Overkill en Chile: El genuino guardián del thrash
Hay bandas que se están regocijando en una segunda juventud. Overkill es una de ellas. Por eso, cuando se anunció su regreso a nuestro país, los metaleros anotaron la fecha para no perderse detalle de la conocida muestra de poder y vigencia de los de New Jersey. Más aún, si traían bajo el brazo el aplaudido «The Grinding Wheel», editado en 2017 y que les ha permitido seguir marcando fuerte su huella, tras 38 años de historia.
El show sumó a la banda argentina A.N.I.M.A.L y a los nacionales Disaster, un triplete que prometía una noche de estilos, dentro del querido heavy metal.
Muy puntuales, los Disaster dieron la primera descarga. «Atormentado», «Criaturas del mal», de su buen disco debut, «Culto de muerte» y la infaltable «Motosierra del infierno», desataron los primeros mosh ante una buena cantidad de público que, desde temprano, llegó al teatro Teletón. A través de sus riffs tipo Kreator o de la guitarra que, a ratos, exudaba a Kirk Hammett, no dejaron segundo para descansar y en 7 temas, más alguna bizarra performance con la biblia y la típica motosierra, constatamos pasión intacta por su trabajo y llenaron de sonidos old school el inicio de la velada. Efectivos.
En otro estilo, A.N.I.M.A.L. brindó un espectáculo marcado por la actitud. No faltaron «Milagro», «Familia», «Los que Marcan el Camino», «Sol», «Barrio Patrón», «Revolución», y «Solo por ser indios», poniendo la guinda con la elogiada adaptación que hicieron para «Cop Killer», de Body Count . Más comunicativos que los Disaster, celebradas fueron las referencias al pueblo mapuche, a la policía corrupta, a Alfredo Lewin, a MTV, a la fuerza del metalero sudamericano, todo llevado por un hilo conductor muy auténtico, por parte de Giménez, autenticidad que logró subir aún más la temperatura para que el Teletón fuera una olla a presión previo a la salida del plato fuerte de la noche.
Overkill
Y también con extrema puntualidad y con el nombre de la banda en gigante color verde, Bobby «Blitz» Ellsworth y el bajista D.D. Verni saltaron a escena para regalarnos un poco del metal pesado que han construido en 19 álbumes. Overkill es una banda que no falla en directo, porque todo lo viven a fuego. Y eso se constató de entrada, con «Mean, Green, Killing Machine», de su último disco y que arrasó con thrash de vieja escuela, adornado por el bajo soberbio de D.D. Verni; esto les permitió tener al público en el bolsillo a pesar de desajustes de sonido que, lamentablemente, se hicieron sentir en varios pasajes del show. «In Union We Stand» es una de las mejores canciones de Overkill y no podía faltar. Intensa, rítmica, con un aura a Judas Priest y un Bobby que demostraba su talla al micrófono. El público agitaba sus melenas para dar pase a «Coma», del tremendo álbum «Horrorscope», que desató más mosh y rugidos del gran Blitz, algo a medio camino entre Udo y Zetro Souza, quien siempre estuvo al mando de la situación. También del disco nuevo, sonó «Goddam Trouble» con un solo magnífico, buenos riffs, Blitz dando lo mejor en el coro y haciendo partícipe a la gente, con la cual se comunicó tras cada tema. «Ironbound» fue otro momento clave y único tema del álbum que les dio ese segundo aire en 2010. Pura técnica.
«Elimination», los covers de The Subhumans y Dead Boys, «Wrecking True», «Infectious», sellaron un show que fue un recorrido extenuante por el camino de una banda archi reconocida en el ambiente, pero que aún conserva la energía under de los primeros años. Esto, combinado con la experiencia, producen conciertos de calidad y técnica virtuosa, a pesar de que hubo sobre saturación del sonido en varios instantes. Pero en general, lejos de sentirse obsoleta, la máquina creada en 1980 sigue batallando en pos de salvar la memoria del genuino thrash, y luego de escuchar el último disco y verlos en vivo, nos contenta comprobar que ese espíritu sigue intacto.
Por Macarena Polanco
Fotos: Jerrol Salas