The Metal Fest Chile 2023: Las inclementes llamas del averno

The Metal Fest Chile 2023: Las inclementes llamas del averno

Movistar Arena, 2023

A casi nueve años exactos desde su última edición, The Metal Fest se levantó de sus cenizas para convocar nuevamente a los fanáticos de la música intensa y distorsionada. En su cuarta versión, el Movistar Arena volvió a abrir sus puertas para concentrar, durante sólo una jornada y más de 12 horas de música, a una variada propuesta de subgéneros, pasando desde lo tradicional hasta lo extremo, sin dejar de lado un nutrido cartel de bandas locales. Respondiendo a un público deseoso por despertar a sus demonios, el festival más grande de metal a nivel nacional fue la ocasión para remecer los cuerpos de un apacible domingo 23 de abril.

Pocos minutos faltaban para las 13 horas cuando comenzó la acción en el recinto ubicado en las inmediaciones del Parque O’Higgins, siendo el Hell Stage el encargado de abrir los fuegos junto a los primeros nombres locales. El escenario ubicado en el exterior recibió el show de Enigma con una importante presencia de público a esas horas, aportando un consecuente inicio donde se repasó el sonido heavy metal tradicional. Valiéndose de su repertorio, que reúne demos y álbumes de estudio que datan de los noventa y primeros años de los 2000, la banda supo conectar con los asistentes y demostrar su entusiasmo por formar parte del certamen, complementando sus canciones clásicas con las composiciones de “Irreversible” (2016), su retorno discográfico.

Continuando con una jornada que congregaría a un total de quince bandas, la presentación de Vilú fue un impacto de calidad y fuerza interpretativa casi inmediato. En un show sin rodeos, la intensa voz de Aline Snow fue el primer acercamiento de la tarde hacia sonidos que coquetean con el death metal, mediante un diverso registro de guturales que captó la atención de los asistentes. Sumado a la magnética presencia de la frontwoman, la ejecución en las cuerdas de Karina y Gricelius formaron un poderoso tridente sobre el escenario, complementándose a la incesante batería de Tralkán. Durante una presentación que mostró las canciones de su álbum “Ülden Vilú” (2021), la banda agradeció la oportunidad y se despedía de un público que quedó con ganas de más, abriendo grandes expectativas a futuro para este cuarteto.

Mientras el ambiente festivo ya estaba instalado en las afueras del Movistar Arena, la cúpula recién comenzaba a cobrar vida con la actuación de los ingleses Benediction. Al ritmo de la oscura “Echolalia” de la banda Dead Can Dance, el primer número del Metal Stage se abrió paso dentro de una ceremonia siniestra que no tardó en transformarse en una catarsis, siendo “Iterations of I” el inicio de los incontables mosh pit que se formarían a lo largo de aquel profano domingo. Recordando sus primeros trabajos, “Vision in the Shroud”, “Unfound Mortality” y “Nightfear” dieron una contundente muestra del sonido death metal europeo de los noventa, con un mayor acercamiento a la crudeza y velocidad del hardcore d-beat; mientras que “Stormcrow” formó parte de los intermitentes cortes dedicados a presentar “Scriptures” (2020), el más reciente álbum de la banda. En un momento culmine, los ingleses invitaron a Barney Greenway de Napalm Death para sumarse a la canción “Subconscious Terror”, en una postal que reafirmó la hermandad entre las dos bandas originarias de Birmingham.

Paralelamente, mientras el calor del sol aún invadía el Hell Stage, fue el turno de Recrucide para mostrar una interesante fórmula donde se equilibra la agresividad del sonido con un cuidado manejo técnico. Con la memoria aún fresca de su aclamado álbum “Terahate” (2022), el proyecto captó la atención de los fanáticos y desataba la energía en aquellos asistentes más inquietos. Es necesario destacar el buen sonido de la banda como un gran punto a favor que los caracteriza, ya que, pese a la contundente masa que logran en su conjunto, fue posible percibir cada instrumento con gran claridad. Luego de las canciones “Paradox” e “Inmobilized”, Rodrigo Zepeda aprovechó de hacer un llamado a cuidar los espacios y fortalecer el apoyo a la escena local, con miras a continuar generando festivales de similares características. En un show que también incluyó su repertorio anterior, como el caso de “Disowned”, la banda se apuntó con un nuevo hito en una carrera que los perfila como los grandes nombres del metal contemporáneo en Chile.

En un ejercicio de nostalgia, Dark Angel fue el primer acercamiento directo al thrash metal a lo largo de la jornada. Siendo un género que suele ser protagonista en este tipo de festivales, los californianos fueron bien recibidos por el público del Metal Stage, quienes disfrutaron de clásicos como “Never to Rise Again” y una extensa sección dedicada al álbum “Darkness Descends”, que incluyó a “The Burning of Sodom” y la canción que da nombre al disco. Dentro de lo más destacable de los norteamericanos, se encuentra la capacidad para sobreponerse a las dificultades, tomando en consideración el reciente fallecimiento de su guitarrista Jim Durkin durante marzo de este año. Favorablemente, Laura Christine fue la encargada de asumir el reemplazo que estuvo a la altura y fue asimilado por los fanáticos.

Cuando ya pasaban las 16 horas, lo de Napalm Death fue una ocasión que marcó una ligera diferencia dentro del ritmo habitual de la jornada, nutriendo a la estridencia de su propuesta con un punto de vista político y social que los ha acompañado a lo largo de toda su carrera. Y es que el conjunto de Birmingham toma la visceralidad del grindcore como canal de denuncia en cada uno de los gestos que realiza; ya sea por la polera alusiva a la liberación animal de Barney o en las mismas palabras de su vocalista en apoyo a la migración de refugiados, la denuncia contra la corrupción de las religiones o el irrestricto discurso antifascista de sus canciones. Frente a ese panorama, no es de extrañar las dedicatorias a la memoria de Víctor Jara, o el clásico cover a Dead Kennedys de “Nazi Punks Fuck Off”, que ya forma parte obligatoria de sus repertorios. Un mensaje que podría perderse de vista si sólo se aprecia el contraste agresivo en su sonido, lo que no evitó generar una catarsis colectiva en la cancha del Metal Stage, junto a un resumido setlist que no contó con la presencia de Shane Embury al bajo y se movió entre lo más reciente; con tracks como “Backlash Just Because”, “Contagion” y “Amoral”, las famosas “Suffer the Children” y “When All Is Said and Done”, y el mítico debut “Scum” (1987), con “The Kill” y la fugaz pero celebrada “You Suffer”. Para dar un cierre más que adecuado, “Siege of Power” sepultó un show intenso en todo sentido, como bien saben entregar los ingleses.

Sin perder la atención en la escena local, el Hell Stage fue acompañado por el llamativo show visual del thrash metal de Cabrío, como también los clásicos rockeros de Devil Presley, que incluyeron “Ajuste de cuentas” y “Perro rabioso” como canciones de cierre. Sumado a esto, los últimos nombres nacionales fueron un justo reconocimiento al recorrido dentro del metal extremo. La actitud arrolladora de Torturer hizo frente al frío que ya comenzaba a apreciarse en el exterior y puso en contexto su jerarquía como banda, luego de más de treinta años dentro del circuito, siendo la vanguardia de una comunidad subterránea que ha sido capaz de desarrollarse bajo códigos propios. De igual manera, Undercroft hizo lo propio como dignos representantes de la primera generación de death metal en Chile. “Wake Up From Your Dreams”, “Bonebreaker” y “Mercy” congregaron a la amplia brecha generacional que acompañaba a la banda. Junto con agradecer las ganas y el apoyo, Tito Melin aprovechó la ocasión para dedicar “Road to Desolation” a aquellos amigos que ya no están. “To the Final Battle” fue la canción de despedida de la banda, quienes anunciaron sus próximas fechas y sellaron de manera definitiva el line up chileno en The Metal Fest.

En una de las muestras de mayor prolijidad y oficio durante la jornada, el show de Stratovarius fue el momento para trasladar el festival hacia aquel espíritu épico y fantástico del power metal. “Survive” fue la apertura enmarcada en su más reciente trabajo, que lleva el mismo nombre que la canción y además impulsa la gira latinoamericana que los trajo de vuelta en su novena fecha en Chile. Retrocediendo hacia algunos clásicos, los finlandeses interpretaron “Eagleheart”, “Stratosphere”, “Speed of Light” y “Paradise”, los cuales contaron con el apoyo de sus fanáticos dentro de la cúpula del Movistar Arena. Luego del par “Frozen in Time” y “World on Fire”, extraídas de “Survive” (2022), la banda encaminó el cierre con algunos himnos, donde se distinguió el teclado neoclásico de “Black Diamond” y la energía de “Hunting High and Low”.

Dentro de los pesos pesados del festival, Accept también demostró su vigencia y trayectoria en el escenario principal del Metal Fest. Acompañados por la serpiente que decora “Too Mean to Die” (2021), su álbum número dieciséis, los alemanes comenzaron la marcha con “Zombie Apocalypse” durante un show que no se olvidó de sus temas insignes, pasando inmediatamente a “Restless and Wild”, “Midnight Mover”, “Princess of the Dawn” y “Metal Heart”. Entendiendo el contexto en el que se encontraban, Mark Tornillo invitó a sus fanáticos a sumarse a coro en “Teutonic Terror”, mientras que “Pandemic” fue la ocasión para relucir el coordinado trabajo de guitarras gemelas liderado por Wolf Hoffmann. Como broche final, “Balls to the Wall” fue el esperado cierre que también estuvo acompañado por el coreográfico desplante de la banda, dando valor a su experiencia no sólo en lo musical, sino también en el sentido del espectáculo.

Ya hacia el final de la jornada, los finlandeses de Finntroll fueron los nominados para ubicarse como cabeza de cierre del Hell Stage. Pese a que el frío acompañaba el exterior, la calurosa bienvenida de su público y el trato cercano con sus fanáticos ayudó a sobrellevar las inclemencias y montar una fiesta. En su tercera visita en Santiago, el conjunto escandinavo fue una apuesta innovadora y adecuada, donde la preocupación estética es un aporte consistente a su sonido impulsado mayoritariamente por el folk metal. Con nuevo material bajo el brazo luego de su última visita durante el 2016, la banda se valió de algunas canciones de “Vredesvävd” (2020) para reencontrarse con sus seguidores y captar nuevos adeptos a su propuesta original y enérgica.

Con gran parte del camino recorrido, los últimos dos nombres en la cuarta versión de The Metal Fest apuntaron directamente al thrash metal. Testament fue la primera de las dos instituciones que se abrió paso en el Metal Stage. Con la fuerza de “Rise Up” y “The Pale King”, los californianos encaminaron un show enmarcado en la gira de su álbum “Titans of Creation” (2020), el cual contó con un importante apoyo de luces, humo y las primeras muestras de pirotecnia de la noche. “Children of the Next Level” y “WWIII” fueron las seleccionadas de su último trabajo, mientras que el resto del repertorio apuntó a abatir el Movistar Arena con riffs reconocidos por los presentes, siendo “The New Order” y “The Haunting” las primeras visitas por los inicios de la banda. Pese a lo extenuante de la jornada, la energía aún seguía a tope para disfrutar de inicio a fin lo mostrado por Testament. En un final memorable, Chuck Billy animó un wall of death durante “The Formation of Damnation” y los masivos mosh pits durante “Over the Wall”, “Alone in the Dark” y la elocuente “Into the Pit”, cerrando una presentación tan veloz como intensa.

Acorde a un final a lo grande, la contundente escenografía de Kreator ya adelantaba la calidad del show que sería presentado por los alemanes. Junto a los cráneos gigantes apilados en los extremos del Metal Stage a lo largo de la jornada, se sumaba un telón con la portada de “Hate Über Alles” (2022), un puñado figuras ahorcadas colgando del escenario, y al centro una gran escultura de Violent Mind. Con la mística instalada, el aire épico de “Sergio Corbucci Is Dead” fue la antesala para disparar con la fulminante “Hate Über Alles” un show lleno de fuego, confeti y los grandes dotes de convocatoria de Mille Petrozza. Con una discografía extensa y que cuenta con sólidas composiciones en sus diferentes periodos, la banda se valió de “People of the Lie”, “Awakening of the Gods” y “Enemy of God” para satisfacer los últimos deseos de velocidad por parte de los fanáticos.

Con un público exaltado a totalidad, fue durante “Betrayer” que se encendió la primera de varias bengalas entre el público, abarcando tanto a la cancha como también los puntos más altos de la tribuna. Casi como una respuesta, la banda iluminaba el Movistar Arena con las llamas que acompañaron la canción “Satan Is Real”, en un momento que trajo con mayor fuerza que nunca el infierno al Metal Fest. Continuando con un setlist colmado de herejías, los alemanes sumaron “Hordes of Chaos (A Necrologue for the Elite)”, “666 – World Divided” y “Phantom Antichrist” a un show que se acercaba a la hora de duración. Tomándose un momento para conversar con la audiencia, Petrozza dedicó “Strongest of the Strong” a Testament, sus compañeros de gira durante estas fechas por Latinoamérica. Ya hacia el final, los oriundos de Essen cerraron con la coreada “Violent Revolution”, la inclemente “Flag of Hate” y la infaltable “Pleasure to Kill”, llevando hacia los más profundos avernos la extensa jornada que se vivió a lo largo y ancho de The Metal Fest.

Con la cuarta versión de The Metal Fest ya en el recuerdo, queda más que claro el esperado y necesario retorno que significa este festival para el público nacional. Bien es sabido la amplia fanaticada metalera que convive en Chile, como también la buena recepción que obtienen los números internacionales en tierras sudamericanas y la variada escena local dentro de este amplio género musical. Luego de más de 12 horas de música pesada, el sudor de los cuerpos agotados que abandonan el Movistar Arena queda como muestra de un satisfactorio domingo donde volvieron los riffs intensos y se abren las expectativas para próximas ediciones.

Fotos: Cristian Calderón 

Javier Perez

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