Disco Inmortal: Blondie – Parallel Lines (1978)
Chrysalis, 1978
El punk estaba en sus últimos años y el new wave estaba de moda. Todos querían tocar en el CBGB (Country bluegrass and blues) y seguir la senda de los Ramones, Television y Talking Heads. En esa misma línea Blondie no quería ser la excepción y también fue partícipe de este selecto grupo que tocó en aquel mítico local del Este de Manhattan, para luego llegar a ser catalogados tanto como punks como new wave. Sin embargo, los liderados por la rubia y Chris Stein querían dejar su marca y ser únicos en un abanico de bandas que le darían a la música mucho más que tres acordes y vestimentas rasgadas.
Blondie dejaba atrás su álbum homónimo (1976) y Plastic Letters (1977) para comenzar a trabajar en una nueva placa que tuviese un sonido más vanguardista. El elegido para tomar la producción de este álbum sería Mike Chapman, que ya tenía un extenso currículo durante la década del 70 a través de la música glam. Asimismo, tenía que ser todo perfecto para este nuevo LP y la portada debía ser llamativa. Para ello, una idea de Peter Leeds (representante de la banda) y bajo la dirección de arte de Ramey Communication sacaría a la luz una cubierta sencilla, pero brillante, donde destaca Harry con un impecable traje blanco en una dualidad de negro y blanco.
Dar comienzo a un disco con un cover, era una apuesta arriesgada, pero Blondie lo hizo con un resultado excelso y triunfador. “Hanging on the Telephone”, escrita originalmente por Jack Lee para The Nerves, es el primer track de un álbum con todos los condimentos del new wave. Harry con su agrupación musical disparan fuerte y hacen suya una canción escrita por otro.
Si bien el disco contiene muchos hits de rock que raya en lo pegadizo y en el pop, es una obra muy atrevida que hasta el día de hoy es considerada una de las mejores de la historia. Lo que es más aún, a Blondie le creyó tanto como la crítica y la gente, pues no llegaron a la escena de aquellos años para solo ser una de las bandas de moda, sino que querían dejar un legado. En ese sentido tenemos la fabulosa “One Way or Another”, un track irresistible, pesado, bailable y con energía. El bajista Nigel Harrison junto a Harry hicieron una faena que trascendería las fronteras de los Estados Unidos y de las generaciones. Conquistarían a un público variado y generacional. El éxito de esta canción se ha extendido para ser track de numerosas películas como en Donnie Brasco (1997) o Coyote Ugly (2000) o en series como Los Simpsons. Un verdadero himno del post-punk y un estandarte del rock universal.
“Pictures This” o “Fade Away (And Radiate)” son piezas ingeniosas de la banda, destacando su sonido psicodélico, que con la voz de Debbie hace una canción onírica. “Sunday Girl” les abrió las puertas en un país regido por los Sex Pistols. Chris Stein, guitarrista de la banda y en ese entonces novio de Harry, nunca pensó que con este LP llegarían a vender más de 20 millones de copias durante toda su historia y que varias canciones se quedarían entre las 500 mejores del rock según la revista Rolling Stone y otras se mantendrían liderando el Billboard por mucho tiempo.
Los neoyorquinos tuvieron una maduración en todos los sentidos y eso le gustó mucho a la escena británica que adoró este álbum que fue grabado en el verano del 78’, cuando las temperaturas en la ‘Gran Manzana’ estuvieron altísimas. El productor sabía que los liderados por la blonda cantante tenía un potencial exorbitante que les servía para manejarse en diferentes sonidos y estilos. “Heart of Glass” es la fiel evidencia de ello:«Once I had a love and it was a gas/ soon turned out had a heart of glass / Seemed like the real thing / only to find mucho mistrust / Love’s gone behind» («Una vez tuve un amor y duró muy poco/Pronto descubrí que tenía un corazón de vidrio/Parecía que iba a ser algo verdadero/Pero sólo descubrí mucha desconfianza/Y el amor desapareció»), dice la introducción de la canción que se convirtió en una de sus mejores composiciones.
Chapman sacó lo mejor de todos los integrantes para este single, sobre todo del baterista Clem Burke con el cual hizo un trabajo especial para poder dar con el tono y el ritmo requerido para esta pieza. Fue tan exhaustivo, que en algún momento declaró: “no analizábamos nada, simplemente hacíamos las cosas”, dejando claro que la labor de Mike Chapman era de relojería y dedicada. “Heart of Glass” fue la pieza que los terminó por coronar en su propia tierra donde lucharon años por salir de la media que incluso los hizo triunfar primero en el ‘Viejo Continente’ antes que en EE.UU.
En un poco más de 41 minutos, “Parallel Lines” cosecha una riqueza eximia que lo convierte en un clásico, deslumbrando con canciones variadas, rítmicas y movidas, con himnos que han marcado a varias generaciones. La musa que alguna vez tuvo el director de cine David Cronenberg para su película Videodrome o Andy Warhol para sus fotografías instantáneas vieron que la chica nacida en Miami, Florida, puede hacer de todo en la música en cuanto a su voz. Sin embargo, el quinteto que la acompañó en esta placa sacó una tarea ardua, donde el productor, bajo un calor agobiante en la ciudad de Nueva York, hizo un larga duración elocuente. “Chapman nos dirigió, mientras tocábamos…No estábamos preparados para su pericia”, dijo Harry para resumir lo que fue la labor que forjaron en 1978.
Por Bastián Cifuentes