Luego de la esperada celebración de sus diez años que pudimos tener este año finalmente…
Lollapalooza Chile 2023 y la oferta de una experiencia completa
El festival ya es un punto de reunión obligado para la música. Mucho se ha dicho y criticado desde que se instaló en el país, pero al final del día todas las bandas chilenas quieren tener la oportunidad de un espacio en una grilla que tiene mucha visibilidad a través de 3 días de música.
Lejana se recuerda la primera versión, ese sábado 2 y domingo 3 de abril de 2011, cuando en un fin de semana cerca de 100 mil personas se reunieron para disfrutar de una parrilla con 57 artistas, entre los que brillaban The Killers, Deftones, Kanye West, 30 Seconds To Mars, Jane’s Addiction, Deftones, Cypress Hill, Mala Rodríguez, Fran Valenzuela, Ana Tijoux, entre otros; era difícil visualizar que tan imponente propuesta pudiera ser sostenible en el tiempo, pero los años han pasado y hoy estamos listos para la XI edición.
Mucha agua ha corrido bajo el puente y Lolla Chile ya es un festival con grado de madurez, que pudo comprender que su oferta podía expandirse a más que música y que la gente iba a valorar eso; que mejor que a una experiencia se le agreguen distintas expresiones artísticas para un público cada vez más diverso, que exige inclusividad, preocupación por lo medioambiental y que se desarrolle en un ambiente familiar. Así fue como desde el año pasado, la organización dio un gran paso para ser carbono neutral involucrando al público, conscientes de que la acción contra el cambio climático es tarea de todas y todos.
Desde el inicio, la productora Lotus cuenta con su propia Política de Sostenibilidad, donde asume ambiciosos compromisos en la forma en que produce sus eventos y que están en sintonía con la urgente necesidad de combatir la crisis climática; la medición de la huella de carbono del festival que, incluye a los asistentes, estuvo disponible el año pasado en la web Lollapaloozacl.com y así cada persona pudo ingresar de qué manera se trasladó hasta el festival.
Esta posibilidad reforzó el concepto de que Lollapalooza ya es un ecosistema, y como tal, trabaja en conjunto con quienes lo conforman para obtener un resultado que haga ganar a todas y todos; en este caso, ganar en la generación de una transformación radical en cuanto a cómo nos relacionamos con el medioambiente.
Y donde también el ecosistema ha crecido es en la propuesta musical, porque ya no es sorpresa encontrar música urbana, reggaetón, trap, y otros movimientos que han ido surgiendo en la última década. También el festival ha tenido la visión de integrar a la ciudad completa en su celebración y ha ofrecido distintas activaciones; y junto a eso, para este año se ha anunciado el regreso de los imprescindibles sideshows, esos conciertos paralelos que permiten que el público afín a una banda específica pueda verlos solo a ellos, sin tener que ir a Lollapalooza exclusivamente.
Son 11 versiones de Lollapalooza, un festival que se ancló en el calendario cultural del primer semestre, que diversos públicos esperan, que ofrece educación y preocupación por lo medioambiental y que superó con éxito el cambio de locación. Empezando una nueva década en su historia en Chile, se aprecia su buena salud y madurez, lo que se traduce siempre en nuevas ideas, propuestas, siempre siendo inclusivo y pensado más como una experiencia que como un festival de música. Hoy es una gran fiesta.