Disco Inmortal: «War»-U2 (1983)

Disco Inmortal: «War»-U2 (1983)

Island Records, 1983

Si Boy reflejaba su propia adolescencia, y October representaba su costado espiritual, con War U2 literalmente declara la guerra a la forma en que el mundo es manejado. Es un álbum eminentemente político, y muchas de sus canciones reflejan un enojo contra la forma y la dirección en que la sociedad iba. También puede decirse que a partir de War, U2 comenzó a caminar simultáneamente el sendero del activismo político y el de la popularidad.

El propio nombre del álbum deriva directamente de la visión que el grupo tenia del mundo: “La guerra parecía ser el motivo para 1982. A cada lado que veías, desde las Malvinas al Medio Oriente a Sudáfrica, había guerra” recordaba Bono.

Con War puede afirmarse sin problemas que U2 volvió la atención de la música rock/pop y sus seguidores hacia su costado activista, en la mejor onda de The Clash, luego de que al principio de la década las bandas e intérpretes se focalizaran en letras escapistas y ritmos bailables, enterrando las molestas e iracundas quejas del punk. Para Bono, lo suyo no se trataba de slogans, sino de estructurar las emociones que resultaban de los conflictos: “No sé si es ingenuidad o estupidez en mí, pero sé que la música me cambió, y sé que en Vietnam la música ayudó a cambiar las actitudes de una generación…Lo que importa es lo individual, ahí es donde empiezas”. Y es a través este nuevo enfoque que U2 comenzó a penetrar en la gente. Porque volvió a centrarse en las emociones colectivas a través de sus letras.

El aumento de popularidad no era casual. Con la salida de October, U2 volvió a los escenarios en otra agotadora gira de nueve meses. Eran años en que la banda debía rebuscárselas a puro empuje y pulmón. El esfuerzo pagaría sus dulces frutos, cuando pasaron de tocar en pubs y boliches para 50-100 personas a salas de mediana capacidad.

Pero quizás nada de eso hubiera se hubiera asentado sin War. Fue su primer álbum en llegar al tope del chart británico, desplazando nada menos que a Thriller, del por entonces imbatible (y todavía morocho) Michael Jackson. También le fue muy bien en USA, donde llegó a un nada despreciable puesto 12 en el Billboard 200.

Por tercera vez tuvieron la ayuda de Steve Lillywhite, a pesar de que el productor no era muy propenso a “casarse” con ningún artista. Y esta vez, el sonido elegido fue más crudo, acorde con el concepto del LP, ya que The Edge usó menos delay y echo que en sus dos primeros trabajos. También en War por primera vez aparecen otros músicos para aportar (coros, trompeta y violín). Y en esencia se trata de un disco sin sintetizadores ni parafernalia de producción. Una vez más, son cuatro jóvenes músicos ensamblando sus ideas, a la vez que dándole a su letra un toque de consustanciación con la conciencia comunitaria y echar una mirada crítica al mundo de esos días.

War abre con el incendiario “Sunday bloody Sunday”, con su característica batería (Larry Mullen se ayudó con un click track, serie de señales de audio usadas para no perder el ritmo), y su guitarra arpegiada que da luego paso al furibundo ataque de la banda en pleno mientras Bono pregunta por cuánto tiempo debemos cantar esta canción después de un domingo sangriento. Musicalmente “Sunday bloody Sunday” es impresionante; pero su letra es decididamente provocadora (invito a cualquiera a buscarla y leerla) y también un llamado a responder sin odio (“No haré caso de la llamada de batalla”).

El hecho de que el disco contuviera canciones que aludían directamente a Irlanda, en pleno desempeño del Ejercito Republicano Irlandés (IRA), no dejaron de crearles problemas, especialmente en el extranjero, donde Bono debía explicar que “Sunday bloody Sunday”, pese a que claramente hace alusión a las represiones del ejército británico contra civiles irlandeses indefensos en 1972 y 1921, “no es una canción rebelde”, es decir, apologética del IRA. Pronto también aparecieron banderas irlandesas entre el público como forma malinterpretada de las simpatías políticas del grupo. Bono cortó por lo sano, y dejó de blandir cualquier bandera nacional. Apareció la bandera blanca que se ve en el video de Under a red blood sky: “Toda la idea de la bandera blanca fue para alejarse del verde blanco y naranja, alejarse de las barras y estrellas, alejarse de la Union Jack. Soy irlandés y somos un grupo irlandés. Punto…Me asustan los extremismos”.

Pero toda esta amplia situación definía una cosa más amplia que el solo costado político de War y sus eventuales consecuencias emocionales en su público. Lo realmente importante, aunque parezca frio y hasta frívolo, es que estos hechos señalaban la importancia que U2 ya tenía en el mundo del rock. Había elevado exponencialmente el numero de fans, y la banda ya pasaba a ser un grupo relativamente importante, no quizás a la altura de The Police que por esos días se convertían en megaestrellas; pero si para generar suficientes expectativas.

Volviendo a War, “Seconds” (segundo track) es otro llamado a dejar las armas nucleares, tomarse un segundo para decirles adiós; una canción mid tempo con un patrón rítmico de batería similar a “Sunday…”.

Sigue el otro clásico de War: “New Year’s day”, con su contagioso comienzo de piano y bajo, que dan paso a la distorsionada guitarra. Sin lugar a dudas, una canción colosal inspirada en el hoy olvidado pero en su momento de primera plana desafío del sindicato polaco Solidaridad y su líder Lech Walesa al gobierno comunista, un movimiento que por supuesto contaba con  el apoyo de la Reagan, Thatcher y el papa polaco Juan Pablo II. “New Year’s day” sigue siendo otro clásico perenne de War y U2.

“Like a Song…” es una propuesta  a los punks que los criticaban a no dividirse, sino a sumar para cambiar. El cierre del primer lado es con “Drowning Man”, una tranquila llamada a recuperar la fe en el futuro, bien adornada con el violín de Steve Wickham, en tanto con “The Refugee” abre el segundo lado de War. Un tema alejado un poco de su sonido habitual, y la historia de una madre y su hijo refugiándose en USA mientras esperan el regreso de su esposo y padre que fue a pelear alguna guerra. No es la mejor elección para abrir el lado, pero es cuestión de gustos. A continuación, “Two Hearts Beat as One” vuelve al sonido conocido de la banda, una invitación a reflexionar sobre el peligro del final. Es una canción bastante contundente, donde los tres instrumentistas se complementan en un gran trabajo para redondear otro gran tema.

“Red Light”, que cuenta con la participación de los Coconuts en coros, y el agregado de la trompeta, los que le dan un toque muy inusual al sonido general del disco, mientras Bono incita a no dejarse ganar por la depresión. “Surrender”, una reflexión acerca de decisiones, da paso al final con “40”, otro clásico de la banda de las primeras épocas, y un placentero  cierre para el que quizás fuera el mejor disco de U2 hasta ese momento, un retorno a la fe y la espiritualidad de October. Inspirada en parte en el salmo 40 de la Biblia, se convirtió en un gran momento de plegaria y comunión conjunta entre músicos y su público; no en vano la canción era el cierre fijo de sus shows, tal como se refleja en su mini álbum “Under a Red Blood Sky”. Compuesta arreglada y grabada en solo 40 minutos (adivinen porqué se llama así),  incluye el verso “¿Cuánto tiempo para cantar esta canción? (How long to sing this song?)”, como alusión a la presión por el escaso tiempo para hacerla, que Bono repite como mantra al final.

War significó entonces el salto desde las sombras a reconocimiento, y además les hizo mucho mas populares para el resto del planeta (incluidos estos lares), sacándolos del reducido publico de especialistas al que estaban confinados. Desde ya que harían más álbumes, algunos mejores o por lo menos más maduros. Pero este disco sigue siendo de lo mejor que U2 grabó, y por lo menos para quien escribe estos, está en su top five.

Pablo Irrera

Nacion Rock

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