Nightwish y «Once»: cuando la magia y la épica finlandesa se fundieron en un disco

Nightwish y «Once»: cuando la magia y la épica finlandesa se fundieron en un disco

Spinefarm Records / Nuclear Blast, 2004

La banda finlandesa Nightwish se originó en Kitee, localidad parte de Karelia del Norte, tierra de lagos y bosques donde nace la Kalevala (epopeya nacional finlandesa), compendio de poesía tradicional y popular que consolida, identifica  y da a conocer la cultura en lengua finesa en el extranjero. Así como Kalevala, Nightwish es parte fundamental de los frutos que da ese país en cuanto a música, al metal  y en especial al metal sinfónico, siendo referentes sin duda alguna.

En 2004 y con 4 discos a su haber, han dejado una huella indeleble entre los seguidores de este estilo y ya con su propia fanaticada. Sin embargo, con la quinta placa Once, lanzada el 7 de junio del 2004, es donde marcan un antes y un después en su carrera musical, introduciendo y fusionándose claramente en su estilo y sello propios con el metal sinfónico de manera más evidente a través de los arreglos musicales, y donde la Filarmónica de Londres también forma parte.

Tarja, Tuomas, Jukka, Marco y Emppu presentan este disco en su gira mundial “Once upon a Tour”, la que para algunos sorpresivamente fue la despedida de su vocalista Tarja Turunen, quien fue desvinculada de la banda a fines del 2005 justo al terminar el tour, cuyo último registro fue publicado en DVD bajo el nombre de ”End of an Era”.

En Once, Turunen despliega maestría y expresividad a sus anchas en la interpretación a través de su incomparable registro, utilizado maravillosamente en cada uno de los 11 tracks que lo conforman. Temas como el favorito, emocionante y cautivante Ghost Love Score y Dark Chest of Wonders son una buena muestra de ello. “Once I had a dream. And this is it” (que nos recuerda quién es el gestor de las letras de la agrupación, Tuomas Holopainen) introduce a Dark Chest of Wonders, un furioso, dinámico, dramático y excelente vamos a la placa. De similares características (y dignos de un buen headbanging) son Wish I Had an Angel y Planet Hell, este último con un coro inicial bien marcado y definido donde la batería de Jukka Nevalainen destaca poderosa, imponente y desafiante, junto a la artillería vocal de Marco Hietala.

Nemo, Romanticide y The Siren son también temas muy queridos entre sus fans. Mientras Nemo es más bien melancólica sin dejar de tener un cierto dinamismo en su melodía y con un silencio que deja sin aliento corrida la mitad de la canción, Romanticide y The Siren marcan la pauta con una potencia explosiva que no deja indiferente y con el apoyo interpretativo del bajo del carismático Emppu Vuorinen no sólo en estos, sino que en cada tema de Once.

Dicha potencia, ya más dirigida al dramatismo y a lo emotivo, se evidencia en Dead Gardens (en donde se muestra una Tarja y su voz frágil y delicada) y en el épico final del disco, Higher Than Hope.Mención aparte son los tracks Kuolema Tekee Taiteilijan y Creek Mary’s Blood pues son más bien pausados, suaves, calmados y sin dejar la emotividad de lado. Once es, de principio a fin un disco de culto y que sin lugar a dudas forma parte importante del Olimpo del metal finlandés y de todo el mundo.

Por Sandra López

Nacion Rock

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