel Dust (1992)

Disco Inmortal: Faith No More – Angel Dust (1992)

Slash Records / Reprise Records, 1992

Dejando las discrepancias de lado, elegimos este disco de Faith No More como el más inmortal de los inmortales debido a su causa y consecuencia. Es un disco muy distinto a su antecesor The Real Thing, donde vemos al talentoso Mike Patton por primera vez colaborando musicalmente y dicho sea de paso, ¡como le cambio la cara al conjunto! Si bien ya el horizonte musical estaba en apertura de miras, es acá donde realmente empiezan a experimentar con diversos estilos, llámese pop, soul, rock progresivo, coros gospel, distorsionadores de voz y samplers, entre otras cosas.

Arranca, o más bien irrumpe con un amenazante riff de guitarra y un bajo a cargo de Mr. Gould con ‘Land Of Sunshine’, una canción llena de matices, cambios drásticos de ritmo, voces en primer y segundo plano y un teclado que cumple un papel preponderante. Uno de los arranques mas demoledores e impresionantes para un disco del género. Acto seguido los ladridos y aullidos de perros y un riff machacante que nos lleva directo al headbanger para ‘Caffeine’, la voz de Patton en distintos tópicos, al borde de lo gutural, en los coros con un estilo semigangoso, y una batería que extrema su fuerza casi al borde de la destrucción de la caja, un muy rítmico beat de batería mas la ensombrecida voz de Patton, que actúa nuevamente en distintos matices consiguen prácticamente la perfección, el coro «you’re Perfect, yes, it’s true, but without me it’s only you» seguramente uno de los más cantados a todo pulmón en sus presentaciones, todo un hit, oscurísmo pero hit indiscutido. El hermoso y angelical piano que se repetirá constantemente en ‘RV’ más el speech casi esquizofrénico de Patton nos da pie como para comentar que esta es una de las canciones más bizarras, incluso hasta el día de hoy compuestas por el cuarteto.

La cantidad de canciones innovadoras es increíble, en ‘Everything’s Ruined’, la combinación de pianos, marca del bajo, juegos vocales de Patton y riffs completamente heavymetaleros es notable. Para ‘Malpractice’, nos encontramos con una canción delirante, industrial, donde el desenfreno y la locura es total, la mano de Patton en la manufactura de este tema pesa, lo ecléctico de la escuela Mr. Bungle recae aquí con todas sus letras. Otra obra de alta factura se nos deja caer con ‘Kindergarten’, un rapeo de Patton se entrecruza con potentes riffs y un coro con una melodía totalmente coreable e inolvidable.

El disco gusta por sus melodías, eso está claro, y todo un sinfín de experimentaciones sonoras logran el cometido; digamos que esa es la gran gracia de la placa. La tenebrosa intro de órgano sólo es la antesala para un tema funky muy groovie como ‘Be Aggresive’, dotado de ese particular coro con voces femeninas deletreado tal cual «B-E A-G-G-R-E-S-I-V-E», otro hitazo por donde se le mire.

Como si esto fuera poco y ya adentrándonos en las tres cuartas partes de la placa aparece ‘A Small Victory’, casi con una tierna vocalización de Patton al comienzo y una letra implacable, un show de scraths y una intensa cúspide de riffs para un final de antología con la empecinada frase «you still Won’t Hear» (sigues sin escuchar). Nuevamente el vigoroso bajo de Gould marca la sentencia en ‘Crack Hitler’, la distorsión de voz otorga un lúgubre encuentro con el característico «hail» de los soldados de la Alemania Nazi en son de saludo al temible führer, coros gospel por doquier, un hermoso caos que finiquita de sopetón. La pesadísima ‘Jizzlober’ nos aguarda casi para el final  con los gritos viscerales de Patton que, cual pulga en el oído, no dan respiro alguno alrededor de toda la placa. Un órgano de iglesia da un punto final a una obra maestra y un disco que se hace cada vez mas inmortal.

Hablar de los bonus nunca está demás, la bella melodía instrumental de ‘Midnight Cowboy’ nos remonta a una noche cálida en el viejo oeste, de esas de las películas de Clint Eastwood, casi al borde de lo onírico.

También la reedición japonesa contó con ‘Easy’, la canción original de Lionel Richie que ya a estas alturas emitir cualquier tipo de comentario sobraría, una belleza de cover. Además se incluyó la regrabación del gran tema ‘As The Worm Turns’, del disco debut de la banda donde la interpretación correría por cuenta de Chuck Mosely, esta vez con la voz de Patton y con una ingeniería de sonido con creces mejorada gracias al trabajo de  Matt Wallace, la canción recobra vida y con un plus formidable.

Curiosamente este disco marcó la salida del guitarrista Jim Martin, quien no estuvo de acuerdo con el giro musical que estaba llevando la banda, apelando a que estaban dejando el heavy metal (seguro lo pensó en el sentido más purista), pero FNM tomó este camino y no importaron las consecuencias que podría traer y eso es algo que se agradece hasta el día de hoy. No es extraño que hoy en día la banda en sus setlists en vivo compongan por mas del cincuenta por ciento de esta placa, donde la creatividad e innovación musical fluyó en demasía, es quizá el mejor disco de rock alternativo de los noventas y su influencia marcó tendencia en lo que se iba a hacer de ahí en adelante, sin ninguna duda.

Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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