Disco Inmortal: King Crimson – In the Court of the Crimson King (1969)

Disco Inmortal: King Crimson – In the Court of the Crimson King (1969)

Island Records / Atlantic Records / E.G. Records, 1969

En 1969 es lanzado al mercado el disco “In the Court of the Crimson King”. El cual se compone de simplemente cinco canciones, las cuales, a pesar de su escasa cantidad, le valió al disco la inmortal chapa de “el primer disco progresivo de la historia del rock”. Titulo discutible, pero será para otra ocasión. Lo que si nos interesa acá es develar la importancia e influencia de este disco a lo largo de los años y cuales son sus principales virtudes.

Situémonos en el contexto, año 1969, la sicodelia estaba casi en su zénit encarnada principalmente con The Rolling Stones  por el lado de UK y por los EE.UU Jimi Hendrix hacía arder su guitarra, junto con los inspiradísimos Jefferson Airplane. Led Zeppelin flirteaba con el blues al igual que Cream a pesar de compartir ese romance con la sicodelia. ITCOTCK  abre los fuegos con ‘21st Century Schizoid Man’. Una mezcla de hard rock tremendamente bien logrado y entremezclado con toques muy jazzísticos dentro de su parte instrumental. Casi como si la banda estuviera  pidiendo paciencia para lo que vendría después.

El disco continúa con un notable descenso de los decibeles encarnada en la canción “I Talk to the Wind” la armonía lograda con las frases de flauta y el órgano se confunden con la charla entre dos hombres que  se consultan entre ambos y se revelan entre sí mismos.  Entrega realmente notable y diametralmente opuesta con el primer track, pero no por eso es negativa, al contrario, el cambio de ritmo entre una canción y otra no produce el choque que podría pensarse por quienes gustan de un corte un poco más pesado y pretenden que un álbum siga recorriendo el mismo camino hasta llegar a su final. Al contrario, ‘21st…’, es la excepción en un álbum el cual está cargado a la melancolía y mezclas sonoras entre rock, jazz, sicodelia, etc.

‘I Talk to the Wind’ es la más pulcra antesala para –quizás- el punto más alto del disco: ‘Epitaph’. Si el track anterior llena los oídos con hermosas armonías, Epitaph saca a relucir lo mejor de la sencillez traducido a una inmensa tristeza provocada por su letra, la cual es bastante trágica, al igual que los acompañamientos de violines que crean una atmósfera cargada a lo melancólico y triste. Esta canción es la más pura demostración de que para hacer música de la mejor factura no es necesario recurrir al vértigo y a los grandes y virtuosos solos eternos, es un recurso valido, pero hoy no es el caso. Tremendo sentido nostálgico evoca el sentido duro de la canción, llamando metafóricamente al fin de los conflictos bélicos sucedidos en aquella época, siendo los jóvenes victimas indirectas de tal generación inglesa que recibe toda la carga post- guerra.

El disco sigue su rumbo con “Moonchild”, una muy metafórica y hermosa entrega de tres minutos y  fracción la cual deviene en una tremenda improvisación de los integrantes de la banda. La improvisación dura alrededor de siete minutos.

El disco se cierra con la canción que le da nombre al disco ‘In the Court of the Crimson King’. Otra excelente entrega de nueve minutos, muy apoteósica y tremendamente orquestada,  una gran demostración de cómo cerrar una genial producción. Los conceptos musicales se hacen cortos para tal entrega,  su letra, el sentido metafórico del rey carmesí, la búsqueda de la música clásica mezclada con el rock finalizan y terminan por darnos un broche más que de oro:  la sensación de que realmente con este disco se abre una nueva faceta para futuros venideros los cuales fueron abrazados por bandas como Yes y los mismísimos Pink Floyd –elevando el progesivo hasta niveles inpensados- .

King crimson ha pasado por múltiples formaciones, distanciamientos, tiempos fuera, miembros distintos, etc. Pero a pesar de todo, su único elemento constante tiene nombre y apellido: Robert Fripp. Hombre responsable de imprimir un sello propio- y tremendamente virtuoso- a la hora de enfrentarse a las seis cuerdas y crear música.

La banda, en sus propias palabras, no es una banda como tal, sino que es su propia forma de ver la música según su estado anímico, y por sobre todo, su momento a lo largo de su vida. King Crimson no es una banda como tal, sino que una experiencia y acumulación de vida, en manos de su hombre más importante.

Hoy en día vuelve a entregarnos más de su talento, reunidos bajo otro nombre, pero con varios miembros de los más importantes  que se alinearon con KC, pero siempre dentro de la corte del rey carmesí.

Por Gonzalo Duque

Patricio Avendaño

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