Disco Inmortal: Elliott Smith – Either/Or (1997)

Disco Inmortal: Elliott Smith – Either/Or (1997)

Kill Rock Stars, 1997

Either/Or fue el tercer álbum de estudio del fallecido cantautor estadounidense Elliott Smith. Muchas veces comparado con artistas de culto, como Nick Drake, sus composiciones (dogmáticamente sutiles), se destacaron por su aparente simpleza, una voz doliente y susurrada, y una melancolía desgarradora. Su lucha contra el alcoholismo, el abuso de las drogas y una depresión diagnosticada (además de otros trastornos psicológicos), repercutieron abismalmente en su carrera y composiciones, ya que gran parte del tiempo, fue encasillado como una persona oscura y depresiva. Admirador de innumerables artistas, principalmente Bob Dylan, The Beatles, The Who, The Kinks, Pink Floyd, Bauhaus, Led Zeppelin, Elvis Costello y The Clash (de quienes tomó sus influencias para componer), fue capaz de explorar la emotividad de una manera innata y sumamente profunda. Fue un artista completo, que logró darse a conocer (pero no lo suficiente) en los últimos años de su vida gracias a su talento, logrando incluso, impresionar al director de cine Gus Van Sant, quien incluyó tres de sus canciones y un sencillo independiente, en la banda sonora de su película Good Will Hunting (1997). A partir de ello, y luego de presentarse en la ceremonia de los premios Oscar 1998, su carrera nunca más sería la misma, porque tras dicho éxito, se codearía con el mundo de la vanguardia y la multinacional DreamWorks, con quien firmaría contrato para grabar XO y Figure 8; sus últimos discos en vida.

Either/Or se grabó en varios lugares, principalmente en Portland, Oregón. Producido por Smith junto a Tom Rothrock y Rob Schnapf, fue publicado el 25 de febrero de 1997, a poco tiempo de la disolución de Heatmiser, banda de la que Elliott aún formaba parte como guitarrista y vocalista. Durante la grabación del disco hubo muchas canciones descartadas, como aquella que le daba título al disco, además de ‘Miss Misery’, que terminó contribuyendo en la banda sonora de Good Will Hunting, protagonizada por Matt Damon, Robin Williams, Ben Affleck, Stellan Skarsgård y Minnie Driver. Miss Misery sería posteriormente nominada a Mejor Canción Original en los premios Óscar 1998, galardón que finalmente quedó en manos de Céline Dion, por ‘My Heart Will Go On’ (Titanic).

Se dice que, durante la grabación del álbum, Smith se influenció fuertemente por The Beatles, y que escuchó el disco Magical Mistery Tour todos los días. Aquel ejercicio le permitió lograr sonoridades que mantuvo en su cabeza incluso hasta la grabación de su cuarto disco, en el que se nota aún más aquella influencia. Compositor, arreglista, intérprete y fiel representante de un sonido lo-fi, también llamado DIY music, todos los instrumentos (guitarra, bajo, teclados y batería) los tocó el mismo Elliott, logrando el efecto de una banda completa. Dobló guitarras y voces para lograr un sonido multicapas mucho más esplendoroso, como ocurre en ‘Speed Trials’, canción que abre el álbum y donde usa múltiples pistas para crear capas vocales, texturas y armonías más enfatizadas. ‘Alameda’, es el reflejo su alma introvertida y observadora. Inspirándose en los barrios que solía frecuentar, sus letras contienen muchas referencias a Portland como Division Street, Portland Rose Festival y el barrio Alameda. Pero Elliott va más allá de la caminata por el barrio, esas que ayudan a pensar y clarificar los pensamientos, ya que pareciera auto reprenderse por su inhabilidad de permanecer cercano a las personas: “Nobody broke your heart, you broke your own cause you can´t finish what you start, nobody broke your heart, if you’re alone it must be you that wants to be apart” (nadie rompió tu corazón, tú rompiste el tuyo porque no puedes terminar lo que comienzas. Nadie rompió tu corazón, si estás solo, debes ser tú el que quiere apartarse).

En ‘Ballad of Big Nothing’, Elliott prefiere ironizar con el optimismo de frases como: “You can do what you want to whenever you want to, you can do what you want to, there’s no one to stop you”, cuando la realidad para muchos no parece ser tan simple. Aunque el temperamento de la canción se aprecia mucho más energético, con líneas de bajo muy inspiradas en McCartney, el contexto tiene mucho que ver con la rabia y el miedo, porque muchas veces la vida puede convertirse en una serie de ciclos interminables, que por cierto en el caso de Elliott y su adicción, se podrían definir como tormentosos ciclos de los que no podía escapar. ‘Between The Bars’, la complejidad emocional hecha canción, ampliamente profunda y muchas veces confundida como una canción de amor, no habla de aquello, sino más bien de aquella mala costumbre de algunos, de proteger a quien amas a tal punto de querer controlar su vida. Ha sido versionada por varios artistas, desde la banda canadiense Metric, la inglesa Marika Hackman e incluso Madonna.

‘Pictures Of Me’ trata de desmantelar a la industria del entretenimiento. Un tema recurrente en bandas grunge de la época (como sucedió con Sonic Youth), que se vieron sumergidas en el despiadado e inhumano mundo de las casas discográficas, siempre atentas a conseguir nuevas bandas que pudiesen transformarse en éxito de ventas, tras el fenómeno Nirvana. Smith, impasible, simplemente no se moldea a los sonidos comerciales. ‘No Name No. 5’, con evidente desolación sus líricas lo evidencian atrapado en sus propias reflexiones. No olvidar que el título del disco proviene del primer libro (del mismo nombre) del filósofo existencialista danés Søren Kierkegaard, en el que el autor se refiere a la desesperación existencial, la angustia, la muerte y Dios, reflejando el interés que Elliott tenía por la filosofía, que por lo demás, estudió en Hampshire Massachusetts. ‘Rose Parade’, inspirada en el Portland Rose Festival, que todos los años tiene lugar en Portland, Oregón, saca a la luz nuevamente a un detallista Elliott Smith, muy conectado con el paisaje urbano, gusta de observar a las personas, pero con cierta distancia. Con baja autoestima se refiere a sí mismo: “When they clean the street, I’ll be the only shit that’s left behind. Won’t you follow me down to the Rose Parade”. ‘Punch And Judy’ hace referencia al show de títeres conocidos con el mismo nombre, muy popular en la tradición inglesa, que se caracteriza porque sus dos personajes principales se golpeaban constantemente. En su canción, Elliott hace un paralelo entre aquellas marionetas y dos personas en una relación dolorosa y triste de observar. ‘Angeles’ demuestra la destreza y versatilidad de Elliott como guitarrista, con líricas que nuevamente apuntan hacia la hipocresía del negocio de las grandes casas discográficas. ‘Cupid’s Trick’, su arreglo más oscuro y el más cercano a la distorsión, incluyó líricas misteriosas que no quiso incluir en las notas del álbum, explicando: “no puedo decirlas porque son demasiado estúpidas. En su tiempo tenían sentido, pero ahora no quiero que nadie lo sepa”. Una de sus canciones más emotivas resulta ser ‘2:45 AM’, porque a pesar de no conocerse los hechos específicos que lo llevaron a escribirla, se oye en su voz un tono de tristeza y agotamiento, como cuando llevas demasiado tiempo buscando la explicación de algo sin llegar a nada. ‘Say Yes’, que da término al disco fue, descrita por el mismo Smith como “insanamente optimista” y la compuso en sólo 5 minutos, luego del quiebre con su pareja Joanna Bolme, y darse cuenta de cuánto la necesitaba de vuelta. Es una sincera canción de amor y uno de los tracks más queridos por sus seguidores.

Melodioso, acústico y cabizbajo. Either/Or sumó y sumó reconocimientos de la crítica especializada, pero tristemente jamás consiguió entrar en ninguna de las listas de ventas en Estados Unidos, ya que únicamente vendió 429 mil copias en dicho país. Para muchos Either/Or, poseedor de una íntima y áspera belleza, fue la gran hazaña de Elliott Smith, ya que en él se expresa la contraposición entre el ánimo y el agobio, el brillo y la oscuridad. Una penumbra debida en gran parte al abuso de las drogas, el alcohol y los antidepresivos. Angustiosamente y con el pasar de los años, sus afecciones mentales terminaron por aniquilar su lucidez, emergiendo tras ello, severos signos de paranoia, insomnio y pérdida de apetito (se dice que, en sus últimos meses de vida, Elliott subsistía únicamente a base de helado). En el momento de su muerte, Smith, de apenas 34 años, se encontraba trabajando en su sexto álbum From a Basement on the Hill, que fue producido y lanzado póstumamente en 2004, a un año de su insólito, ambiguo y aún no aclarado deceso.

 

Veronica Elisa

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