Red Hot Chili Peppers y «Unlimited Love»: el amor y el espíritu vuelven a casa

Red Hot Chili Peppers y «Unlimited Love»: el amor y el espíritu vuelven a casa

Warner, 2022

El juego de las expectativas para una banda que sobrepasa los 50 en promedio, siempre nos tiende a defraudar. No está la genialidad y creatividad innata de la juventud, ni la irreverencia, ni la animosidad punk de sus mejores años, pero sí la sabiduría y una cancha musical tremenda. Red Hot Chili Peppers en sus últimos trabajos sí lo hizo (defraudarnos, hay que decirlo, pese a pocos destellos dejados en «The Getaway» o «I’m With You»), por ende la reunión con John Frusciante albergó luces de esperanzas para tantas viuda y viudos que veíamos en él la verdadera luz de creatividad del grupo, porque sin desmerecer el tremendo trabajo y constancia de los restantes (Kiedis, Flea y Smith y los aportes de Josh Klinghoffer), ha sido con Frusciante donde ha emanado lo mejor de la banda históricamente y esto es casi irrefutable. Y ha sido él quien en los últimos años nos ha seguido volando la cabeza con su extraordinaria carrera en solitario. No aplicó casi nada de eso para este disco, pero aún así su aura brilla en cada una de las canciones. Porque su manual «Chili Peppers» nuevamente, volvió a funcionar.

Pero también hay un Flea muy atento a la colaboración, a marcar diferencias. El funk tanto de la vieja escuela o el soul de artistas jóvenes como Jazmine Sullivan refresca un disco que en la práctica es muy agradable. Claro está que no hay furia punk/funk de antaño, pero sí se hicieron maestros al traer a las jams sonidos de Jaco Pastorius, King Crimson, Herbie Hancock y Frusciante ha citado a las primeras bandas psicodélicas como Move como una influencia, y el grueso de sus solos en «The Great Apes» y «The Heavy Wing» golpea fuerte con nueva inspiración. En una reciente entrevista Frusciante explica cómo recreó el sonido de gaviotas distante de Robert Fripp de «Matte Kudasai» en la inspirada «Not the One», o cómo aterrizó en el hermoso registro de jazz para sus armonías vocales en «Aquatic Mouth Dance».

Y sí, la apuesta fue en grande: como todos sus mejores álbumes: largos y variados, repletos de melodías exquisitas manteniendo a un Kiedis a sus 60 años vocalmente como si estuviera en sus 20, el bajo intrincado y explosivo de Flea, golpes de caja fulminantes de Chad Smith y la magia de Frusciante al hacer que la guitarra llore suavemente en extraordinarias capas. ¿Le faltó peso al álbum? Claro que sí, pero a cambio de eso, tenemos gratos momentos en que el álbum fluye muy bien: desde la ya conocida «Black Summer», la energía y positividad de «Here Ever After», el funky sinuoso de «Aquatic Mouth Dance», la inspiradora «These Are The Ways» , una verdadera reverencia al funk groovie afro setentero en «Poster Child», los emocionantes solos de «She’s A Lover» o la sutileza dejada en «It’s Only Natural», en que los pasajes a glorias como «Californication», «By The Way» o «Stadium» son inevitables, pero también Kiedis apuntó algo que es muy cierto: Chili Peppers no olvida su pasado vieja escuela ochentera junto a Hillel Slovak y guiños de eso encontramos en muchos tramos del disco («Let Em’ Cry» o «Whatchu Thinkin», entre varias más).

Bajo consignas muy espirituales llegó el anuncio de este disco y hay que retraerse un poco a esa absoluta emocionalidad de un Flea al borde de las lágrimas en el Rock’n Roll Hall of Fame hace unos años diciendo cosas como «que la música es lo que más ama en el mundo, que lo ha sacado de lugares muy oscuros y cómo cambió su vida la conexión con John Frusciante». Se percibe. Hay una magia que conecta entre estas cuatro cabezas que tantas alegrías le ha dejado a la gente durante toda su trayectoria, porque sí, las canciones de Chili Peppers han sido transversales a estilos, han sido himnos de estadio, el tema para disfrutar en un auto, caminando, camino al trabajo y a la vez jams que podrían disfrutar hasta los más doctos musicalmente. En el fondo, Unlimited Love es un regreso embriagador, conmovedor y, en ocasiones, un resumen muy vertebral de una banda legendaria. Es un buen disco; no es genial, pero es Chili Peppers en todo su esplendor.

Por Patricio Avendaño R.

Nacion Rock

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