Lamp en Chile: Un cálido recibimiento
Fotos por Juan Ignacio Mesa
Finalmente llegó el debut de los japoneses Lamp en Chile, y no pudo ser de otra forma más que cargado hacia la nostalgia e intimidad. El trío oriundo de Tokyo se embarcó hace algunas semanas en la gira «Future Behind Me», que los ha llevado por primera vez a distintos países de Sudamérica, donde han recibido una cálida recepción por parte de sus fans argentinos, brasileños y mexicanos. Tras un cambio de recinto y haber trasladado el concierto al Teatro Caupolicán, estaba todo dispuesto para poder escuchar a una de las figuras más influyentes del indie pop nipón en nuestro país.
Antes de los japoneses, fue Amanitas quienes dieron los primeros acordes de la jornada como banda invitada. El quinteto femenino llegó con su mezcla de pop con toques electrónicos discretos repasando distintos puntos de su trayectoria, pero con un especial énfasis en «Todo Es Circular», su último EP lanzado hace algunos meses. La banda se mostró segura en el escenario y fue la prueba del buen momento que están viviendo actualmente, con una interpretación concisa y que busca una entretenida interacción con el público.
Fieles a la hora anunciada, Lamp comenzó a posicionarse en el escenario en medio de aplausos y gritos eufóricos. Había un público variado donde el entusiasmo adolescente se hacía notar, y que se desbordó con las primeras notas de «Hatachi No Koi».
La misma energía se sintió en los temas posteriores, «Telephone Call» y «Kimi Ga Nakukara», donde a pesar del idioma, se sintió un gran apoyo por parte de la audiencia en las voces.
Si bien el conjunto tiene su base central con los tres integrantes originales, Kaori Sakakibara, Taiyo Someya y Yusuke Nagai, en vivo se suman otros tres músicos encargados de la batería/trompeta, programaciones y bajo, que entregan una base sólida para el ya pulido trabajo de la banda. Esto se notó con creces en canciones como «Windy Afternoon», «Yokaze» o «The Night Squall», donde la coherencia entre cada instrumento y sección demostraba un alto nivel interpretativo.
El resfrío de Kaori Sakakibara no fue impedimento para un setlist variado y bien ejecutado. A ratos eran necesarias algunas pausas debido a la alta euforia de los fans, que la banda supo recibir con afecto y gratitud, generando un estrecho lazo mientras recibían distintos obsequios y hasta una bandera de Chile firmada por la audiencia. «For Lovers» y «The Other Side of a Rainy Night» fueron puntos de inflexión en donde se notó el impacto de la música de los nipones entre los asistentes, donde a ratos era más distinguible y fuerte su voz, en contraste con el sonido de la banda.
Luego de una breve salida del escenario, la banda retornó con un solo de batería qué animó a todo el Caupolicán, como un anticipo de lo que vendría. «Last Train At 25 O’Clock» llegaría para cerrar definitivamente la presentación del conjunto, con un público entregado que no se agotada de cantar y bailar con su música. Una extensa ovación fue el sello que dejó marcado el lazo entre Lamp y su fanaticada, donde el buen sonido, participación, carisma y profesionalismo, sin duda que serán valorados por todos quienes estuvieron presentes en el lugar.


