Guns N’ Roses en Chile: Cuando la nostalgia le gana al presente con la fuerza eterna del rock & roll

Guns N’ Roses en Chile: Cuando la nostalgia le gana al presente con la fuerza eterna del rock & roll

We’re F´N Back Tour cumple lo que promete, la vuelta de los americanos al ruedo siempre significa una asegurada cita a revivir recuerdos, a conmemorar momentos con esos tremendos hits de rock and roll que crearon con solo cuatro discos de estudio entre 1987 y 1993. Sí, tan solo esos años le bastaron a Axl, Slash y Duff para seguir aún en 2022 tocando los clásicos de esa laureada etapa de la banda, pero ¿cómo comenzó la sexta presentación de GNR en Chile?, a continuación, lo describimos.

Para las seis y treinta de la tarde las chilenas Frank’s White Canvas dieron el vamos a una tarde fría en Santiago, desde las afueras del recinto capitalino de Ñuñoa se apreciaba calma y orden en los accesos, ningún presente intentó pasarse o faltarle el respeto a quienes hacían fila para entrar y desde ahí vale mencionar que existe una abismante diferencia entre asistentes de show y géneros. El público de GNR es aún mayor, pero también familiar, sin embargo, el despliegue de seguridad se notaba a cuadras del estadio, punto a favor para disfrutar una jornada célebre. El dúo nacional contó con un buen marco de público que bien supo apreciar su potencia y que deja bien en claro, que no solo debe existir un espacio para la nostalgia, bandas que tengan la fuerza del presente siempre son bienvenidas.

Para las siete y treinta, los mexicanos Molotov tomaron el escenario previo intro de “Sí Señor” de sus compatriotas Control Machete, la generación 2000 del rock mexicano, esa misma que acá se masificó con mucha fuerza en radios y canales de música no podría sino tener un relativo éxito en su presentación. Si bien el perfil de los mexicanos calzaba como un “telonero” de GNR, solo ese cruce y alcance generacional les aseguró una buena recepción, muy a pesar del incidente que tuvo su crew en Peñuelas el fin de semana. Los mexicanos hicieron noticia por la funa que realizó un integrante de Los Miserables, pero nada de eso opacó un setlist de catorce canciones plagado –y cómo no- de viejos éxitos radiales; Dance and dense denso, Chinga tu madre, Here we Kum, Gimme tha Power, Frijolero, Marciano (Misfits) y el final con Puto cumplieron con dejar a un público que comenzaba a llegar en masa, entusiasta y con el ejercicio necesario para aguantar de buena gana, las casi tres horas de show de GNR.

Puntualmente a las nueve de la noche, como viene siendo la tónica, GNR salió a escena. It´s so easy y Mr Browstone funcionan perfecto como actos de apertura, el catálogo de 1987 no se quema, y esa fuerza que le imprimen Slash y Duff serán las que sostengan el concierto completo de los americanos. Curiosamente, Chinese Democracy que no despierta la misma algarabía en los presentes, si muestra a Axl más cómodo en su papel de vocalista. El ex colorín, se mueve lento, pero se esfuerza, se nota y agradece. De la misma forma se agradece y que bien le hace al show incluir una canción de Velvet Revolver (Slither), banda dosmilera en la que Slash y Duff demostraron que aún tenían mucho que decir, y eso de alguna forma comunica por quienes pasan las decisiones en la versión 2022 de GNR.

“You know where you are? You´re in the jungle baby…you´re gonna die” y es que no puede existir un show de GNR sin Welcome to the Jungle, otro momento en que los nostálgicos se levantan del asiento y la cancha preferencial salta con la juventud del que nada teme. Better es otra de las que se sintió a Axl a pleno en su rango vocal, sin exigencias y disfrutando cantar, canción pegajosa y que sirve para justificar al que quiera criticar que esto es solo remembranza. Tal como en Shadow of your love, otra bomba energética del mejor GNR. Dos momentos para enmarcar, las de Live and Let die (Wings cover) y de la poderosa Estranged, que bien le haría al show tener como apoyo el video promocional de cada canción, ver a Axl saltando del barco como se veía por video en la caja chica, le daría aún más edulcorante a la revisión del pasado.

En Rocket Queen llegó el primer jam de la banda, el primer descanso para Axl, necesario a esas alturas del show que fue muy bien pegada a la eterna You Could be Mine de impecable ejecución del tándem Slash/Duff, los grandes pilares de esta basílica. También vaya el reconocimiento en apoyos a Melissa Reese y Dizzy Reed en teclado y coros –fundamentales para la labor de Axl- y al baterista Frank Ferrer, otro bastión.

Attitude con Duff como protagonista y Civil War marcan más momentos memorables, y se convierten en los “pase de gol” necesarios para las gigantes Sweet Child o’Mine y November Rain. La noche y la misma carrera de GNR está marcada por algunos cover y Knockin on Heaven’s door (Bob Dylan) sonó tremenda con alguna extensión de Fortus en guitarra, un buen compañero para Slash. Nightrain traía el rock and roll de vuelta, necesario luego de las baladas escuchadas. El encore llego con Coma, Patience y Don’t Cry.

Había que de alguna manera bajar la euforia, la noche de revival rockero se extinguía no sin antes volver a levantar a los presentes con Paradise City, corte de categoría rockera que le dio fin a un setlist largo, intenso y de buena interpretación de los americanos. Axl con sesenta años se atreve a salir de gira por el mundo y da la cara, muy de rock and roll su actitud, a pesar que podría ser reemplazado por algún joven vocalista –como lo hace Skid Row- la marca GNR sigue más viva que nunca, y mientras haya nostalgia y ganas de escuchar un catálogo que envejece pero que aún arde en otras generaciones, shows como estos siempre valdrán cualquier esfuerzo.

Fotos/Créditos: Katarina Benzova

Nelson Silva

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