The Unholy Trinity aterrizó en Chile: Nidhogg, Deicide y Behemoth en una noche de blasfemia extrema

The Unholy Trinity aterrizó en Chile: Nidhogg, Deicide y Behemoth en una noche de blasfemia extrema

La triada transformó el Caupolicán en el epicentro del metal extremo, en una jornada extensa y cargada de oscuridad que dejó satisfecho a los asistentes, quienes pudieron disfrutar de tres proyectos del lado más blasfemo del metal.

El Teatro Caupolicán se convirtió en el epicentro del metal extremo en una jornada extensa, intensa y cargada de oscuridad. Con una fanaticada fiel que respondió con entusiasmo, la velada dejó un balance más que positivo gracias a la potencia de tres nombres clave del metal blasfemo: Nidhogg, Deicide y Behemoth, junto al aporte inicial de los nacionales Diabolvs, quienes encendieron la mecha con un sólido show de death metal old school y la presentación de su nuevo single “Deceiver Christ”.

 

Los primeros en tomar el escenario fueron los polacos Nidhogg, cuya inclusión en el cartel dejó ciertas dudas. Su propuesta, que transitó entre black metal y covers de proyectos pasados, e incluso incursiones en el heavy y thrash, resultó inconexa dentro del marco conceptual de la gira Unholy Trinity. Aunque técnicamente correctos, su presentación careció de la fuerza y relevancia que el contexto exigía, cerrando con una versión de “Territory” de Sepultura que, pese a encender al público, no logró disipar la sensación de una puesta en escena deslucida.

 

La situación cambió radicalmente con Deicide. Ante un Caupolicán prácticamente lleno, los estadounidenses arrasaron desde el primer minuto con “When Satan Rules His World”. El death metal en su forma más pura y brutal se apoderó del recinto, con riffs demoledores, cambios frenéticos y la voz de Glen Benton en estado de gracia. Con un setlist sólido que repasó sus clásicos más influyentes, incluyendo “Once Upon the Cross”, “Dead by Dawn” y “Homage for Satan”, entregaron una de sus presentaciones más potentes en suelo chileno: una hora de blasfemia impecable que confirmó su vigencia absoluta.

 

El cierre quedó en manos de Behemoth, quienes desplegaron la producción más ambiciosa que han mostrado en Chile hasta ahora. Con un repertorio que combinó material reciente como “The Shit Ov God” y clásicos como “Ov Fire and the Void” y “Bartzabel”, los polacos ofrecieron un espectáculo total: música, visuales y una atmósfera ritual que sumergió al público en una experiencia inmersiva. Nergal se consolidó como un frontman de dominio escénico absoluto, llevando a la banda a un clímax con “O Father O Satan O Sun!”, himno perfecto para clausurar una velada que equilibró técnica, oscuridad y un sentido ceremonial pocas veces visto en escenarios locales.

Unholy Trinity dejó en claro que, más allá de los tropiezos, el metal extremo sigue encontrando en Chile un público fervoroso y apasionado, capaz de transformar cada concierto en un auténtico ritual colectivo.

Nicolas Diaz

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