Cancionero Rock: «Mataz» – Lucybell (1996)

Si hubo alguna vez que hacerle merito a la importación a la chilena de los sonidos de Bristol, UK, fue cuando Lucybell tuvo un destello de brillantez al elaborar este single, pese a que la banda indicó que este tema estaba inspirado en su viaje a Nueva York en 1996, la sutileza y sonidos que escuchamos en «Mataz» termina convirtiendo el tema en uno de los más originales de la banda y absorbentes del sonido que por esos años Portishead, Tricky o Massive ASttack patentaban, y para la banda esta vez mostrándonos una cara actualizada, dejando un poco el sonido post punk y dark wave de sus inicios.

«Viajar» fue su segundo disco y claro que el título hace referencia a un verdadero viaje que emprendemos en él, en este aspecto la banda fue un poco más sicodélica que su anterior debut «Peces». Claudio Valenzuela se encontraba muy inspirado al elaborar no tan solo esta, sino muchas de las canciones del álbum. «Mataz» fue un single que se tomó las radios y sigue siendo un tema muy vigente y con sonido fresco, con tenues toques lisérgicos y una poesía romántica de ensueño acerca del amor prohibido, lleno del aire irremediablemnte seductor que evoca la banda y la voz de Valenzuela y esta especie de homenaje a la estética del Swinging London que nos muestra en su videoclip. Mario Breuer fue un gran responsable del sonido de este disco y precisamente del de esta canción, donde Gabriel Vigliensoni obtuvo un preciso aporte con las secuencias y programaciones, el fáctor electrónico que siempre ha hecho de la música de Lucybell algo más grande. La verdad es que esta época -muy fértil en cuanto a música en Chile- nos mostró a la banda santiaguina en uno de sus mejores estados.

«Mataz» antes de aparecer en Viajar, por cierto, fue parte de un EP del mismo nombre, sirviendo de una especie de transición entre «Peces» y esta etapa, y con la banda ya en la mira de las programaciones radiales , MTV (mucha rotación tuvo este video) un premio APES de la industria (equivalente a un Pulsar actual) e incluso su llegada, por primera vez, al Festival de Viña 1998.