Metallica y su debut en Chile: El primer apocalipsis

Metallica y su debut en Chile: El primer apocalipsis

En 1991 Metallica publicó su quinto disco amplificando su status hacia ambientes fuera del metal. El “Black Album” los catapultó a un estrellato más comercial, lo que les valió todo el empeño de llegar con su show en vivo a lugares impensados en los ‘80. En su primera visita a Chile ellos ya estaban en la liga mayor de la industria, porque ese disco había demostrado, para lamento del fan duro, que la banda estaba para cosas mucho más grandes que el encasillamiento en un género. Y fue en ese momento de máximo lucimiento donde anunciaron tour sudamericano, con Chile incluido. Los que habían masificado el metal hacían realidad el sueño de tantos. La cita estaba agendada para el 4 de mayo de 1993.

El concierto se realizó un día después del aluvión en Macul, por tanto, la ciudad estaba en total caos. No había agua en la mitad de la comarca y el resto estaba convertido en un lodazal de principio a fin. A eso hay que agregarle el frío imperante y la nunca cordial presencia de carabineros, que nuevamente expresaban, sin disimulo, su nulo gusto de estar ahí. Hubo muchos que llegaron en la mañana a guardar lugar, para intentar ser los primeros en entrar a un espectáculo que solo habíamos visto por las fotos de las revistas de música.

Los teloneros fueron los temuquenses de SpitFire, los que cantaron 20 minutos y se llevaron injustos insultos de los que creían que eran Diva. Ante un poco más de 15000 personas que gritaban y se agitaban como una marea sedienta de rock, la banda abre con “Enter Sandman”, el hit que había dado vuelta el universo Metallica y el que, de alguna forma, cambió el rumbo del metal en los ’90. “Creeping Death” y un coro soñado para esa masa, “Sad but True” y sus truenos, “Sanitarium”, “For Whom the Bells Tolls” sonó espectacular y en un momento en que la policía ejercía una fuerza desmedida dentro y fuera del velódromo, “Master of Puppets” en versión corta, la energía de “Seek and Destroy” cantada por Jason, el que la volvía una oda diabólica con su tono rasgado, la locura hecha velocidad con “Battery”, el grito ahogado de la insuperable “One”.  La banda mostró que estaba realmente en la cúspide, con un James siendo la máxima expresión de lo que debe ser un frontman, Ulrich fue rotundo en la batería, Newsted con la actitud metalera más punzante (aunque llegó con la cabeza rapada, para desmadre de muchos) y Hammett muy afiatado en las rítmicas y en las luchas de riffs con Hetfield. Afilados, afiatados, vestidos con la esencia de esos discos de los ’80, que habían marcado a fondo la juventud de este lado del planeta y que no contaba con que pudieran verlos en vivo. Fueron 20 canciones que sonaron monumentales.

Siempre corrió el rumor que Metallica no había sonado bien en este debut en tierras chilenas, y la transmisión que hiciera TVN, 2 días después, lo confirma, pues el audio es intolerable. Sin embargo, hay que darle otra vuelta a eso, porque los que estaban parados allí eran la banda metal por excelencia, metal de espíritu, sonando under, y poniendo los riffs más bestiales y los tonos más altos al servicio de una noche que jamás se olvidará. Ese sonido será fastidioso para los pulcros de oído, para el metalero era un bálsamos al alma, fue un sueño estar frente a quienes dominaban el mundo.

Setlist

Ecstacy of Gold/Enter Sandman
Creeping Death
Harvester of Sorrow
Welcome Home (Sanitarium)
Sad But True
Of Wolf and Man
The Unforgiven
Justice Medley
Bass solo
Guitar solo
Through the Never
For Whom the Bell Tolls
Fade to Black
Master of Puppets
Seek and Destroy
Battery
Nothing Else Matters
Wherever I May Roam
Last Caress
One
Stone Cold Crazy

Macarena Polanco

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