The Unforgettable Fire: 40 años de ese fuego que instauró la huella de U2
«I Will Follow», «Sunday Bloody Sunday» o «New Year’s Day» esbozaron las primeras líneas de grandeza en la carrera de U2, pero no fue hasta su cuarto álbum de estudio que los irlandeses dieron ese gran paso mientras estructuraban el blueprint que consagró el sonido de los futuros trabajos.
The Unforgettable Fire fue publicado el 1 de octubre de 1984 y quizás se opacó por el éxito del single «Pride (In The Name of Love)», pero de ahí también surgieron otras memorables tales como «A Sort of Homecoming», «Bad» o la homónima «The Unforgettable Fire». «Wire» salió a escena como el fantasma de lo explorado en el pasado y los guiños al punk rock mientras que «4th of July» una pausa de reflexión y «MLK» una oda hacia el cielo –y la admiración que particularmente Bono sentía (siente) por Martin Luther King.
Se podrá suponer que, sin menospreciar la creatividad de Bono, The Edge, Adam y Larry tanto por separado como en colectivo, los aportes de Brian Eno y Daniel Lanois en la producción y mezcla son los que le dan ese condimento preciso –después de todo, el trabajo de Eno es sinónimo de experimentación–, pero incluso el propio Eno diría que U2 eran los adelantados a la época. En efecto, esta cuarta propuesta es un trabajo que propone y refleja una combinación de métodos de componer, melodías, matices y experimentación como nunca antes se había hecho, de paso incursionando en el art rock, ambient, post-punk y las primeras contribuciones al rock indie.
La primera –gran– etapa de esta cuarta placa se llevó a cabo en el Slane Castle, Irlanda, cuya amplitud y grandes muros –y la atmósfera particular del salón de baile– favoreció la acústica y esencia plasmada en los propios masters, sin pasar por alto que lo registrado en esta localidad son resultado de todos interpretando sus respectivos aportes (en vivo) en conjunto. El método de cada miembro en salas aisladas o por separado –como se suele realizar– para materializar cada una de los instrumentos, voz y melodías procedió a implementarse una vez que se trasladaron al estudio en Windmill Lane donde finalizaron el LP.
Lo que se torna hermoso del álbum es que –aunque puedan haber muchos así– este nunca pretendió aferrarse a un concepto predeterminado para llevar a cabo sus procesos y su totalidad –ni cual sería su enfoque musical para conectar cada una de las piezas, sólo se aferró al pilar de dejar que salga desde adentro y dejarse llevar con lo que fuese que el corazón quería expresar. Y es interesante que –de aquí en adelante– la música no es gracias a ellos mismos, al menos como se podría entender, sino que –planteado por The Edge– en realidad se trata de algo en el universo que crea la música a través de ellos y ellos son simples mediadores –de un particular mensaje. –«Si pudiera, a través de mí, liberar tu espíritu. Llevaría tu corazón lejos, verte romper, romper. En la luz y en el día»—
“Martin Luther King hizo sus mejores discursos cuando abandonó el texto” – Bono
La honestidad en torno a cómo los cuatro músicos colaborando equitativamente comprendían sus propias fortalezas y limitaciones fue la que se resignificó en su originalidad y el comienzo de un camino a un rebosante éxito –no sabían lo que les esperaba 3 años después con The Joshua Tree.