Movements en chile: sonidos de una generación rota

Movements en chile: sonidos de una generación rota

Fotografías por Jerrol Salas

Los géneros crudos, feroces y viscerales como el hardcore, el punk, o el mismo emo, combinan toda esa agresión musical y la conectan a una fibra íntima, profunda y emocional, resultando en una conexión atemporal que trasciende al tiempo, a las tendencias. De repente, puedes tener treinta años y hay algo inmutable en la música que se siente como un refugio, un pequeño imperio en que la vulnerabilidad y la emocionalidad encuentran un equilibrio imperfecto, pero realista en su expresión más pura. 

El metalcore, el post-hardcore e incluso el emo, experimentaron hasta con elementos de rock alternativo buscando la originalidad en el sonido, el mismo que ahora es un espectro complicado de limitar y se instalaron en la escena con una contemporaneidad que reúne toda esa nostalgia, que formó la identidad rítmica de una generación entera, resultando en bandas como Movements, oriundos de California, y con clara influencia de bandas como La dispute y Tittle Fight nos presentaron una tónica melancólica y conmovedora en un primer álbum de estudio titulado «Feel Something»(2017) disco marcado por una profunda tristeza, de esa que al sacar fuera te promete un alivio casi catártico.

Tuvieron que pasar años para que los estadounidenses aterrizaran directamente a Sala metrónomo a sumergirnos en paisajes de dolor, en una presentación que gracias a la productora Monkey reunió a cientos de asistentes que dejaron la voz coreando canciones que tienen un alto sentimentalismo como «Deadly Dull» pues relata la historia desoladora de un paciente con amnesia descubre todos los días que su esposa ha fallecido. «Colorblind» «Full Circle» y «Suffer Through» también fueron parte del setlist, que evidenciaba en la aflicción de los presentes, de hecho, el mismo Patrick (voz) decía “esta canción que viene a continuación es muy triste” o reconocía que la mayoría estaba ahí para vivir su nuevo lanzamiento, pero también, recordar el CD de portada verde que tanta emocionalidad despertó, transmitiendo esa sensación de pertenencia.

Los asistentes, envueltos en esta atmósfera intensa, participaron a las peticiones de la banda como circle pit, e incluso musicalizaron el tan famoso Olé Olé Olé, aprovechando este momento para crear una dinámica con los fans. Haciendo que los acordes acompañados de luces tenues de tonalidades verdes o azules, aportaran al recinto un ambiente denso y reconfortante, que en líricas complejas fueron expandiéndose como un crescendo afectivo y recóndito, bastante personal.

El final llegó con «Daylily», uno de los temas que prendió a todos los presentes que disfrutaron de la corta estadía de Movements en el escenario, esperando mientras acompañaban a la banda en el final del show, que aquella promesa de retorno que nos dejó el concierto se concrete y además, esa sensación de estar vivos en el aquí y ahora, con certeza de que la música tiene la capacidad de abrazar, consolar y redimir. 

 

María Ignacia Cornejo

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