«Beauty and the Beat»: la belleza y el ritmo del debut de las Go-Go’s

«Beauty and the Beat»: la belleza y el ritmo del debut de las Go-Go’s

Formada en Los Ángeles, esta banda de chicas tuvo su momento de gloria a principios de los años 80’s. Y aunque The  Go-Go’s es reconocido y asociado con un sonido más pop, sus orígenes están en la escena punk de LA.

El origen concreto estuvo en un retorno. El de Belinda Carlisle (voz) y Jane Wiedlin (guitarra, coros) regresando de San Francisco, donde ambas se hicieron presentes en el show de los Sex Pistols en el Winterland. La energía de la banda inglesa las dejó con ganas, y en conjunto con su amiga común Margot Olavarria (bajo) resolvieron armar The  Go-Go’s, reclutando a Elissa Bello en la batería. Pero a muy poco de andar, notaron que con el entusiasmo y la premisa punk de “hazlo por tu mismo” no era suficiente. Fue ahí que se sumó entonces una guitarrista formada, Charlotte Caffey (guitarra y teclas). Charlotte sabía leer música y le dio a la novel banda el toque de “profesionalidad” necesaria para no hacer papelones. Corría 1978.

Lo suyo estaba en un punto medio entre la ira punk inglesa, y la cosa más “artística” de la escena neoyorquina. Lentamente comenzaron a tocar y hacerse un nombre, compartiendo locales como Mabuhay Gardens, The Masque o el inoxidable Whiskey a Go Go con grupos del palo como los X, Germs, Plugz, The Controllers y Fear.

Mientras tanto se terminaban los años 70’s, y aunque el punk aun arreciaba en USA, la industria buscaba sonidos menos crudos y mas radiables. En una palabra, suavizar el punk para masificarlo y hacerlo vendible. En dos palabras, hacer negocio. Entonces, como ya ocurría en Gran Bretaña, algunos sonidos locales comenzaron a mutar; poco después el género tendría otra etiqueta (new wave) y los grupos se incorporarían mansa y masivamente a la industria. Dentro de esta ola terminarían (muy a su pesar) las Go-Go’s.

Así como en los años 60’s los sellos discográficos fichaban a cualquiera con la mente puesta en descubrir a los próximos Beatles, en esos días de principios de la era Reagan todo productor musical quería su propia banda new wave. The Go-Go’s  lentamente fueron haciéndose un nombre, y tras un par de cambios (entraron Gina Schock en batería y Kathy Valentine al bajo), ellas también consiguieron un contrato para IRS, el sello del Miles Copeland, el mánager de The Police y hermano de su baterista Stewart.

Firmar con IRS tuvo sus ventajas. El disco debut de las Go-Go’s  se grabó y editó a mediados de  1981. Pero faltaba algo para apuntalarlo, y ese algo fue ser soporte de la gira de un grupo importante.

Aunque las chicas ya había girado por USA e Inglaterra junto a Madness, Copeland decidió ubicarlas como acto soporte de la gira americana en que The Police presentaba su álbum Ghost in the Machine, lo que les dio una exposición mayor, y disparó las ventas de Beauty and the Beat directo al primer puesto de los charts de Billboard en marzo de 1982, lugar en el que se mantuvo seis semanas. Al cabo del año 1982 el LP terminó como el segundo en el chart anual, detrás del LP debut de Asia. Nada mal para un grupo de chicas en una industria donde la mujer estaba mayormente (y en el mejor de los casos) relegada a solo cantar.

Hablemos de Beauty and the Beat.

Normalmente, cuando un álbum llega tan alto, no solo lo consigue por publicidad y marketing. Suele tener algo distintivo, digamos un encanto particular, y Beauty and the Beat lo posee. Es un álbum de canciones simples. No están sobrecargadas y nadie (salvo la cantante, claro) se superpone o prevalece sobre otra. Se trata de un debut que resuma calidad en varios de sus tracks. Es por momentos infeccioso, tiene buenas melodías y un punch que arrastra.

Originalmente previsto para grabar en dos semanas, el tiempo se amplió: “(Richard Gottehrer) quería darle el tiempo que cada canción necesitaba”, apuntaba Charlotte Caffey. La producción de Rob Freeman y Richard Gottehrer le dio al sonido de las Go-Go’s, usualmente más crudo en vivo, el lavado necesario para venderlas. Y las chicas lo odiaron. “(cuando la mezcla terminó) lo oímos en mi auto y no sonaba como una banda punk para nosotros. Sentí que mi voz sonaba como una ardilla”, contó alguna vez Belinda Carlisle; Caffey agregaba: “Estábamos llorando, pensábamos que nuestra carrera se iba al diablo”. Pero se equivocaban.

Beauty and the Beat tiene el típico sonido new wave. Letras accesibles, bases pulidas eventualmente aptas para discotecas o difusión FM, guitarras ídem bien colocadas para adornar la canción o marcar los primeros acordes antes que el lucimiento personal (salvo en ocasiones como el final de “Tonite” o el breve solo de “This Town”), lo mismo que los teclados que complementan la impecable voz de Belinda  Carlisle, perfectamente adecuada a los fines buscados.

El tema de salida del álbum es “Our lips are sealed”, un rock mid tempo de sonido pulido y voces agradables, hecho a medida para ser un single de éxito. Y vaya que lo fue, arribando al puesto 10 en USA. Pero si uno piensa que esta canción marca el tono del disco, se equivoca (aunque tampoco tanto). Algunos temas recuperan la fuerza que tenía la banda en sus inicios, aunque claro que están lejos de oler a punk si como tal entendemos la música de los Ramones o los Pistols, o por ser menos violentos, The Clash

“We got the beat” fue la canción elegida como primer single: tiene fuerza, un estribillo mas musical y una base más trabajada con un bajo más acentuado, además de una parte media hecha a medida para el coro de público. Era un favorito de las chicas, su canción más auto representativa, y nadie se equivocó cuando se editó individualmente. “We got the beat” llegó al número 2 del Billboard Hot 100, y se convirtió en el éxito más perdurable de las Go-Go’s.

Del lado de las letras, éstas varían entre provocativas y románticas. Nada que espante al oyente medio, pero sí que acerquen al adolescente. Seguir con tu romance pese a lo que digan (“Our lips are sealed”), el mundo nocturno (“This town”),  el desengaño y el abandono (“Fading fast”), en fin, letras aparentemente disruptivas pero nada que no se haya dicho ni antes ni después.

Dentro de un trabajo parejo, no puede decirse que haya canciones que sobresalgan de otras, salvo quizás la mencionada We got the beat”.

Para argumentar en contra, puede exponerse que Beauty and the Beat es el ejemplo perfecto para decir que sobresalió del resto por buenos motivos; pero que también quizás se hubiera perdido entre el montón si no fuera una banda all – female.  La critica contemporánea lo recibió bien, pero hasta ahí nomas. Y parte de su magia tiene que ver con los años. Con el tiempo, el álbum ha alcanzado un buen status, siendo cita obligada en cualquier ranking de “los mejores…”. Pero una escucha más o menos imparcial nos muestra que sí, es un gran disco; pero no un parte aguas en la historia de la música en absoluto. Evidentemente, mucho de su impacto tuvo que ver con su imagen, no tan salvaje como las Runaways, y además su contemporaneidad con la flamante MTV, que pasó el video de  “Our lips are sealed” hasta el cansancio. Pero objetivamente hablando, no hay nada en Beauty and the Beat que sobresalga notablemente de la producción general de ese año.

Dicho esto, nada quita que fue un gran debut, una buena placa por derecho propio, y puso a las Go-Go’s como la primera banda de chicas que tuvieron un Nº1 en Billboard. Lo demás es cuestión de gustos.

Por Pablo Irrera

Nacion Rock

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