«Lonely People With Power» – Deafheaven: Una revelación conectada a sus raíces

«Lonely People With Power» – Deafheaven: Una revelación conectada a sus raíces

Roadrunner Records

Deafheaven ha pasado de ser un nombre de culto en el mundo del blackgaze, a convertirse en todo un referente de peso en el metal/rock moderno, con una carrera discográfica extensa forjada a través de diez años de trayectoria. La incorporación de elementos del black metal, shoegaze, rock alternativo y hasta pop, les ha significado adquirir una base de seguidores que abrazan la versatilidad de sus composiciones y álbumes de principio a fin.

Su último largaduración «Infinite Granite», editado en 2021, se caracterizó por una orientación más alternativa y radial, sumando incluso algunos elementos progresivos, por lo que había incertidumbre respecto a la dirección que tomaría el grupo para su nuevo material. Incertidumbre que se disipó -en parte- con el lanzamiento del single «Magnolia» en febrero pasado, y el anuncio de un nuevo álbum que llevaría por nombre «Lonely People With Power». El disco fue publicado la semana pasada y no tardó en recibir una crítica positiva generalizada debido a la unión de influencias que recuerdan momentos altos de producciones anteriores, como «Sunbather» (2013) o «New Bermuda» (2015).

«Lonely People With Power» se caracteriza y resalta, aparte de su contenido musical, por todo un imaginario conceptual que parte desde su carátula; una escena que deja a libre interpretación la interacción entre una chica y otra persona en un auto, en una posición de control que se repite en los trabajos audiovisuales que la banda preparó para cada canción del álbum, donde también se integran distintos personajes que conectan una narrativa por medio de diferentes dinámicas de comunicación e intimidad. Puede que el título del disco tenga relación con los vínculos que generamos en nuestro cotidiano, y el «poder» que le entregamos a quienes nos rodean.

«Incidental I» da inicio a la música. La primera parte de tres breves e intensos pasajes que sirven de puente a lo largo del álbum, adelantando una atmósfera sombría que será predominante, con drones y sintetizadores. «Doberman» entra de golpe con todos los elementos característicos de la banda; guitarras distorsionadas reverberantes con melodias memorables, una sección batería/bajo potente, y los guturales de George Clarke que parecen estar en su punto más maduro a la fecha. Las habilidades del cantante para jugar con la intención de su voz logran generar una teatralidad que es de los puntos altos del disco (y que son prueba clara de sus años de ruedo). Bajo esta misma línea, pero con un poco más de agresividad, está «Magnolia», el primer acercamiento a la placa meses atrás. Puede que nos enfrentemos a algunos de los riffs más prolijos de Kerry McCoy, y no por su complejidad técnica, sino que por la capacidad de mantener atento al oyente en medio de un doble pedal acelerado y tempos fluctuantes. El trabajo de mezcla resalta los acordes y cada detalle de produccioón, logrando que sea más sencillo el distinguir acordes y fraseos musicales.

«The Garden Route» propone un acercamiento al lado más melódico y etéreo de los estadounidenses con menos estridencia en las cuerdas, pero manteniendo ese aire denso de un principio que, a ratos, se calma. Su lírica, donde se menciona búsquedas de significados, nuevas perspectivas e incertidumbre, también se hace presente en otras canciones del disco, logrando ese fenómeno de empatía entre el intérprete y quien escucha. «Heathen» proyecta una mezcla entre voces melodicas y guturales que recuerdan al último material entregado por la banda, con guitarras más orientadas al shoegaze y una estructura más digerible en su composición.

En este punto se instala el, probablemente, tridente más interesante del disco. «Amethyst» llega con un arpegio de guitarra limpia muy en el mood blackgaze francés, con aires a bandas como Les Discrets o Alcest, pero con un juego de intensidades liderado por la voz y percusiones que demuestra el control que tiene la banda sobre sí misma, en un track de poco más de ocho minutos de duración que pasa por diferentes emociones y momentos. La primera colaboración aparece en el pasaje más oscuro del álbum, de la mano de Jae Matthews, parte del dúo de darkwave Boy Harsher en «Incidental II». Un corte experimental y cargado hacia la electrónica más en formato síntesis, con sonidos de sintetizadores/voces que se distorsionan y la personalidad característica de la cantante que narra la dualidad del sentirse solo estando en compañía, y del shock de los vínculos en momentos donde se desea poseer otra identidad y experimentar austeridad. Si bien se puede considerar a «Incidental II» como el track más oscuro del álbum, «Revelator» es, sin duda, el más duro y agresivo de este trabajo. Un comienzo directo con un riff cargado de influencias black y death/groove que parecen apuntar a la simpleza, pero que tienen una base rítmica de alta exigencia. Deafheaven siempre se ha caracterizado por contar con bateristas de excelente nivel, y lo hecho por Daniel Tracy aquí es de lo mejor que ha registrado junto a la banda.

Como es habitual en la agrupación, se dio espacio a la experimentación. «Body Behavior» muestra componentes progresivos, melódicos y electrónicos donde la impronta de su vocalista cambia en relación a las canciones anteriores, ampliando sus posibilidades interpretativas. «Incidental III» trae consigo la segunda y última colaboración del álbum con nada menos que Paul Banks, conocido frontman y compositor de los íconos del rock alternativo Interpol, quien facilitó su voz para narrar un breve texto que se funde entre cuerdas en reversa y capas de sinterizadores.

La recta final de «Lonely People With Power» comienza con «Winona», un track que le da más espacio a las guitarras, pero que se siente un poco reiterativa y de fórmula repetida al parecerse mucho a otros momentos del álbum. Sin embargo, algo diferente ocurre con «The Marvelous Orange Tree», que con un comienzo ambient, da el paso para que cada elemento de la banda brille por separado en un encaje bien logrado; desde los guturales, a las voces limpias, cuerdas, melodías brillantes y ritmos que transitan distintas velocidades e intensidades, logrando un cierre redondo.

Es admirable que, si bien Deafheaven sigue siendo una banda joven, logre dar con producciones tan bien logradas después de tantas experiencias en el estudio (ya que más de 10 años de carrera podrían estancar a varios artistas). «Lonely People With Power» es de los trabajos más sólidos de la agrupación no solo de su era actual, sino que de su discografía en general, pero no por redundar en una fórmula que cuyo resultado ya conocen. Más bien, su madurez musical los ha vuelto conscientes de lo que son capaces en términos compositivos e interpretativos, sin olvidar lo que los ha llevado hasta donde están, pero desde nuevas perspectivas que expanden sus posibilidades creativas.

 

Javier Bravo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *