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Morbid Saint: al rescate de «Spectrum of Death» y una brutal obra de arte del thrash (1990)
Sin duda alguna la época dorada del thrash metal ocurrió en la segunda mitad de la década de los 80’s. Los años en que se realizaron los mejores lanzamientos de discos altamente acabados fueron el ‘88 y el ’89; aquí se ubica la cúspide de este subgénero metalero. Pero muchas bandas quedaron atrapadas en el olvido, bandas con tremendo talento musical que, por motivos de marketing y/o los bajos presupuestos para grabar un disco, no alcanzaron a reinar en este estallido voraz que reventó los tímpanos de toda una generación. Este es el caso de Morbid Saint, banda estadounidense proveniente de la ciudad de Sheboygan en el estado de Wisconsin.
En 1988 apareció el demo Lock up your Children, que es el mismo Spectrum of Death lanzado en 1990. Y que fue editado por Erick Greif –productor del grupo Death- trabajando sobre la misma grabación de antaño de una sola toma… Más allá de la alta técnica de ejecución, o la fiera brutalidad musical, la obra se aloja en el borderline del thrash y el death metal. Por otro lado, el asentamiento local de la banda fue parte de las circunstancias adversas que significaron la tardía aparición del full-length. Luego de la etapa de producción el trabajo fue publicado por Avanzada Metálica – sello mexicano especializado en bandas metaleras- y les fue difícil resaltar esta obra maestra del thrash frente a la hegemonía del metal norteamericano, donde compañías como Roadrunner o Combat Records devoraban todo a su paso dejando siempre en la cúspide del movimiento a las mismas bandas de siempre. No obstante estamos frente a un disco de culto que se ha agrupado entre los mejores álbumes de metal extremo de todos los tiempos.
Tal como en el demo el disco se abre con Lock up your Children, que tras una inquietante introducción – muy al estilo del thrash metal alemán- y en cuestión de segundos; todo el poder del Espectro de la Muerte toca inmediatamente las sensibles fibras musculares en el cuello del espectador. El segundo tema, Burned at the Stake, ya nos revela que estamos en plena “tirada de cadena» del WC de Satán. Ya se puede apreciar el talento de Morbid Saint y la inherente convulsión craneal confirma que estamos frente a un disco de alta calidad.
En el tema Assassin los hechizados riffs de Jim Fergades y Jay Visser dan comienzo a una serie de introducciones que nos llevan por distintos cambios rítmicos presentes en esta canción. A esto se suma la perturbadora voz de Pat Lind, quien parece invocar a una horda de bestias que bajan por una empinada colina para asesinarte durante 7 minutos. Luego en Damien – sí, el mismo de The Omen – el thrash está totalmente desatado. Y de principio a fin los beats explosivos y bestiales que salen de la batería de Lee Reynolds, se conjugan con las líneas del bajo de Tony Paletti las cuales luchan en pleno caos por mantener los cimientos armónicos de la pista.
En el lado B del disco el tema Crying for Death nos vuelve a arrojar al mosh y la pieza parece compensarnos por los segundos perdidos en el cambio de lado, ya sea que se trate de un tape o de un vinilo. El tema que da nombre al álbum, Spectrum of Death, es la típica muestra instrumental de virtuosismo y ejecución que están siempre presentes en los álbumes de thrash metal. No podía faltar este elemento. Scars es otra insana invitación a zarandear violentamente la cabeza con una letra basada en el abuso de la heroína: “mata al conejo blanco antes que él te mate a tí” hace referencia al Conejo Blanco de Alice in Wonderland. El siguiente track es Beyond the Gates of Hell otra pieza compleja y devastadora; la más digna para poder cerrar la media hora que dura la apertura de este portal lleno de headbanging, de cicatrices, de locura y de muerte llamado Spectrum of Death.
Muchos elementos nos revelan que Morbid Saint es una agrupación que mereció estar junto a otras grandes bandas como Dark Angel, Tankard, Sadus o cualquiera de esa época y de ese nivel. A pesar de haber compartido escenario con la legendaria banda de Schuldiner (Death) y que la adversidad de las circunstancias los enterrara al fondo de la gran montaña del metal; volvieron a tener una segunda oportunidad cuando la era del big data – y el libre acceso a internet- hizo aparecer diversos álbumes que, dada la transición de un formato a otro, fueron olvidados en el tiempo. Hoy en día es una placa infaltable en la zamarreada cabeza de cualquier metalero.