Lamb of God, Carcass y Heaven Shall Burn en Chile: Devastación en tres actos

Lamb of God, Carcass y Heaven Shall Burn en Chile: Devastación en tres actos

El contundente cartel ya lo anticipaba. Tres bandas de elite del metal mundial y de distintos países (EE.UU., Alemania e Inglaterra) nos visitarían y juntas, en lo que se hizo ya desde hace varios meses uno de los más sabrosos shows para los «metalheads» de acá de la zona. Heaven Shall Burn, ya con una carrera cimentada dentro del metal de nicho un poco más underground americano, pero con discos esenciales del metal core de la nueva camada; Carcass, unos dioses de clase y técnica del poderío deathmetalero con décadas de trayectoria; y Lamb of God, banda que se ha encumbrado bien alto durante los últimos años, estando en cuantiosos festivales y manteniendo vigencia en el circuito.

Todo jugaba a ganador para una bonita jornada, incluso desde el arranque con los teloneros nacionales Forahneo, que, pese a su temprana aparición (cerca de las 18.30 cuando a la mayoría de la gente que trabaja le impide llegar por horario) tuvo su puñado de fans que se animaron bastante con sus bestiales canciones de corte death/thrash de primera línea. La banda, que ha sido sindicada por una de las mejores bandas revelación de metal de los últimos años, tanto en medios nacionales como internacionales y que hizo actos de apertura anteriores para bandas como Napalm Death y Suicidal Tendencies, hizo lo suyo en un show corto pero muy intenso mostrando las canciones de su brutal debut «Perdify», entre otras. Un show contundente como para empezar a calentar los motores de una noche que se venía muy heavy.

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El turno para los alemanes de Heaven Shall Burn llegaba a eso de las 19.25 para desatar una de las más ensordecedoras performances que se han dado en el Teatro Caupolicán (quizá desde Motörhead en su penúltima y ya legendaria visita al recinto de San Diego- no escuchábamos un sonido tan fuerte). Quizá algo saturado a ratos pero de una forma bien controlada, en ningún caso para dejar de disfrutar un show brutal potenciando al cien con los tremendos astros que posee esta agrupación tanto instrumental, como en el vozarrón y figura de su vocalista Marcus Bischoff. Delicias del metal core post-2000’s de álbumes como «Invictus», «Iconoclast» o «Antigona» sonaron con ‘Endzeit’, ‘The Loss of Fury’ o ‘Voice of the Voiceless’, además de estrenar la poderosa ‘Bring the War Home’ de su último registro «Wanderer» (2016) en un Caupolicán que ya empezaba a coparse cerca de las 20:00 hrs.

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El momento para Carcass fue uno de los más esperados de la noche. Qué duda cabía. Dentro del ambiente la polera de los ingleses era predominante, los instrumentos quirúrgicos estaban por todos lados en las vestimentas de un público que sabe cuan genios y de gran aporte al grind/death metal técnico y brutal han aportado a la escena desde finales de los ochenta. El gran Jeff Walker llegaba a saludar muy empático-igual que en su debut en aquel Metal Fest 2013- para desatar junto al enorme Bill Steer y los suyos un show verdaderamente aplastante, que sin embargo no necesitó el volumen a un nivel revienta oídos para deslumbrar. Lo de Carcass es potencia y técnica, un fiato sorprendente entre músicos y que se notó muy bien anoche en vivo.

Hubo variedad en el show como para dejar contento a la vieja escuela de sonido más grindcore de «Reek of Putrefaction» (1988), del death metal más puro de «Necroticism: Descanting the Insalubrious» (1991) o el sonido más groove que impusieron en su gran «Heartwork» (1993) y el último antes del quiebre de más de una década como lo fue «Swansong» (1996), en un show que desataba mosh y headbangers desde sus inicios con temazos como ‘316L Grade Surgical Steel’ o ‘Buried Dreams’. Un apoyo audiovisual importante tuvo el show de los ingleses, donde las temáticas iban por supuesto desde el cuerpo humano, los bisturís y todo tipo de instrumentos quirúrgicos hasta la estrella de David y el holocausto. La banda de Liverpool, con un Jeff Walker disculpándose por su pobre o casi nulo español, mantuvo de todas maneras su energía conectada con el público, con gemas como ‘Carnal Forge’, ‘Captive Bolt Pistol’ o ‘This Mortal Coil’. La verdad es que Carcass tiene su nicho propio, un gran público metalero que estuvo ahí para celebrar cada brutal despliegue, en donde además se mandaron un final de lujo con ‘Heartwork’, en un show incluso mejor que el último facturado del Metal Fest. Una verdadera maravilla y sin duda, lo mejor de la noche, quizá demostrando que el headliner debió haberse quedado por el lado de los ingleses.

Lamb of God no vino más que a mostrar lo suyo, mucho de lo que saben ya a estas alturas con más de quince años de carrera y varios sucesos de enseñanza de vida para sus integrantes, como el injusto encarcelamiento de su vocalista Randy Blythe o la muerte de la hija de Mark Morton, cosas que a la par los ha hecho madurar como banda en sus líricas, aunque su estilo permanece intacto, sin mayor novedad. Headbangings, saltos, mosh y riffs groove a diestra y siniestra en una banda que goza de algún grado de sobrevalor en el metal actual, hay que decirlo.

Como se esperaba sonaron las disfrutables ‘Ruin’, ‘Laid to Rest’ de entrada, con un Randy Blythe con baja presencia en el micrófono aunque fue mejorando durante el show. Otra banda que recurría a la estridencia y a dejar algo sordos a la multitud. ‘Walk With Me in Hell’ con un Blythe moviéndose de un lado para otro como un verdadero actor en un set, con la coreografía hecha y preparada. Vale decir que al igual que en su anterior show en Santiago Gets Louder, el vocalista invocó a los que deben ser sus íconos chilenos (o quizá los únicos que conoce) como Pablo Neruda y Tom Araya para dedicar temas como ‘Now You’ve Got Something to Die For’.

‘Ghost Walking’, ‘Set to Fail’ o ‘The Faded Line’ seguían su fiesta metal/groove por excelencia en un show que se hizo bastante corto la verdad. El final con «RRRRRRRRRedneck» como fue propiamente anunciado así por el personaje de Blythe selló una noche de moshpits incesantes y de potencia al máximo. Nuevamente, Caupolicán respondiendo bien al sonido en términos generales, con algunas salvedades para lo de HSB.

Un gran festival, otro más de la extensa cartelera de este año, en que las tres bandas internacionales y la nacional respondieron, aunque, sin duda alguna, Carcass se coronaron como los dioses indiscutidos de la noche.


Por Patricio Avendaño R.

Fotos: Jerrol Salas

Nacion Rock

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